Pues será el sereno, pero en sólo dos meses, el gobierno de Cuitláhuac obtuvo incrementos consecutivos de su calificación crediticia, algo que ni siquiera la administración de López Obrador ha podido lograr, consecuencia de la cancelación de proyectos de infraestructura, recortes al gasto e inversión y la creciente deuda de Petróleos Mexicanos.

Si bien Cuitláhuac ha resultado un discípulo muy limitado frente a las habilidades del presidente en términos de gobierno y comunicación política –razón por la que ha tenido que venir a Veracruz repetidamente a sacarlo de la hoguera de los escándalos-, el mandatario veracruzano y su equipo económico resultaron bastante avezados en el asunto de las finanzas públicas.

A la luz de los resultados de uno y otro, pareciera que Cuitláhuac no le ha aprendido nada al presidente en materia política y el presidente tampoco le ha aprendido nada en materia económica.

De hecho, hace apenas un mes, la relación entre AMLO y las agencias calificadoras atravesó su peor momento, luego de la baja que Fitch hizo a la deuda soberana del país, al colocarla en “BBB”, y con el golpe que le asestó al degradar la nota de Pemex para colocarla en calidad de bono basura.

La reacción del presidente fue virulenta. Acusó que se aplican criterios económicos de hace 30 años, que no se ha considerado el combate a la corrupción y que tampoco se apreció el mundo se dinero que se le ha inyectado a Pemex.

El gobierno federal, a través de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), calificó de “desafortunadas” y mostró su desacuerdo a las penalizaciones que hizo la calificadora Fitch Ratings sobre el balance financiero del país, pues no sólo bajó la nota del país de “BBB+” a “BBB”, sino también la de Petróleos Mexicanos (Pemex), a grado especulativo.

Y mientras el presidente rumiaba su coraje acusando que en las calificadoras se refugian hipócritas y charlatanes, Cuitláhuac García lanzaba sendos boletines oficiales festinando la nueva calificación crediticia obtenida por Cuitláhuac, algo que Miguel Ángel Yunes logró de manera efímera tras la reestructuración de la deuda pública del estado.

Ahora, al parecer, no ha sido flor de un día. En mayo pasado, el gobierno estatal informó que la calificadora HR Ratings publicó su revisión al alza de HR BB a HR BBB- para el Estado de Veracruz, con perspectiva estable. Esta nueva calificación significa ofrece moderada seguridad para el pago oportuno de deudas y se mantiene un riesgo crediticio moderado.

De hecho, el despacho consideró que las expectativas para Veracruz en este año son un superávit en el balance primario, equivalente a 2.6% de los ingresos totales; continuar incrementando el gasto destinado a obra pública. Asimismo, se considera un incremento de 4.6% respecto a 2018 de los ingresos de libre disposición, un adecuado desempeño en las participaciones y mayor recaudación propia y que el comportamiento del balance primario se mantenga para el periodo 2020-2022.

En alguna ocasión, ya como ex presidente, Vicente Fox reconoció que la estabilidad financiera de su gobierno habría sido gracias a que su Secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, nunca hacía caso a sus indicaciones, sino que tomaba decisiones de manera ortodoxa, privilegiando los números macroeconómicos. Es cierto, la economía se mantuvo estable aunque no logró reducir la pobreza.

Algo similar podría estar pasando en Veracruz, donde el Secretario de Finanzas, José Luis Lima Franco tiene picaporte con la alta burocracia de la SHCP y ha tenido todo el apoyo para resolver la crisis financiera del estado, de la que hoy se habla menos que durante la administración anterior. Acaso sus dificultades son otras y están dentro de casa.

De hecho, hace una semana, el funcionario anunció que se avanza sobre una nueva reestructura de la deuda pública del estado, casi al mismo tiempo que  de México subió las calificaciones crediticias del estado de Veracruz a “B3/B1.mx” de “Caa1/B2.mx” y mantuvo la perspectiva Estable, manteniendo la perspectiva de estable ganada hace un par de meses.

Moody’s, una de las acusadas por López Obrador indicó que la nueva administración de Veracruz, encabezada por Cuitláhuac García Jiménez, ha demostrado una mejora en las prácticas de administración y gobierno, lo que incluye una mayor transparencia en la presentación de estados financieros (más confiables), incluyendo el reconocimiento de los términos y condiciones del refinanciamiento que llevó a cabo el gobierno previo.

El petate del muerto de la quiebra financiera de Veracruz y su grave situación económica parecen haber quedado atrás. Al menos por el momento…

Las del estribo…

  1. ¡Vaya que la estulticia es osada! Mira que asegurar que Xalapa ha tenido mayor crecimiento turístico que Cancún y sin invertir un peso en promoción. Si el director municipal de Turismo, Luis Eduardo Ros Martínez, tuviera un poco de dignidad, ya hubiera renunciado, no por lo que dijo sino por lo que ha dejado de hacer. Cobrar sin trabajar es un hábito en el Ayuntamiento de Xalapa.
  2. Ahora sí, ni tardos ni perezosos, los voceros de la 4T jarocha salieron a aclarar que Magnolia Moreno Hernández, jefa de Recursos Financieros de la SEGOB, –ahí donde despacha el enemigo íntimo del góber-, nunca se subió al helicóptero que ella presume que sí. Sólo falta que le den la investigación a la Contralora Leslie Garibo Puga, quien no sabe comparar siquiera dos actas de nacimiento.