Ciudad de México. — El icónico Monumento a la Independencia en la Ciudad de México fue bardeado con madera después de que feministas lo rayaran con grafiti durante una protesta que se tornó violenta contra una serie de presuntas violaciones de mujeres perpetradas por policías.

La agitación del viernes en la noche surgió como parte de las protestas efectuadas esta semana ante la percepción de que las autoridades de la ciudad no estaban investigando adecuadamente las acusaciones de violación. Ambas víctimas eran adolescentes. Ahora a esas protestas se les llama las “marchas con diamantina” luego que manifestantes le arrojaron diamantina rosa al secretario de Seguridad Pública de la capital mexicana.

Desde temprano, cientos de trabajadores de la ciudad comenzaron las labores de limpieza para eliminar los grafitos.

Dolores Martínez, subdirectora general de patrimonio artístico del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), dijo el sábado desde la base del monumento que las autoridades evalúan el daño a la Columna de la Independencia _conocida popularmente como el “Ángel” _ y otros sitios en la capital que resultaron afectados el viernes por la noche.

Martínez agregó que el INBA “refrenda su respeto a la libertad de expresión y apoyo a las acciones para erradicar todo tipo de violencia contra las mujeres”.

Las manifestantes escribieron el viernes con atomizadores de pintura verde, púrpura y negro frases como “No nos cuidan” y “Estado violador” en la base del monumento, con que se conmemora la independencia de México frente a España y es a menudo lugar de celebraciones de los habitantes de la ciudad.

Las autoridades habían programado realizar algunas reparaciones a la columna debido a los daños que sufrió por un terremoto en septiembre de 2017. Martínez dijo que dichos planes de restauración se acelerarán después de los actos vandálicos y para mostrar “solidaridad” con las víctimas de violación y las feministas.

Las manifestantes también pintaron la palabra “violadores” en el muro de un cuartel policial cercano y causaron destrozos en una estación del metrobús. Un reportero de televisión fue derribado de un golpe en el rostro propinado por otro hombre cuando cubría la protesta en una transmisión en vivo.

La jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, la primera mujer en ser elegida para ese cargo, dijo en un tuit que la Procuraduría General de Justicia de la metrópolis investigará y presentará cargos contra quienes agredieron a periodistas, peatones y edificios públicos.

Periodistas de The Associated Press vieron a algunas mujeres manifestantes agredir a hombres durante las protestas del viernes.

En un comunicado emitido el viernes, Sheinbaum acusó a las manifestantes de intentar provocar a las autoridades para que se utilizara la fuerza, asegurando que “es lo que están buscando” y que “la violencia no se combate con violencia”.

“Hacemos un llamado a quienes luchan legítimamente por la defensa de los derechos humanos y la erradicación de la violencia a que ayuden a generar un clima de paz”, añadió la jefa de gobierno.

Las manifestantes han pedido la renuncia de Sheinbaum, diciendo que está más interesada en la propiedad pública que en la seguridad de las mujeres. También han criticado su uso del lenguaje, destacando que palabras como “provocación” se utilizan en algunas ocasiones para culpar a la víctima de una violación en lugar de al agresor.

La violencia contra las mujeres es un problema grave en México.

El organismo activista Human Rights Watch indicó que las leyes mexicanas “no protegen de manera adecuada a las mujeres y las adolescentes en contra de la violencia familiar y sexual”. En un informe de 2019 aseveró que las disposiciones en la ley mexicana, incluidas aquellas que determinan la severidad de los castigos por ofensas sexuales dependiendo la supuesta castidad de la víctima, “contradicen las normas internacionales”.

El secretario de Cultura de la capital, José Alfonso Suárez del Real, manifestó tristeza por el vandalismo contra el monumento del Ángel. Subrayó que “no le pertenece al estado, le pertenece al pueblo mexicano”.

Los restos de 14 héroes de la independencia reposan dentro del monumento, entre ellos los de una mujer, Leona Vicario.

El Monumento a la Independencia, ubicado en la avenida Paseo de la Reforma, es un punto de reunión de protestas y de celebraciones. Los aficionados al fútbol convergen con frecuencia en este lugar para festejar las victorias de sus equipos, mientras que las adolescentes que cumplen 15 años, las llamadas quinceañeras, posan para las fotos en la base del monumento con sus vestidos de fiesta, en especial los fines de semana.

Una quinceañera vestida de azul que pasó en una limosina manifestó su horror ante las pintas que había alrededor del monumento. Otra de ellas, con un vestido voluminoso color vino, siguió con el ritual de tomarse la fotografía en el césped alrededor de la columna a pesar de que su base había sido tapiada con madera.

La historiadora de arte Mara Fragoso acudió a evaluar los daños causados al “Ángel” con sentimientos encontrados. Si bien dijo comprender y compartir la rabia de las manifestantes ante la violencia contra las mujeres, opinó que los monumentos no deberían ser dañados.

De muchas maneras la Columna de la Independencia es un monumento a la mujer, explicó Fragoso. Además de la estatua de la Victoria alada en lo alto de la columna, cuatro figuras femeninas de bronce se encuentran en las esquinas de la base.

Debajo de las figuras de bronce están escritas las palabras Guerra, Paz, Ley y Justicia.

“Estamos divididos entre la indignación que es evidente que hay, pero también la indignación por el vandalismo”, dijo Fragoso. “Ambas cosas son válidas”.

AP