Prefacio.

Hay quien dice que es demasiado pronto, pero otros, con más audacia, recuerdan aquella sentencia que dice: “Para uno que madruga, otro que no duerme”. *** El caso es que a estas alturas, cuando han pasado apenas 17 de los 48 meses que comprende una administración municipal, ya los xalapeños se empiezan a preguntar: ¿Y después de Hipólito Rodríguez, quién? *** Hipólito Rodríguez llegó a la alcaldía gracias al impulso de Morena, y por ese partido político están anotados –por lo pronto- las dos diputadas locales (Rosalinda Galindo Silva y Ana Míriam Ferráez) y acaso el exalcalde de “Convergencia” y hoy diputado federal de Morena, Rafael Hernández Villalpando. *** En el PAN el único que se mueve con esa intención es el coordinador de la bancada albiazul en el Congreso local Sergio Hernández, mientras que por el PRI suenan los nombres de Carlos Aceves y Érika Ayala. *** Pero algo raro está sucediendo en Xalapa. Sus pobladores, que suelen ser muy críticos al momento de calificar a sus autoridades municipales, están mostrando un marcado descontento con las opciones que les presentan los partidos políticos, y buscan en la sociedad civil a personajes que se identifiquen más con el sentir de los xalapeños. *** Los hay. No pierdan de vista a Cuauhtémoc Velázquez, joven con impecable trayectoria en el servicio público, xalapeño de corazón y vinculado con las familias más reconocidas de la capital del estado. *** Sin hacer mucho ruido, Cuauhtémoc Velázquez tiene un buen rato recorriendo las colonias de Xalapa, dialogando con organizaciones civiles y apoyando las más sentidas causas populares. *** Xalapa ganaría muchísimo con él al frente de la alcaldía.

 

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Quizás estaba de más la observación, pero a estas alturas está claro que el secretario de Gobierno, Éric Cisneros, no dejará pasar oportunidad alguna para poner énfasis en el sospechoso comportamiento del aún fiscal de Veracruz, Jorge Winckler Ortiz.

“Nosotros no nos podemos sentar con delincuentes. Él es un delincuente de cuello blanco, y los que estamos aquí no nos sentamos con delincuentes”.

Esto lo expresó Éric Cisneros luego de participar en las Mesas de Seguridad.

Y volvió al tema que más le preocupa, que durante el presente año la Fiscalía General del Estado (FGE) ha dejado en libertad a presuntos delincuentes que poco después vuelven a enfrentarse a la policía.

Pero no lo dejó en el aire, dio ejemplos: En Hueyapan de Ocampo, el 25 de enero fue detenido un presunto delincuente con el alias de “El Cochiloco”, en posesión de un carro robado; un mes después, el 26 de febrero lo volvieron a detener con otro carro robado: “quiere decir que cuando nosotros lo pusimos a disposición del Ministerio Público, lo liberaron inmediatamente”.

Dos meses después de su última captura, el 25 de abril, “El Cochiloco” fue abatido por el Ejército. La responsabilidad de su muerte –advirtió Éric Cisneros- recae en el fiscal Jorge Winckler, ya que si a esa persona no la hubieran liberado dos veces en un mes cuando conducía carros robados, hoy no estaría muerto.

Y remató con un ejemplo más: “La semana pasada en Coatepec a un delincuente identificado por ser un generador de violencia, un señor de apellido Reyes, lo liberaron a pesar de que tenía personas que ahí lo imputaban como alto generador de violencia en Coatepec; ahora el Fiscal está ofreciendo un millón de pesos por su captura, cuando lo tuvo en sus manos”.

Ante tal andanada de evidencias, Jorge Winckler no se quedó callado. Argumentó que dejó en libertad a “Reyes” porque sólo había cometido una falta administrativa (ultrajes a la autoridad) y porque –“como lo marca la Ley”- se solicitó a la unidad de medidas cautelares de Seguridad Pública información para definir si esa persona representaba algún riesgo “y Seguridad Pública respondió que no representaba ningún peligro”.

La historia no quedó ahí. El secretario de Seguridad Pública aclaró que la respuesta de la unidad de medidas cautelares tenía como fin informar al juez las medidas a considerar y al penal al que debería ser enviado el detenido”.

Pero resulta que el detenido ni siquiera fue presentado ante un juez, pues se utilizó como argumento el informe de la unidad de medidas cautelares para ponerlo en libertad.

Éric Cisneros dio un ejemplo más:

En Escárcega, Campeche fue detenido “El lagarto”, señalado como cabeza de una banda delictiva y alto generador de violencia en Minatitlán. Hasta hoy han transcurrido 20 días desde su detención y la Fiscalía aún no gestiona una orden de aprehensión por el fuero común.

La salida de Jorge Winckler de la Fiscalía General del Estado es de urgente necesidad. Los puntales de delincuencia en la entidad están estrechamente vinculados con las omisiones en las que ese organismo ha incurrido.

 

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Epílogo.

Y ante la falta de resultados propios, a Jorge Winckler se le hizo falso saludar con sombrero ajeno. Esta semana se dedicó a difundir las acciones que ha realizado la Fiscalá General de la República (FGR) contra exfuncionarios de la administración de Javier Duarte. *** En esos procesos nada ha tenido que ver la institución que representa Jorge Winckler. Las denuncias han surgido de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), a partir de auditorías que mostraron presuntos desvíos de recursos del orden federal. Denuncias que estuvieron “archivadas” durante la gestión de Enrique Peña Nieto, pero que ya fueron desempolvadas y empiezan a dar resultados. *** La diputada Adriana Martínez Sánchez asistió como ponente al Curso de Inducción al Derecho Parlamentario y a la Técnica Legislativa, que se realizó en la Facultad de Derecho de la Universidad Veracruzana. La legisladora fue invitada por su asesor jurídico, Presidente de la Barra Interamericana de Abogados en Veracruz, el jurista Tomás Mundo Arriasa. Una mancuerna que está dando frutos en varios frentes.

 

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