Josué Avendaño, hermano del estudiante Leonardo, quien fuera encontrado sin vida en el interior de su automóvil el pasado 12 de junio, aseguró que el sacerdote Francisco Javier “B”, inculpado en el homicidio del joven diácono, “era muy cercano a la familia”, por lo que se dijo sorprendido de esta acusación.

Luego de conocer que el párroco de la iglesia de Cristo Salvador fue vinculado a proceso, indicó que la primera reacción tanto de él como de su familia fue de “mucha sorpresa” ya que “era una persona muy cercana” por lo que “nunca sospechamos de él”.

En entrevista con Pascal Beltrán del Río, para Imagen Radio, señaló que llevaban por lo menos cinco años de conocer al sacerdote y nunca tuvieron indicadores de que hubiera algún tipo de conflicto entre ambos, inclusive, dijo, el día en que fue detenido, Francisco se comunicó con él.

“Todavía el día de su detención él me habló para ver cómo estaba y para ver qué necesitaba”, dijo. 

Tras confirmar que en la casa parroquial vivía su hermano y “al parecer la hermana del sacerdote”, y por temporadas algunas otras personas como seminaristas, Josué informó que fue el mismo padre quien le informó que Leonardo se había quedado con su teléfono celular.

“El padre me dijo no me marques, márcame aquí a la parroquia porque el teléfono lo tiene tu hermano”, comentó Josué.

Respecto al proceso en las investigaciones que la Procuraduría de la Ciudad de México realiza, señaló que confía en su labor, al indicar que “el contacto y la atención por parte de autoridades ha sido excelente”, al tiempo que exigió a la procuradora Ernestina Godoy detener a los culpables.

“Mi intención no es que agarren a alguien solo por aclarar el caso, yo quiero que pague quien realmente lo hizo”, puntualizó.