Más que la frivolidad de Enrique Peña Nieto paseando muy quitado de la pena con su joven y guapa novia por el Estado de México, lo que molestó recientemente en Palacio Nacional fue la boda que hace unas semanas celebró la hija de Juan Collado, íntimo amigo del ex presidente y uno de los abogados litigantes más influyentes y caros de este país.

La molestia no fue por la boda, sino por los personajes que engalanaron con su presencia la mesa de honor: Eduardo Medina Mora, Luis María Aguilar y Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, ministros los tres de la Suprema Corte de Justicia. Carlos Romero Deschamps, líder del sindicato petrolero, el exprocurador interino Alberto Elías Beltrán y el propio expresidente Peña Nieto.

La reunión fue vista por el presidente López Obrador y su equipo como una muestra del músculo de la Mafia del Poder y la tomaron como una afrenta.

El periodista Raymundo Riva Palacio comenta que días después de que se publicó la foto en la prensa, se giró una orden de aprehensión contra Emilio Lozoya. Y eso, entre otras cosas, obligó al ex presidente Peña Nieto a autoexiliarse en España.

Este lunes el ex gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, envió una carta al periodista Ciro Gómez Leyva donde le manifiesta que tiene información “privilegiada” sobre algunos ex funcionarios de la administración peñista y está más que puesto para ponerla a las órdenes de la Fiscalía General de la República.

El martes, también con Ciro, agregó vía telefónica que en 2017 no lo detuvieron en Guatemala, sino que se entregó por un pacto que hizo a través de su entonces abogado Marco Antonio del Toro, con funcionarios del Cisen que dirigía Eugenio Imaz, Gobernación a cargo de Miguel Ángel Osorio Chong y la PGR cuyo encargado era Alberto Elías Beltrán, uno de los invitados a la boda.

Ahí se acordó que Duarte se entregaría a cambio de que dejaran en paz a su familia.

Antes, el 8 de julio, el periodista Alejandro Aguirre publicó una entrevista con el ex gobernador donde le dijo que le entregó dinero a Alberto Elías Beltrán, como parte de una extorsión que tuvo que pagarle.

Este martes y con una celeridad sorprendente, funcionarios de la FGR se apersonaron en el Reclusorio Norte para hablar con Duarte y saber lo que tiene que decir. El reo dijo que soltará toda la sopa, pero puso sus condiciones. Los funcionarios le contestaron que consultarían con la base y prometieron regresar.

¿Qué acaso el exgobernador ignora los riesgos que corre al hablar de manera tan temeraria desde una prisión? ¿Por qué lo hace?

El peine apareció este mismo martes y unas fichas aparentemente inconexas, se acomodaron a la perfección.

Una hipótesis muy sólida de los analistas políticos es que el gobierno federal habló con Javier y le ofreció algo más que protección para que hablara como habló. Por otra parte, agentes de la FGR detuvieron en un restaurante de la Ciudad de México al abogado Juan Collado.

Aparte de influyente y litigante caro, Collado representa los intereses de millonarios como Carlos Romero Deschamps, Enrique Peña y Diego Fernández de Cevallos, sólo por citar tres nombres de varios que AMLO ha calificado por años, como pertenecientes a la Mafia del Poder.

Por una parte Andrés Manuel acalambró a los funcionarios del peñismo con las declaraciones de Javier Duarte. Por otra, puso a temblar a la Mafia del Poder con la detención de Juan Collado. “Si metí a la cárcel al sujeto que los defiende, imagínense lo que puedo hacer con ustedes” fue el mensaje.

Acusado de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita, el abogado durmió prisión y los miembros de la Mafia del Poder saben que el presidente los tiene bien apergollados de los tanates… Por ahora.

bernardogup@nullhotmail.com