A diferencia del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien a pesar de su polémica administración iniciada hace más de 8 meses todavía mantiene un alto índice de aprobación popular, el gobernador Cuitláhuac García figura –según diversas encuestas– entre los últimos cinco mandatarios estatales peor calificados.
Esta mala percepción debería obligar al gobernante veracruzano de MORENA a revisar fríamente las áreas más vulnerables de su gobierno, así como el desempeño de cada uno de sus colaboradores y, de ser necesario, comenzar a realizar algunos ajustes en su gabinete.
Sin embargo, contra lo que muchos esperarían, algunos personajes cercanos al mandatario estatal aseguran que no se prevén cambios en lo inmediato y ni siquiera en el 2021, año en que aprovechando la coyuntura electoral varios servidores públicos pudieran salir postulados como candidatos a las alcaldías o a las diputaciones locales y federales que serán disputadas en la entidad.
El problema para el gobernador y su partido es que a diferencia de sus antecesores, sus funcionarios no han logrado crecer políticamente, además de que varios de ellos no son nativos de Veracruz y otros, aunque oriundos del estado, estuvieron desarraigados durante años de la tierra que los vio nacer.
Hugo Gutiérrez Maldonado, secretario de Seguridad Pública, es nativo de Nuevo León; la contralora Leslie Garibo Puga, es de la Ciudad de México; Guadalupe Osorno Maldonado, titular de la Secretaría de Protección Civil, proviene del estado de Tlaxcala, y Carlos Juárez Gil, subsecretario de Gobierno, es de Tabasco.
Otros casos, como el secretario de Salud, Roberto Ramos Alor, que sí es veracruzano de nacimiento y que profesionalmente se ha desarrollado en su lugar de origen, sería un pésimo candidato por Coatzacoalcos, donde ha creado mala fama por su nepotismo. La semana anterior, por ejemplo, tuvo que remover a su sobrina Joselyn Ramón Ramos de la jefatura de Recursos Humanos del Hospital Regional “Valentín Gómez Farías” tras la renuncia masiva de directivos de dicho nosocomio porteño en protesta por los abusos de la familiar del funcionario estatal.
Pero el de Joselyn, quien acaba de ser reubicada por Ramos Alor en la jefatura administrativa de la Jurisdicción Sanitaria número XI, no es el único caso. Anteriormente, el secretario de Salud fue criticado por haber designado a otro sobrino, Marco Antonio Saviñón Ramos, como director de Sanidad Internacional de la Jurisdicción de Coatzacoalcos, a pesar de que es un joven ingeniero sin el perfil ni la experiencia profesional para tan delicado puesto, lo que obviamente motivó la queja generalizada ante los riesgos sanitarios que podría representar su mal desempeño para la población del antiguo Puerto México.
Otro funcionario estatal que últimamente se ha mencionado mucho en los medios de comunicación es el director general de Transparencia, Anticorrupción y Función Pública de la Contraloría General del Gobierno del Estado, Miguel Ángel Vega García, también oriundo de Veracruz, pero el problema es que el ex titular del Órgano Interno de Control de la SEDESOL y SEDATU se ha vuelto famoso sólo por estar implicado en el proceso penal que la Fiscalía General de la República le ha iniciado a Rosario Robles Berlanga por el presunto desvío de más de 5 mil millones de pesos.
¿Cuántos votarían por él?