Ave Barrera (Guadalajara, México, 1980) era una niña sola que creaba ficciones con sus gatos y muñecos, a partir de ahí siguió de manera natural el gusto por los libros y la literatura. Pero hay una figura emblemática: su abuela. “Ella fue maestra rural en la sierra Tarahumara durante toda su juventud y todo el amor que le tenía a los libros –los veía con un romanticismo y devoción absolutos– me lo fue contagiando”.
Antes de la presentación de su nuevo libro Restauración, en la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU) 2019, la escritora y galardonada con varios premios literarios, compartió con Universo cómo se inició en el mundo de las letras, su proceso creativo, la literatura de mujeres, incluso habló de tres de sus escritoras mexicanas favoritas.
Al preguntarle cómo es su proceso creativo, compartió que lo escrito hasta el momento le ha permitido descubrir que cada uno de los proyectos tiene su voluntad y manera de ser, de ahí la importancia de saberlo escuchar. “Si es una novela, quizá la escribes toda en tercera persona y descubres al final que no, que era en primera, porque la novela te lo pide. Entonces, hay que cambiar todo”, ejemplificó.
Para la creación de la novela confió que recaba aspectos, “recortes de la realidad”, para después reunir todas esas piezas e intentar armar el rompecabezas. Aclaró que en tal labor quizá muchas no encajarán, otras más sólo aportarán la metodología, el tono, la atmósfera o algo así. “Es una labor de discernimiento y escucha”.
Un inicio halagüeño en el mundo de la literatura
De acuerdo con la Enciclopedia de la Literatura en México del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y la Fundación para las Letras Mexicanas, Ave Barrera es licenciada en Letras Hispánicas por la Universidad de Guadalajara, maestra en Letras Modernas Portuguesas por la Universidad Nacional Autónoma de México, obtuvo la beca de la Fundación “Carolina” para el Curso de Formación de Editores en Madrid, fue becaria del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes en 2010 y 2014, Premio Latinoamericano de Primera Novela “Sergio Galindo” 2013 por la Universidad Veracruzana, y primer lugar en el Concurso Internacional del Libro de Artista Lía en 2015.
Optó por estudiar Letras, pero nadie le dijo que tal programa de licenciatura no está diseñado para ser escritor, sino crítico, profesor, traductor u otra cosa. “Como era natural, se me congeló el gusto por la escritura”, relató.
Si bien dejó la escritura en esa etapa, después se trasladó a trabajar a Oaxaca como editora, lo cual le permitió adquirir experiencia y también desencadenó, nuevamente, la necesidad de escribir. “Llegó un momento de crisis en que dije ‘¿Qué estoy haciendo con mi vida?’. Desde entonces decidí hacer una apuesta por la literatura, por mi escritura, y esa apuesta fue muy halagüeña porque en ese momento Puertas demasiado pequeñas obtuvo el Premio ‘Sergio Galindo’ ”.
Ave Barrera se convirtió en la segunda mujer en ganar este premio, en 2008 lo había ganado la cubana Yamilet García Zamora, por su novela Del otro lado, mi vida.
Después de la laureada Puertas demasiado pequeñas escribió la novela infantil (recomendada para niños entre 10 y 13 años) Una noche en el laberinto (2014) y trabajó en varios proyectos también para el sector infantil, cuya finalidad era dar a conocer las culturas prehispánicas, como es el caso de Así era Monte Albán (2014), Nezahualcóyotl, coyote hambriento (2015) y Tláloc, piedra de agua (2016).
Fue con Restauración (2019) que nuevamente recibió un reconocimiento a su creación, pues logró el Premio Literario Lipp La Brasserie 2018. De acuerdo con ella, es un premio cuyo jurado es exigente y conformado por escritores del más alto prestigio en México; ése es el verdadero premio, el ser leída por ellos.
“Restauración es una novela compleja, con muchos matices que apelan un poco al terror, al tema del daño que se puede ocasionar con toda la malicia o crueldad, pero sobre todo el daño que estamos dispuestas a recibir en aras de una noción de sacrificio. El daño que nosotras mismas como mujeres muchas veces hacemos posible o que nos ponemos en el camino de los agresores, porque creemos que somos capaces de salvarlos o que vale la pena sacrificarnos en aras del amor.”
En sus palabras, paradójicamente al avance que ha tenido el feminismo, no ha sido determinante, pues sigue habiendo mujeres que por muy inteligentes y capaces que sean caen en tales actitudes. “Seguimos teniendo patrones de conducta muy nocivos que nos dañan”.
Literatura hecha por mujeres
A propósito del tema, comentó que aún no tienen fin las dificultades y las desigualdades para la literatura hecha por mujeres: “El hecho de que se suponga que ya hemos avanzado y se ha ganado terreno, nos hace bajar la guardia y no podemos. Esto es una lucha. Seguimos viendo más autores en las estanterías de esta Feria, de esta Universidad y eso es lo que tenemos que revertir. Siguen siendo más nobeles hombres y los que están en los listados de todo el canon literario”.
Aclaró que la lucha no es en términos de tarifa o cuota de género, más bien tiene que haber más escritoras y ser tomadas en cuenta. “No es que no estén las escritoras ahí, estamos trabajando, pero se tiene que visibilizar nuestro trabajo”.
Para ella, en la actualidad el peligro está en la infinidad de peros que le endilgan a la diversidad de movimientos feministas que se gestan, uno de los más recientes y sonados es el Me Too (Yo también).
Al pedirle que compartiera tres autoras de su predilección, dijo emocionada que tiene muchas más, pero se sujetó a la petición, lo hizo generacionalmente y con matices: “Si son amantes de Juan Rulfo y dicen que ‘es lo máximo y que el Llano en llamas me cambió la vida’, lean Los recuerdos del porvenir de Elena Garro y dirán ‘por qué no lo leí antes’. Esta mujer es asombrosa, es una de las mejores escritoras mexicanas. Podría decirse que es la mejor y no se le ha hecho justicia, no se lee como deberíamos, por todos los prejuicios que hay en torno a su persona.
”Otra autora que me parece importantísima para la literatura mexicana es Cristina Rivera Garza, todo lo que escribe lo conceptualiza de una manera inteligentísima, es brillante en ese sentido. Hay otras escritoras que en la narración y sensibilidad son lumbreras de la imaginación, como Guadalupe Nettel, que también es un monumentazo que tenemos en México. Si me limito a tres, me quedaría con ellas.”
Del otro lado de la literatura está quien la lee; al respecto, la joven oriunda de Guadalajara opinó que no está de acuerdo con el término “formar lectores”, toda vez que “la palabra formar nos lleva a moldear, manipular, cambiar una voluntad”. En cambio, para ella “hay que persuadir a las personas a que lean y la mejor manera es contagiarlas a partir de la experiencia propia, si ellas se dan cuenta de que estamos viviendo la literatura, que lo estamos pasando muy bien, se acercan”.