Egresados de la Licenciatura en Ingeniería Ambiental de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) desarrollaron un sistema para generar energía eléctrica a partir de materia orgánica que originan las plantas en el proceso de fotosíntesis.

Diego Jair Aguilera Martínez y Daniel Olguín Gómez, ingenieros por la Unidad Azcapotzalco de la UAM, son los autores del proyecto Ilumiplant, con el cual han logrado producir entre dos y tres voltios con una planta doméstica –“como las que tenemos en el jardín–”, y entre 24 y 28 voltios en un biopanel con un mayor número de especies.

En entrevista revelaron que 67.4 por ciento de la generación de energía eléctrica del país proviene de hidrocarburos y carbono, detonantes de cantidades importantes de gases de efecto invernadero, que a su vez ocasionan el calentamiento global.

El proyecto –con el que participaron en el Programa Company Building del Nodo Binacional de Innovación en el Sector Energía (NoBi Energía), una iniciativa del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y la National Science Foundation de Estados Unidos– surgió de la necesidad de crear fuentes de electricidad alternativas a las que requiere la quema de combustibles fósiles.

Si bien existen ya tecnologías basadas en procedimientos limpios –entre ellas la biomasa, utilizada para la obtención de biodiesel– “no se les está dando el suficiente apoyo”, sin embargo, hay que insistir y por ello “en nuestro caso pensamos cómo utilizar la vegetación para ayudar a la sociedad” con métodos innovadores.

Con ese objetivo “indagamos y encontramos que existen ya métodos que aprovechan recursos como la materia orgánica –producida por las plantas durante la fotosíntesis– y nos dimos cuenta de la existencia de las celdas microbianas que generan energía”.

Aguilera Martínez y Olguín Gómez explicaron que existen metabolismos en las plantas, según su capacidad de asimilación de bióxido de carbono (CO2) durante la fotosíntesis dividida en C3, C4 y CAM, ante lo cual “pretendemos adaptar un sistema para todo tipo de especies que se tengan en el hogar”, cuyo principio básico consiste en aprovechar los residuos de alimentación de una planta, los cuales captan de la energía solar y del CO2 para producir materia orgánica que llega hasta las raíces.

Los microorganismos cercanos a estas raíces consumen esa materia orgánica y la desechan en forma de dióxido de carbono y electrones; entonces “nosotros elaboramos un sistema para aprovechar esos electrones –los cuales captamos con un sistema electrónico que permite no dañar a la planta ni forzar su trabajo y simplemente aprovechar lo que ya no le sirve– para generar energía mediante la introducción de electrodos cerca de la raíz”.

Con este esquema aumenta la capacidad que brinda la planta y permite, por ejemplo, prender un led sin necesidad de dañarla, de tal manera que a una que adorna la mesa “le adaptamos el modelo y es capaz de generar la energía para conectar un teléfono celular” u otros objetos de bajo voltaje como relojes, sensores y ventiladores pequeños, entre otros.

Con esta investigación “podemos aprovechar los jardines de la UAM”, para su propia iluminación, pues la vegetación de estos espacios, así como la de los que se tienen en casa, además de ser bonita “nos puede ayudar a generar energía, por lo que “decidimos dar un valor agregado” para tener incluso la oportunidad de llevarlo a localidades sin electricidad y disminuir el gasto de los hogares por el consumo energético”.

Los ingenieros ambientales por la UAM expusieron que la idea es escalar la propuesta “a niveles insospechados”, una vez que se consigan los apoyos por parte de algún inversionista y a partir del interés que el proyecto ha generado.

El Programa Company Building del Nodo Binacional de Innovación en el Sector Energía (NoBi Energía) tiene como función principal capacitar al personal científico tomando como punto de partida el plan de estudios I-Corpus, metodología de formación internacional en emprendimiento e innovación

Los equipos participantes recibieron capacitación y asistencia técnica de expertos durante diez semanas en inteligencia competitiva, desarrollo e innovación, modelos de comercialización tecnológica, validación en el mercado, vinculación con fuentes de fondeo y financiamiento, entre otros temas.

Campus Milenio