En medio de la enésima crisis en el área de seguridad –los enfrentamientos verbales con las fuerzas armadas, lamentar la imposibilidad legal de desaparecer al Ejército o la descalificación de la policía federal como institución de elementos “fifís”-, el Presidente ha hecho un llamado a los millones de malandros en el país a portarse bien para no hacer sufrir a sus mamás.
Lo que pareció más bien un mensaje lanzado desde el púlpito de cualquier líder religioso, se convirtió en la posición del gobierno frente al crimen. En su conferencia de prensa matutina, el mandatario señaló que ya no son bien vistos quienes cometen un delito, pues aseveró que existe un cambio de mentalidad.
¿Qué quiso decir el Presidente? ¿Desde cuándo los delincuentes eran bien vistos y cuándo dejaron de serlo? ¿Quiénes han cambiado su mentalidad: los delincuentes, los ciudadanos, la autoridad? Y ¿a qué obedece a ese cambio de mentalidad: al hartazgo social frente a la delincuencia, a la creación de autodefensas y la cultura de la autoprotección personal, o ingenuamente, a la llegada de un gobierno con un discurso amoroso que intenta suplir a las soluciones de fondo? Como, siempre, el Presidente nos deja la víbora chillando.
Las opiniones son muchas, producto de la polarización que ellos mismos han impulsado. Para muchos, las frases del Presidente suenan a una ingenua e inútil petición a quienes se han apoderado del país y no tendrían porque devolverlo; para otros, podría entenderse incluso como una velada advertencia de que serán las mamás las que lloren del destino fatal de los delincuentes.
Los morenistas, en cambio, intentan justificar la bondad del líder, cuya palabra es más eficaz que cualquier estrategia para recuperar la paz y la tranquilidad. Los llamados a la seguridad se lanzan desde discursos cargados de una bondad que no existe y no desde la fuerza de las instituciones.
López Obrador exhortó a los delincuentes, a hacer un cambio de comportamiento. «Que se porten bien porque hacen sufrir mucho a sus mamás, a sus familiares. Ahí andan las mamacitas sufriendo porque sus hijos están detenidos o porque no les han hecho justicia porque uno de los hijos o dos perdieron la vida”.
«Entonces a portarnos bien todos y eso no es valentía, eso de estar haciendo cosas indebidas, haciendo sufrir al prójimo, a sus semejantes, ya chole con eso” y dijo que la evidencia de que ese cambio existe es que la gente ayudó para enfrentar el huachicol y que fue porque eso ya no se tolera.
Una cosa es que no se tolera y otra cosa es que se haya eliminado. Si atendemos los datos de Pemex, el huachicol en realidad no ha bajado; no solo no desapareció, sino que pareciera que quizá hasta se incrementó y ya ronda los 70 mil barriles diarios, según estimaciones de analistas. Esta baja en las ventas no ha impactado los ingresos de Pemex por la sencilla razón de que el gobierno está cobrando más caros los combustibles.
Según información del periódico Milenio, Petróleos Mexicanos reportó que desde el 1 de enero y hasta el 31 de marzo los ductos de combustible perjudicados ascendieron a 4 mil 374: mil 565 en enero, mil 342 en febrero y mil 467 en marzo.
Y mientras pide paz a los delincuentes, declara la guerra a la policía federal. Este lunes Elementos de la Policía Federal se manifiestan en diversos puntos del país, además tomaron el centro de mando ubicado en la alcaldía de Iztapalapa, en la Ciudad de México, para exigir un trato e incorporación adecuados a la Guardia Nacional.
En medio de las protestas de Policías Federales (PF), que acusan reducción de salarios, bonos y por obligarlos a formar parte de la Guardia Nacional (GN), el presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó que la Policía Federal se echó a perder en el sexenio del Presidente Enrique Peña Nieto y por eso la protesta. El mandatario explicó que en ese cambio se relajó la disciplina y cometieron muchos abusos, por lo que algunos de los elementos estaban mal acostumbrados.
Días antes, el nuevo comisionado del Instituto Nacional de Migración (INM), Francisco Garduño, aseguró que las quejas de los policías federales sobre sus condiciones laborales son porque desean continuar su vida como fifís.
Si en efecto, la Policía Federal es una corporación aburguesada, falta de disciplina, abusiva y corrupta, ¿entonces porqué los quieren mandar a la Guardia Nacional, la principal institución pública que se construirá en este gobierno? Suena absurdo, aunque el Presidente siempre tendrá una explicación para sus seguidores.
“Pórtense bien” es una advertencia o una sugerencia que hasta ahora no ha hecho más que acercarnos al precipicio de la inseguridad.
Las del estribo…
- Ahora que el gobierno y el Fiscal han firmado un armisticio, los dos tienen serias dificultades para justificar sus flagrantes deficiencias en materia de seguridad, lo mismo en la prevención que en la investigación de delitos. El acuerdo implícito es que dejarán de culparse de la grave situación que vive el estado. Pero ahora, ¿a quién le echamos la culpa?, se preguntan por igual.
- Ha dicho el Presidente el Presidente del Comité de Participación Ciudadana del Sistema Nacional Anticorrupción, José Antonio López, que es inaceptable el nombramiento de amigos sin capacidad en fiscalías y tribunales. Criticó a “los amigos de la política”, pero jamás se refirió a los casos denunciados en el gobierno estatal. Por eso nadie cree en las instituciones… ni en el sistema anticorrupción.