Según quien lo explique, el abstencionismo tiene varias lecturas. Los más optimistas aseguran que el ciudadano está conforme con el estado de las cosas y que por eso no sale a votar; otros más acusan que se ha perdido la confianza en los partidos políticos y que por eso el elector les retira su confianza; también se dice que las elecciones estatales despiertan menos interés que las federales, aunque no aplica para el caso de las Gubernaturas.

Como fuere, el abstencionismo registrado el domingo pasado en 6 estados de la República es una muestra del desencanto que viven los mexicanos y que el efecto electoral de Morena empieza a perder fuerza. Habrá quien diga lo contrario en función de las nueva gubernaturas ganadas por el partido en el gobierno, sin embargo, luego de las elecciones presidenciales más copiosas de la historia, apenas un año después, pasamos a los comicios menos concurridos desde hace mucho tiempo.

Tal vez el caso más emblemático fue el estado de Puebla. El año pasado, la candidata del PAN/PRD, Martha Erika Alonso, ganó la gubernatura del estado con más de un millón 152 mil votos, mientras que Miguel Barbosa (Morena) obtuvo poco más de un millón 27 mil votos. Un año después, Barbosa repitió como candidato y ganó, sólo que ahora con apenas 682 mil votos, casi la mitad de los que obtuvo la gobernadora fallecida en un accidente aéreo.

De hecho, en sentido estricto, Barbosa perdió casi 350 mil votos respecto al resultado alcanzado por él mismo, y aún así ganó, en una elección que tuvo una participación de apenas el 33 por ciento, cuando en 2018 fue del 66 por ciento. De resultar ciertas las acusaciones sobre compra de votos y acarreo de votantes, la participación habría sido mucho menor. Al parecer, los poblanos ya no querían saber nada de elecciones.

Lo mismo sucedió en el resto de las entidades federativas. Baja California también tuvo elección a gobernador y acaso registró una participación ciudadana del 29.6 por ciento, es decir, siete de cada diez bajacalifornianos  decidió no salir a votar.

Con el total de las actas, en Quintana Roo se registró un participación de apenas 22%; en Durango, donde se eligieron alcaldes hubo una participación de 44.8%, con el 97% de las actas computadas, mientras que en Tamaulipas, con el 99.8% del cómputo, se registró un 33% de participación. Aguascalientes registró el mayor porcentaje de participación con 38.9%, ya con el total del cómputo. Hace un año, el promedio de participación a nivel nacional fue del 63.1 por ciento.

¿Por qué la gente no salió a votar en esta ocasión? Las respuestas pueden ser muchas y a conveniencia. Una de ellas es que los electores empiezan a tener desencanto por el gobierno de López Obrador pero que es muy pronto para emitir un voto de castigo, por ello, solamente prefirieron no salir a votar.

Una segunda lectura podría ser que los ciudadanos en los estados tienen una visión distinta del Presidente y de los actores políticos locales. Mientras que López Obrador mantiene la confianza de muchos mexicanos, los cuadros locales de Morena no gozan de la misma simpatía. Ausente de la boleta electoral, en esta ocasión el mandatario no pudo arroparlos, como sí lo hizo el año pasado.

Lo cierto es que los resultados distan considerablemente de lo que pasó en el histórico julio de 2018, lo que confirma que el fenómeno de Morena –en particular de López Obrador- empieza a sufrir el desgaste del gobierno.

Según las cifras conocidas hasta este martes, Morena tuvo serios tropiezos en varias entidades federativas, lo que se vio disimulado por el triunfo de las gubernaturas de Puebla y Baja California. En el primer caso, también se realizaron elecciones extraordinarias en cinco municipios, de los cuáles Morena sólo ganó uno y el resto fueron para el PRI.

En Durango hubo elección de Ayuntamientos. Morena sólo obtuvo el triunfo en tres de ellos mientras que la coalición PAN-PRD ganó 19 y el PRI se adjudicó 14. El descalabro de Morena fue muy parecido en el estado de Tamaulipas, donde se eligieron diputados locales: ahí, el PAN obtuvo el triunfo en 21 distritos mientras que para el partido en el gobierno sólo fue uno.

Y Aguascalientes lo mismo. Morena sólo ganó uno de los municipios en disputa, mientras que los otros partidos se quedaron con la decena restante. Fue en Quintana Roo donde sí tuvo los mejores resultados; ahí ganó 11 de los 15 distritos electorales en disputa. Todos estos resultados aun están sujetos a los cómputos distritales que se realizarán este miércoles.

Es posible que el voto de castigo haya motivado la participación ciudadana en comicios pasados. Hoy, sin embargo, la abstención ha dado una tunda al sistema de partidos, no sólo a Morena. La democracia vuelve a crujir.

Las del estribo…

1. Dice el Presidente de la Suprema Corte de Justicia, Arturo Saldívar, que el crimen organizado infiltró al Poder Judicial. Hay quien asegura que fue al revés, que ante las millonarias ganancias ilícitas, fueron las autoridades del
Estado mexicano –en todos sus poderes, en todos sus niveles-, quienes infiltraron a la delincuencia, reclamando la parte que le tocaba por su protección y complicidad. Fue una metástasis que tardará mucho tiempo en sanar.

2. Este martes asiste a Xalapa la plana mayor del morenismo legislativo. Al mediodía, el Congreso local será la sede del Primer Foro Regional del Plan Nacional de Desarrollo (PND) organizado por la Cámara de Diputados. Nos
visitan Mario Delgado, Presidente de la Jucopo, y lo acompañan el gobernador Cuitláhuac García, los diputados José Manuel Pozos Castro y Juan Javier Gómez Cazarín, y el alcalde Hipólito Rodríguez. Habrá que ir a escuchar.