Yo soy un Negro:
Negro como la noche es negra.
Negro como lo profundo de mi África.
Langston Hughes.
Versión de Mijail Lamas.

En un texto publicado en la revista Arcadia, el filósofo colombiano Felipe Botero sostiene:

«(…) si nos detenemos a pensar en el rol que jugó el viejo blues sureño en el origen del rock en los cincuentas y en los sesentas y la importancia primordial que tuvo la música en los movimientos sociales y políticos que siguieron a la Segunda Guerra Mundial, nos percataríamos de que los anónimos guitarristas amateur negros, que heredaron tanto las raíces musicales africanas de sus ancestros esclavizados como la estructura económica racista que los mantenía en la pobreza, fueron posiblemente quienes más cambios produjeron en el panorama artístico internacional e, incluso, en el panorama político y social de la tradición occidental a lo largo del siglo pasado».

El blues y el gospel son nutrientes fundamentales de la obra de Langston Hughes, poeta fundacional de la literatura afroamericana y uno de los militantes más destacados del Renacimiento de Harlem —movimiento estético y social reivindicatorio de la cultura afroamericana que se dio en ese barrio neoyorkino en los años veinte—. Hughes tuvo una relación muy estrecha con nuestro país, en 1952, Andrés Henestrosa publicó Mi amigo Langston Hughes, texto que inicia diciendo:

«Quiero que hablemos ahora de otro amigo de México, Langston Hughes, un poeta negro de los Estados Unidos que expresa las esperanzas, los sueños y el despertar de la población negra de aquel país. Y lo hace, naturalmente, igual que el pájaro canta en la rama, pues para Hughes la rima no es apurado trance. Pero no se vaya a creer que su devoción por el pueblo negro, y por los temas negros, se debe exclusivamente al hecho de su color, sino que eso ocurre como en un retorno: después de haberse apasionado por la libertad del hombre, más allá de toda preocupación de razas y de pueblos, vuelve a su pueblo. Los negros son esclavos, pero también lo son los blancos que trabajan en iguales condiciones que los negros. Y así vienen a ser hermanos en el sufrimiento y en la lucha. Y si se ocupa de los negros con mayor frecuencia, es porque eso es lo que tiene más a la mano, en la doble circunstancia de verlo y sentirlo, y de todos sus deberes, éste es el más próximo. A todo esto pudiera resumirse el mensaje poético de Hughes. Ha hecho en su lucha por los negros, algo que es bueno resaltar: ha enseñado a sus hermanos de color a perderle el miedo a esa palabra tremenda, a esa palabra tabú: negro. Los ha hecho decir en sus poemas y en su teatro: ‹Yo soy negro›».

Langston Hughes fue el primer poeta convocado a esta columna, el 20 de marzo de 2014, para celebrar el Día Mundial de la Poesía, publiqué una breve antología de su trabajo. Dada su importancia en movimiento jazzístico, en esta entrega publico otra serie de poemas suyos, todos traducidos por Mijail Lamas.

Las historias de Tía Sue

Tía Sue tenía la cabeza llena de historias.
Tía Sue tenía un corazón lleno de ellas.
Noches de verano en el porche
Tía Sue acurrucaba en su pecho el rostro moreno del niño
Y le contaba historias.

Los esclavos negros
Trabajando bajo el sol ardiente
Y los esclavos negros
Caminando en la noche húmeda
Y los esclavos negros
Cantando canciones tristes a la orilla de un caudaloso río
Mezclados en voz baja
En las oscuras sombras que iban y venían
En las historias de Tía Sue.

Y el rostro moreno del niño escucha
Sabe que las historias de Tía Sue son historias reales.
El sabe que Tía Sue no tomó esas historias
De ningún libro
Pero que son ciertas
Como su propia vida.

Callado, el rostro moreno del niño,
En una noche de verano
Escucha las historias de Tía Sue.

Pregunta

¿Cuándo la muerte, esa vieja indeseable,
viene por un cuerpo
arrojado al costal del olvido,
me pregunto qué si encontrara
el cadáver de un multimillonario blanco,
este valdría más centavos de eternidad
que el oscuro torso de
un negro que cosecha algodón?

Para algunos intelectuales

Tú no eres amigo mío
Porque soy pobre,
Negro,
Ignorante y lento.
No soy de tu tipo.
Tú mismo
Has dicho muchas veces
No ser mi amigo.

Nostalgia blues

Del puente ferroviario
Viene una canción triste.
Del puente ferroviario
Viene una canción triste.
Cuando los trenes pasan
Me quisiera ir con ellos.

Cuando fui a la estación
Mi corazón latía desbocado.
Cuando fui a la estación
Mi corazón latía desbocado.
Viendo hacia los vagones
Que me llevarían al sur.

Esta triste nostalgia, oh Señor,
Es algo muy terrible.
Esta triste nostalgia
es algo muy terrible.
Y para no llorar
me río a carcajadas.

 

 

VER TAMBIÉN:
Langston Hughes, también poeta nuestro
Langston Hughes, voz de la negritud

 

 

 

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