En la exposición El cuerpo fluctuante, de Jacobo Alonso, que se exhibirá a partir de la próxima semana en la galería Flavia, hay al menos un par de piezas flavias. Me explico, el Diccionario Etimológico español en línea informa:
«El adjetivo flavo es un cultismo que designa al color amarillo tirando a fuego, como el color del oro. Viene del latín flavus (amarillo oro, también rubio claro dorado referido a los cabellos). En latín Flavus y Flava, así con Flavius y Flavia, eran cognomina (apellidos de familia), basados a primitivos apodos que hacían referencia al color del pelo, y de ahí nuestros nombres propios Flavio y Flavia».
Ya metido en el portal etimológico, me dio por perseguir el origen del verbo fluctuar y me encontré con que:
«El verbo fluctuar viene del latín fluctuare (agitarse y mecerse como en un movimiento de vaivén, especialmente referido a líquidos, al oleaje y al flujo y reflujo de la marea, luego, en sentido figurado, también vacilar o estar irresoluto, como las aguas del mar que vienen y van). El verbo fluctuare se forma a partir de fluctus (oleaje, marea, agitación del mar), y este vocablo se genera a partir de una de las dos formas de supino (fluctum y fluxum) del verbo fluere (deslizarse, fluir, manar)».
Todo esto porque Jacobo Alonso dice del trabajo que presentará en Flavia:
«El término fluctuante, dicho de un cuerpo u objeto, es aquello que va de un lado a otro con movimientos ondulantes, que crece y disminuye al mismo tiempo. Dicho de una idea, es la conducta o resolución que vacila, que cambia. En mi producción el concepto viene a cuenta en estas dos acepciones, en el objeto escultórico la fluctuación anatómica corporal es representada con ondulaciones tremolantes que producen desplazamientos y reconfiguran la forma que identifica al cuerpo; en la idea, trabajo con conceptos que sólo se pueden explicar con el cuerpo, por ejemplo la transfiguración de la anatomía ingrávida o en movimiento».
El cuerpo fluctuante es una colección, aún en proceso, de piezas construidas a partir de telas ondulantes que confluyen (confluencia, por cierto, también deriva del verbo fluere) en un punto del espacio para figurar inéditas versiones del cuerpo humano.
Jacobo Alonso, es licenciado en Artes Plásticas por la Universidad Autónoma de Baja California, ha realizado estudios en la universidad francesa Rennes 2, y residencias en Estados Unidos y Finlandia. Ha exhibido su obra en México, Finlandia, Estados Unidos, Inglaterra, Hungría, Italia, Francia, Portugal, España, Polonia, Alemania, y el martes 6 de agosto cortará el listón inaugural de El cuerpo fluctuante en la galería Flavia a las 19:00 horas. La entrada, por supuesto, no tendrá costo alguno, así que no hay manera de no estar presentes. Veámonos ahí.
Ver también: Galería Flavia, dos años de luz y de blues
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