Este semana, el gobierno de Cuitláhuac García Jiménez deberá trabajar horas extra para apagar algunos fuegos que pueden convertirse en conflagraciones, y debe hacerlo justo antes de que aparezca de nueva cuenta por tierras veracruzanas el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien el viernes 30 estará en los municipios de Papantla y Atzalan, en su novena gira presidencial por Veracruz, la octava solo este año (una vez al mes, en promedio).

En su gira más reciente, cuando visitó los hospitales rurales de Coscomatepec y Zongolica el pasado 28 de julio, a AMLO no le fue como miel sobre hojuelas, sobre todo en su asistencia al nosocomio de Zongolica, donde una turba de pobladores y personal médico se incrustó en las áreas donde realizaría su reunión para increparlo por las condiciones reales de ese centro sanitario.

Un día antes había estado en Jáltipan, en otro hospital rural del IMSS, y en Minatitlán para echar a andar el Plan de Desarrollo para la Migración “Sembrando Vidas”, acompañado del presidente de Honduras, Juan Orlando Méndez.

Desde entonces, todos sabemos que, espontáneas o fabricadas, a cada visita del mandatario le armarán protestas que impidan su lucimiento, como sí le es posible en sus tradicionales conferencias de prensa mañaneras.

López Obrador viene a pontificar, a adoctrinar a los veracruzanos. Pocas son las noticias buenas que trae en materia de obra pública o de inversiones para generación de empleo, y en cambio, sigue hablando de programas sociales donde se esfuman las finanzas públicas a costa de cientos de programas y dependencias que han ido desapareciendo o adelgazando hasta su práctica nulidad.

En Atzalan, donde la miseria y la delincuencia siguen hundiendo a la población en niveles crecientes de marginación, seguramente hablará de sus acciones en materia de salud y, claro, contra la corrupción. Aunque habría la oportunidad de juntar en el sitio al gobernador de Veracruz con el de Puebla, Miguel Barbosa, quienes ya han entablado reuniones sobre programas conjuntos en salud e inseguridad, lo más seguro es que no suceda eso, pese a que la zona serrana que comparten ambos estados ha sido desatendida hace muchas décadas por presidentes y gobernadores.

Y me refiero a fuegos, a conflictos sociales y políticos, por cómo se prefirió concluir el plantón que volvió Xalapa a los tiempos duartistas mediante el método yunista.

Los fuegos que no se apagan

En efecto, luego de dos días de desquiciar el tráfico, de alterar gravemente la movilidad urbana, de por sí un nudo gordiano, ni el secretario de Educación, Zenyazén Escobar, ni el de Gobierno, Eric Cisneros, lograron aterrizar en una solución que desactivara esa bomba de tiempo, por lo que casi a punto de terminar el viernes tuvieron que llamar al titular de Seguridad Pública, Hugo Maldonado, para que liberara el paso por la fuerza.

Pero el problema subsiste: los padres de familia de la comunidad del Mirador, municipio de Chicontepec, siguen sin que se les resuelva su vieja petición de cambiar su escuela al sistema de educación indígena, y cambiar a los maestros que han hecho de su trabajo unas verdaderas vacaciones permanentes a costa del futuro de sus hijos.

Y es que, ante la noticia del desalojo y la aprehensión de algunos padres de familia, en su comunidad ya se organizan para venir a reforzarlos con acciones similares. No vaya a ser que se apersonen en Papantla o Atzalan para increpar al presidente Andrés Manuel López Obrador y pedirle que lo que tanto dice de que es mejor el diálogo que la violencia lo aplique con su pupilo veracruzano.

Finalmente, el que les he comentado es un mal menor. El fuego que más riesgo ofrece es el de la violencia incontrolada en varias zonas de la entidad, y ahí siempre llegan tarde las fuerzas policiacas.

En el sur de Veracruz, la cosa está que arde. Como en Guerrero y Michoacán, o como en los municipios de Alto Lucero y Actopan en Veracruz hace unos meses, en Playa Vicente un grupo numeroso de sicarios, en varios vehículos, sembraron el terror en el poblado de Abasolo del Valle el sábado. Pobladores afirmaron que hombres armados entraron al pueblo en varias unidades y revisaron a varias personas a su paso, además de meterse a una casa donde dejaron un desastre, incluso abrieron fuego para amedrentarlos, para luego meterse a la casa de una persona, revisar entre sus cosas y dejar las llantas ponchadas de la camioneta de otro agraviado.

La mañana de ese mismo día, en el municipio de San Juan Evangelista mataron a un abogado, y algunos apuntan a que los hechos están relacionados. Los delincuentes buscaron en la casa intervenida posiblemente a alguien para llevárselo o matarlo. Elementos de la Secretaría de Seguridad Pública y la Guardia Nacional, tras ser notificados, se trasladaron al pueblo pero los criminales ya habían escapado.

Tren ligero para Xalapa, ¿se hace algo en serio?

Hasta el momento, todo parece indicar que el viejo anhelo de convertir la vía del tren, que hiere a la ciudad de norte a sur, en un tren ligero que facilite la movilidad de cientos de miles de habitantes de Xalapa, Coatepec y Banderilla, va tomando seriedad más allá del sueño guajiro de un alcalde o de la desmesurada promesa en una campaña electoral.

Al menos, eso nos hace creer el gobernador Cuitláhuac García Jiménez, quien hace unos días hizo un video (que ha tenido mucha publicidad pagada en redes sociales), donde insiste en el tema y hasta se hace acompañar por el genio de las finanzas,  José Luis Lima Franco, titular de la Sefiplan, y por el secretario de Infraestructura y Obras Públicas, Elio Hernández Gutiérrez.

El tema ha estado en el tintero hace muchos años, a través de varios alcaldes. Alguien me corrigió que no fue desde la alcaldía de David Velasco Chedraui, sino que viene del trienio de Carlos Rodríguez Velasco.

Lo cierto es que es un tema que ya no necesita más manoseo sino ser convertido en realidad, aunque para ello se requiere el impulso del gobierno federal, a través de la SCT, para convencer a la empresa propietaria, Kansas City Southern de México, o sea que abra un nuevo tramo que libre a la ciudad del paso de sus ferrocarriles (y entonces, deje el tramo urbano a este proyecto) o acepte compartir las vías férreas e, incluso, participar, en la operación del tren urbano.

Y no solo eso. Si se lograra que el tramo entre Rafael Lucio y Coatepec quede a cargo del proyecto de movilidad ferroviaria, lo que restaría sería construir los puentes o túneles que lo salven del tráfico vehicular y, por supuesto, las terminales para ascenso y descenso de pasajeros.

Ahora, el mandatario lanzó un mensaje a los empresarios del transporte público que tienen concesiones de camiones urbanos en los municipios de Rafael Lucio, Banderilla, Xalapa y Coatepec, para decirles que estarán invitados a la mesa para invertir en el proyecto del tren ligero, porque buscarán la viabilidad económica del proyecto.

Para ello, la Secretaría de Finanzas y Planeación (Sefiplan) se encargaría de encontrar el instrumento mercantil a fin de que los empresarios transportistas pudieran conformar una Asociación y así participar como inversionistas. El éxito de este proyecto, dijo, es porque no requerirá de inversión para una gran infraestructura, porque las vías que ahora sirven podrían ocuparse.

Dijo que su gobierno buscó una reunión con la empresa concesionaria de la vía para hacer posible el proyecto. “Ya entramos en contacto con la compañía que tiene la concesión de esa parte y mostraron su disposición a ese tema y lo que ellos quieren participar y tener”.

Si logra este proyecto para la capital, tenga por seguro que la gratitud de los xalapeños y de los habitantes de los municipios vecinos beneficiados se puede convertir en votos.

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