Clara Luz Sampieri Ramírez, investigadora del Instituto de Salud Pública (ISP) de la Universidad Veracruzana (UV), presentó evidencias generadas por biología molecular que apoyan la práctica de la lactancia materna, en el 2° Congreso de Salud Sexual y Reproductiva organizado por la Clínica Universitaria de Salud Reproductiva y Sexual.
En su ponencia “Investigación en biología en los protocolos de la Academia de Medicina de la Lactancia Materna” se centró en remarcar que esta práctica es la estrategia en salud pública más costo-eficaz para garantizar la salud de la madre y del infante. Incluso, “más que un alimento la leche materna es un sistema de desarrollo que el bebé necesita en forma exclusiva seis meses, y continuada por lo menos a dos años de vida”.
Presentó evidencias generadas por estudios de biología molecular que demuestran cómo moléculas en la leche materna, conocidas como ARNi, tienen la capacidad de introducirse en las células intestinales en cultivo, lo que sugiere una posible capacidad de la leche materna de regular la expresión genética en las células del bebé.
La investigadora remarcó que la importancia de la lactancia materna siempre ha sido reconocida como la forma ideal de aportar a los infantes los nutrientes necesarios para un crecimiento y desarrollo saludables que beneficia tanto a la madre como al hijo.
Incluso, precisó que hay una pintura de 1575, cuyo autor fue el veneciano Tintoretto (Jacopo Comin), en alusión a que hasta los dioses sabían de la importancia de la lactancia, al grado que Zeus colocó a su hijo en el seno de su esposa mientras dormía, pero ella al despertarse y notar que es el hijo producto del engaño de su esposo, lo desprende y salpica con su leche el cielo, lo que acorde con la mitología generó la vía láctea.
“Esto por siempre se ha sabido, desafortunadamente la práctica de la lactancia se ha deteriorado, por lo que es necesario promoverla, protegerla y apoyarla”, expuso.
Al preguntarle por qué se generó tal situación, enlistó algunos motivos: la industrialización, la incursión de la mujer en espacios laborales que demandan mucho tiempo de su atención, la falta de política pública para procurar la lactancia, la falta de facilidades en el trabajo para ponerla en práctica y la agresiva comercialización de los productos sustitutos de la leche.
“El Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna se implementó para eso, y aunque México se adhirió, no se cumple al 100 por ciento. Son muchas las variables implicadas en este deterioro.”
Una más de las variables que citó es el hecho de que en la actualidad las madres crían a sus hijos prácticamente solas; en cambio, antes las familias eran más extensas y ello implicaba que el cuidado del bebé fuera compartido y que las niñas observaran cómo sus familiares practicaban la lactancia.
Para ella, se trata de una práctica que es necesario promover para que se llegue a los estándares mínimos deseables. A menos que esté médicamente contraindicado, como aquellos casos de una madre con VIH, todo bebé debería recibir el beneficio de la lactancia exclusiva por seis meses; no obstante, en México la última encuesta de salud reporta que en 2012 el 14.4 por ciento lo hace, mientras que a nivel mundial es de alrededor del 40 por ciento.
“Hay un déficit considerable. Hace falta promoverla, protegerla y apoyarla para que un mayor porcentaje de madres y sus bebés se beneficien de esta práctica”, remarcó la educadora en lactancia.
En ese contexto, aprovechó para promover el Taller de Lactancia Materna del ISP de la UV, dirigido a embarazadas o madres en cualquier etapa de la lactancia, es de libre costo y está abierto de manera permanente.
“Está dirigido a aquellas familias que quieran amamantar a su bebé o lo estén amamantando, aquellas madres que trabajan fuera de la casa y tienen la necesidad de extraerse la leche para que otra persona se la ofrezca a su bebé.”