En entrevistas separadas realizadas en distintos años, Ramiro González, Carlos Zambrano «el Pachi», Eloy Zúñiga «el Zurdo», Manuel López Rocha «el Paisa» y Wilka Vázquez me dieron su versión de La Manta:

Ramiro González (foto: Facebook de La Manta)

«Formamos un grupo de amigos que se dedican a la música y a la literatura, entre ellos, Eloy (Fernando Zúñiga), Carlos Zambrano, Atenea Castillo, que es pintora, Manuel López, que toca el cajón, es melómano y fanático de la literatura, Axel Juárez, él estudia sociología y también lee muchísimo y escucha mucha música; son cuates muy cultos, a mí me daba vergüenza platicar con ellos porque, la verdad, la costumbre de cultivarse en Xalapa no es la misma que en Tampico y Ciudad Victoria. La gente que nació aquí es privilegiada porque tuvo otro tipo de educación, yo creo que aquí las cosas son diferentes, aún con todos los problemas que hay, la gente aquí tiene historia. Nos reuníamos y platicábamos, y de ahí salió el grupo La Manta, lo formamos Eloy, Carlos Zambrano, Felipe Herrera y yo, después invitamos a Manuel López a tocar el cajón, él es conocedor del son jarocho. Después salió Felipe y se integró Hiram Marcor en la batería.

«Empezamos con ese proyecto y nos metimos en camisa de once varas porque nos tuvimos que poner a investigar sobre música tradicional. Eloy ya tenía un camino recorrido, llevaba como cinco o seis años estudiando el son huasteco. El son huasteco para mí es como el jazz de la Huasteca porque es lo mismo, tiene sus formas, tiene improvisación, tanto en el verso como en la música. Yo me puse a investigar sobre música de mi pueblo, empecé a buscar sobre la picota de Tamaulipas y los tamborileros. La picota es un estilo musical que interpreta los mismos ritmos de la música norteña, los más básicos son el huapango norteño, chotis, redova, polka, es lo que más se toca por allá. El conjunto de la picota tiene dos clarinetes y tambora, el conjunto típico norteño lleva acordeón, bajo sexto, sax alto, batería y contrabajo; y en el sur está el conjunto huasteco, pero solo ahí porque en la mayor parte del estado se toca la música norteña. Cada quien se metió a investigar una línea y cada uno de nosotros embona una parte del rompecabezas que es ese grupo, cada uno aporta cosas diferentes, algunos aportamos más cosas de jazz, otros más de música tradicional, pero todos conocemos un poquito de lo de cada quien por ese intercambio que tenemos como cuates y como colegas, yo creo que, en parte, es lo que nos ha hecho crecer y, bueno, pues ya hemos estado en un montón de lugares, lo más trascendental que hemos hecho es que le abrimos el concierto a Robert Plant en el Auditorio Nacional, nuestro disco lo presentamos en el Lunario del Auditorio Nacional, fuimos al Folk Music Festival en Vancouver, Canadá, y tocamos en La Cumbre Tajín».

(Ramiro González. 9 de diciembre de 2014)

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Carlos Zambrano (foto: Facebook de La Manta)

«Estuve tocando con Eloy y empezamos a hacer La Manta. Yo ya tenía la intención de hacer un grupo de música tradicional de muchos lugares, no solamente mexicana, y salió la posibilidad de irnos a tocar a España con Felipe (Herrera), era un proyecto muy raro porque era un ballet pero en el grupo había marimba y no sé que más, y dije hace falta alguien que cante y que haga la armonía, hay que invitar a Eloy. Empezamos a hacer los arreglos, el primero que hicimos fue el de La Bruja y, creo, el de El Cascabel. Luego invitamos a Ramiro. Para no hacerte el cuento muy largo, el viaje España se canceló porque la chava nunca mandó unos documentos que se necesitaban y ya no se hizo, pero nosotros seguimos con el proyecto de La Manta, tocábamos Felipe, Ramiro, Eloy y yo, pero sentíamos que nos hacía algo más de punch, entonces le hablamos al Paisa para que tocara el cajón y Felipe la batería, esa fue la primera conformación de La Manta.

«La primera vez que tocó La Manta fue en casa de Ramiro, nada más para los cuates, después tocamos en Acatlán, hicimos una presentación con la familia de Diego (Salas) y el primer concierto, ya en forma, lo hicimos en la galería Eolos, que estaba en Carrillo Puerto, por la Biblioteca de la Ciudad. Luego empezamos a salir mucho y hacer conciertos compartidos, en la primera parte se presentaba Cecilia Guinea y en la segunda, La Manta.

«En San Luis Potosí metimos un proyecto al FECA (Fondo Estatal para la Cultura y las Artes) —lo metió Eloy pero fue a nivel grupal— para grabar un disco. Ganamos la beca y pudimos grabar pero nada más nos alcanzó para eso, después metimos otro proyecto al Gobierno del Estado de San Luis Potosí y entonces hicimos la maquila, fue un tiraje de mil discos, nos dieron quinientos y se quedaron con quinientos. Luego conocimos a un chavo que se llama Fernando Lagunes —que ahora es nuestro mánager—, estaba armando una disquera con otro cuate, vinieron a vernos y firmamos un contrato.

«Con esa disquera se hizo otro tiraje y empezaron a salir un montón de cosas: compartimos escenario con el Instituto Mexicano del Sonido en la Estela de Luz, hicimos la presentación del disco en el Lunario, le abrimos un concierto a Robert Plant en el Auditorio Nacional, hicimos un video y eso nos abrió las puertas para asistir al Vancouver Folk Music Festival, tocamos con Lila Downs en Autlán de Navarro, Jalisco, tocamos en la Feria de San Marcos, en Aguascalientes, tocamos en el Festival Afrocaribeño en Veracruz, tocamos en la Cumbre Tajín, tocamos en la feria de Ciudad Valles, San Luis Potosí, tocamos en el Teatro Metropolitano de Tampico, o sea, hemos tenido un buen de trabajo. Para este año tenemos planeada la grabación del segundo disco, además ganamos la beca de Ibermúsicas —es una beca de movilidad—, en octubre vamos a ir a Argentina y no sé a qué otros lugares».

(Carlos Zambrano. 27 de enero de 2015)

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Manuel López (foto: Facebook de La Manta)

«Eloy tenía un barecito que se llamaba La Murga en la calle de Zamora, en el tramito que está entre Murillo Vidal y Xalapeños Ilustres, era un local chiquitito. Un día invitó a tocar a Víctor [Díaz «Manox»] y me llamaron:

«—Oye, ¿vas a venir este fin?
«—Sí, llego el sábado
«—Pues tocamos el sábado en la noche, cáele las ocho y trae el cajón

«Llegué como a las nueve, ya estaban empezando a tocar; instalé el cajón y empecé a tocar, ni siquiera habíamos ensayado, todo fue muy improvisado. Había un flautista por ahí, terminamos de tocar y me dijeron te presentamos a Ramiro, acaba de llegar de Tampico. Así fue como conocí a Ramiro [González], tocando con Víctor.

«A Carlos [Zambrano] lo conocí cuando recién llegó de San Luis Potosí porque se juntó a tocar con Ramiro y con Diego Salas. En un periodo de vacaciones, estuve aquí como dos meses y cada semana, después del Cali, con Axel [Juárez] íbamos a verlos tocar a distintos lugares.

«A Hiram [Marcor] lo conocí cuando tocaba con la primera camada de Jazz LP, tocaban en el Au Petit. También llegó Axel y dijo encontré un grupo de chavitos que están tocando jazz, vamos a verlos. Ahí estaba Rodolfo [Hernández] «el Chane». Fue un momento en el que se hizo mucho jazz en la calle, como por ahí del 2008, 2009, ahorita yo ya no veo tanto.

«En 2009, terminé de estudiar en el DF. Vine a Xalapa como un mes antes de acabar mis clases allá, nos juntamos con Eloy y con Axel. Eloy, por entonces usaba el cabello largo y ese día llegó con dos noticias: que se había rapado y que se había juntado con Ramiro y con Carlos y que habían empezado un grupo al que le iban a poner La Manta, eso nos contó ese día.

«Como dos semanas después tocaron en una fiesta particular, subieron unos videos y me los compartieron, recuerdo que me gustó mucho lo que estaban haciendo, eran tres arreglitos: La Llorona, La Bruja y no recuerdo qué otra, creo que la Petenera Huasteca. Yo estaba terminando mis clases allá, ya casi listo para regresarme y un día me escribió Eloy:

«—Oye, queremos ver si quieres venir al próximo ensayo del grupo para que toques con nosotros, a ver qué sale

«Vine un fin de semana antes de acabar, fui al ensayo y así fue como empecé a tocar las percusiones con La Manta. Tenía como un año que había agarrado la jarana y cuando finalmente me regresé, una semana después hicimos nuestra primera presentación en lo que era la galería Eolos, que estaba en contraesquina de la Biblioteca de la Ciudad. Eso fue en junio del 2009, yo estaba recién llegado a Xalapa y ya me quede aquí.

«Después de esa presentación tuvimos un poco de actividad con la mamá de Eloy —Cecilia Guinea—, acababa de grabar su disco y yo creo que en realidad ese fue el germen de La Manta porque fue el primer momento en el que colaboraron Carlos, Ramiro y Eloy. Empezamos a tocar con ella, hicimos una pequeña gira en la Huasteca. Entonces, mi llegada a La Manta fue un poco por casualidad (risas)».

(Manuel López Rocha. 29 de mayo de 2018)

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Eloy Zúñiga (foto: Facebook de La Manta)

«Ya te han de haber platicado mis amigos, tenemos un grupo que no es el hilo negro ni son fusiones, son recreaciones y versiones de música mexicana con elementos de jazz y otras cosas. Es como un acto de honestidad, no voy a decir que no le voy a meter tal acorde al huapango porque es un acorde que oí desde chiquito en las piezas de Chico Buarque, y lo aprendí, después, en Xalapa; todo se va mezclando a fin de cuentas.

«Ahora mi vida es tocar con La Manta en el Vancouver Folk Music Festival, abrirle el concierto a Robert Plant en el Auditorio Nacional o hacer un concierto de música de cámara, pero también tocar en el rancho, en la comunidad y nunca voy a dejar de hacer una cosa y la otra. Tengo sueños como músico: tocar en un gran escenario, llegarle mucha gente porque, como dice Ramiro (González), yo no estudio para que nadie me oiga, tampoco quiero el dinero de Luis Miguel o cualquiera de esos, pero sí vivir dignamente de lo que hago».

(Eloy Zúñiga. 4 de febrero de 2015)

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Wilka Vázquez (foto: Facebook de La Manta)

«A la par de la Facultad de Música, siempre estuve tomando talleres de jarana, de zapateado, siempre he escuchado el son jarocho y he estado presente de forma esporádica, y mi pareja me decía ¿por qué ninguno de los del son jarocho te llama? Hace año y medio me invitaron a participar en La Manta, no es propiamente un grupo de son jarocho sino que tiene un repertorio de música mexicana en el sentido amplio de palabra y viene muy a la sazón de lo que he escuchado, de parte de lo que he practicado y, además, de lo que me gusta y me interesa, entonces, para mí es muy afortunado.

«Con mi inclusión, La Manta aprovecha cosas que yo tengo; los aspectos de lo africano son, hasta cierto punto, un ingrediente nuevo o que refresca o que enriquece al grupo, pero también me da un empujón porque me ha metido en el proceso de retomar la marimba.

«En ese proceso, ahorita estoy trabado entre que sí sé lo que tengo que hacer pero me hace falta aplicarme, entre que hay cosas nuevas y no sé bien por dónde porque no las he experimentado, y lo que no has experimentado, no hay manera que lo sepas, no hay manera que te lo platiquen, hay que entrarle y darle hasta que sientas que esas cosas, que son nuevas para ti, ya las sientes y te las apropias.

«Se me hace muy afortunada la idea de Hiram [Marcor], y del resto de los compañeros de La Manta, de que yo toque marimba, porque ya hay percusión, está, muchas veces, Paisa [Manuel López] en el cajón, está Hiram en la batería, pero el lado armónico está menos fuerte porque todo está solamente en la guitarra o la jarana huasteca.

«Desde que salí de la escuela, en 2009, dejé la marimba porque tenía ganas de tocarla pero no tenía dónde. Lo que estoy haciendo ahora con la marimba es en el contexto popular pero no tomando la marimba chiapaneca, que ni la domino y casi ni la conozco porque no es de mi gusto, respeto muchísimo el gran trabajo y la tradición que se tiene en Chiapas, Guatemala y Centroamérica pero a mí lo que me gusta más es el componente de la línea africana que viene expresado en el balafón, que va más hacia lo rítmico, lo polirrítmico y también queda muy bien para acompañar en la marimba, más bien estoy trabajando sobre eso, es mi gran reto en este momento de mi vida y estoy buscando acomodarme para lograr replantearme; no es fácil para mí, y yo creo que para nadie, pretender alcanzar un buen nivel en un instrumento relativamente nuevo cuando ya tengo buena parte de mi carrera hecha en otras cosas, pero confío en lograrlo de buena manera.

«A mí no me gusta anunciar profecías ni hablar de cosas maravillosas que, según yo, van a acontecer, pero tengo la fe y el gusto personal de que algo muy, muy bueno va a suceder cuando logre cuajar el trabajo que estoy haciendo en la marimba, no por mí sino en lo colectivo».

(Wilka Vázquez. 15 de junio de 2017)

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En la parte final de la entrevista de Eloy Zúñiga, hay una declaración que me parece que define al grupo entero:

«Don Víctor Ramírez del Ángel, el violinista del Trío Xoxocapa, ha tocado en los cinco continentes en «n» cantidad de países y cuando te platica, dice:

«—Yo lo he tocado (sic) en todos lados, en Nueva York, Marsella, Tokio, Los Ángeles, Colombia, Coatepec, Xico, la Sierra de San Pablo; todo eso he andado yo

«Dentro de esa inocencia y ternura hay un mensaje muy fuerte: todas las personas que te topes son importantes, todo el público es importante, tú no puedes decir mi música es de una élite y no se la voy a dar a un vendedor de chicles, esa es una verdadera estupidez».

Jesús Rodríguez Alarcón (foto: Facebook de La Manta)

Recientemente, Jesús Rodríguez Alarcón se integró al grupo en sustitución de Hiram Marcor, y con esa nueva formación: Eloy Zúñiga en la voz, las jaranas huasteca y jarocha, y las guitarras; Ramiro González en los saxofones alto y tenor, la flauta y la voz; Carlos Zambrano en el bajo eléctrico y la voz; Manuel López en la jarana jarocha y las percusiones; Wilka Vázquez en la marimba, las percusiones y la voz; y Jesús Rodríguez en la batería, celebrarán el décimo aniversario del grupo el sábado 31 de agosto, a las 19:00 horas, en el Teatro J. J. Herrera. Los boletos ya están a la venta en la plataforma eventbrite, adquieran los suyos, van a terminarse pronto.

 

 

 


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