El próximo martes 14, Periferia Teatro presentará La Vida Extra y Ordinaria de Filomena Jiménez, una obra —escrita y dirigida por Isabel Quiroz— que narra la historia de una mujer que abandona su pueblo y su cultura para perseguir un sueño infantil: conocer las palabras, a las que concibe estrellas que la guiarán en el viaje de la vida.

El elenco está conformado por Marlene Pedreguera, Karen Alu Martínez, Deyhdra Medina, Eunice Zamora, Isabel Quiroz y Ricardo Rodríguez Ramos, y la musicalización corre a cargo de Ricardo Rodríguez Ramos. Platiqué con Isabel Quiroz:

«Yo nací en la Ciudad de México pero crecí en Tabasco y Oaxaca, toda mi familia es istmeña. Estudié la Licenciatura en Teatro en la Universidad Veracruzana con el perfil en Creación Escénica, que es el perfil para dramaturgos, directores, productores, entonces me he enfocado más en la dramaturgia y en la dirección, pero básicamente dirijo lo que escribo.

«Cuando éramos estudiantes de la Facultad de Teatro, hace como ocho años, unos amigos y yo teníamos la necesidad de hacer teatro y decidimos juntarnos para empezar a trabajar, así nació Periferia Teatro, un grupo en el que trabajo hasta la actualidad. También trabajo en Casa 13, un espacio cultural que está por Los Lagos, es un espacio independiente que pertenece a Epitafio Producciones, de Antonio Ortiz, y estamos intentando levantarlo.

«El año pasado gané el Premio Nacional de Dramaturgia Gerardo Mancebo del Castillo 2018 y también gané la beca del PECDA, emisión 22, y con esa beca escribí y dirigí la obra La Vida Extra y Ordinaria de Filomena Jiménez.

 

«Metí el proyecto con el título Alienación femenina y costumbres heredadas en la sociedad actual, mi idea era definir una comunidad en particular que, como toda comunidad, tiene sus formas de regirse, y cómo al pertenecer a una comunidad, el ser humano adquiere cierta identidad que al salir y enfrentarse con otra comunidad, se modifica y ocurre un proceso de adaptación al nuevo entorno.

«Partí de experiencias propias que tuve toda la vida, siendo de origen istmeño vi cómo se da un proceso de migración del Istmo, sobre todo en los hombres que salen a trabajar y que en muchos casos se llevan a sus mujeres.

«Se habla mucho de que quien representa la comunidad istmeña son las mujeres: son las que visten el traje de gala, son las que de alguna forma llevan las riendas de la casa. En el Istmo hay una identidad muy definida: los barrios se rigen por sus representantes; las costumbres y tradiciones determinan el estilo de vida, la música, la comida, etcétera. Cuando estaba trabajando en el proyecto, pensaba cómo es el proceso de una persona de ese lugar —que tiene las tradiciones muy arraigadas— cuando se enfrenta a una ciudad, a partir de eso vino una investigación más a profundidad para la realización de este texto que es resultado de diez meses de trabajo.

«La obra habla de identidad, habla de las costumbres, es la historia de vida de un personaje —Filomena Jiménez— que nace en 1938 y tiene una vida corta que está definida desde su nacimiento, cuando se le da un destino; después habla de cómo conoce, en una fiesta, a quien se convierte en su esposo, cómo la entregan y cómo empieza a cambiar su vida en un momento en el que tiene que emigrar del pueblo. Pasa muchos años fuera del pueblo y cuando regresa ya es otra, ya no la reconocen, ya no viste huipil —ya usa vestido—, y ya no regresa como parte de la comunidad porque ya dejó de serlo.

«Es la historia de vida de una mujer que ama a su pueblo, que ama todo lo que lo representa —empezando por su ropa de flores— y cómo se va modificando a través del tiempo. Tiene un sueño que es aprender a leer, porque en el contexto en el que ella crece, las niñas no pueden ir a la escuela, y su sueño es aprender a leer porque para ella, las palabras son las estrellas que la van a guiar por el mundo.

«Ese sueño es el motor que la impulsa a querer conocer más, a querer ver, a querer aprender, pero se tiene que modificar a partir de las costumbres en las que vive, a partir de las reglas que hay en su comunidad.

«Ésa es la historia y dentro de todo eso está el ambiente festivo que hay en el Istmo, las canciones, etcétera, y se recorre toda su vida en el momento de su funeral, ella ya está muerta pero cuenta toda su historia como si hubiera sido un viaje fantástico.

«Hice la producción con la beca del PECDA y la monté en colaboración con el grupo Periferia Teatro y con otras actrices que conocí cuando éramos estudiantes de la Facultad. La obra se estrenó el dos de mayo en la Sala Chica del Teatro del Estado y tenemos otra función en el teatro J. J. Herrera el 14 de mayo a las ocho de la noche, tiene un costo de 80 pesos la entrada general y 60 pesos para estudiantes y personas de la tercera edad».

 

 

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