La noche del cinco de julio, luego de contabilizar los votos de la totalidad de las 10 mil 595 casillas que se instalaron para la elección de Gobernador, se confirmó el triunfo del candidato de la coalición “Juntos haremos historia”, Cuitláhuac García Jiménez, quién sumó 1 millón 667 mil 239 votos, es decir, el 44.02 de la votación.

¿Cómo le hicieron entonces para dilapidar en sólo cinco meses, más de un millón y medio de votos –la cifra más alta jamás alcanzada por un candidato-, despreciar un porcentaje altísimo de votación y echar al caño una aprobación ciudadana superior al 70 por ciento? Habrá que preguntarles a los expertos del morenismo tardío.

Según las distintas encuestas publicadas entre febrero y marzo, la aprobación del Presidente está entre el 64 y el 80%, mientras que la de Cuitláhuac ha caído a un dramático 11.7%, según la última encuesta levantada por Arias Consultores y publicada en Revista32 en su edición de abril. Sólo los gobernadores de Chihuahua, Tabasco y Morelos están peor evaluados.

La encuesta señala que el gobernador mejor calificado es el priista Quirino Ordaz Coppel de Sinaloa con el 64 por ciento. El peor gobernador es Cuauhtémoc Blanco (Morena) con el 11 por ciento, apenas siete décimas menos que el veracruzano.

Cuestionados sobre el desempeño del Gobernador Cuitláhuac García, la gente apenas le dio un 11.7 por ciento a favor por un 71.2% de desaprobación; además, inspira menos confianza que el propio Cuauhtemoc Blanco: sólo el 15.9 de nuestros paisanos confía en su gobernador, mientras que el 84.1 por ciento ya le retiró su confianza.

Hay un dato que resulta muy curioso: Cuitláhuac está considerado entre los diez gobernadores que ha mejorado la entrega de apoyos a personas de escasos recursos y se le considera un hombre muy cercano al Presidente; sin embargo, las bajas calificaciones en materia de economía, empleo, salud, turismo y combate a la corrupción lo mandan a puestos de descenso.

Luego del inicio de sus respectivas administraciones, la popularidad del Presidente López Obrador y del Gobernador Cuitláhuac García tomó rumbos diferentes. A favor del Presidente han actuado al menos tres factores fundamentales: sus conferencias mañaneras, sus programas sociales y la enfática austeridad, honestidad y medidas populares.

Pero resulta que Cuitláhuac García no cuenta con ninguna de ellas, por el contrario. No habla con la prensa, y cuando lo hace, se ve rebasado, acorralado, ante la falta de respuestas y resultados; la mayoría de sus apariciones públicas han sido en compañía del Presidente y las que ha hecho por su cuenta, han resultado en un alto costo mediático. La gente ni lo ve ni lo oye.

Los veracruzanos tampoco tienen idea sobre cuáles son sus programas sociales. Lo que si tienen muy claro es que los apoyos en efectivo vienen del Presidente y no del Gobernador, y por tanto, la verdadera aceptación se canaliza al mandatario federal. A pesar de la crisis económica que vive Veracruz, el gobierno cuenta con recursos para impulsar a distintos sectores sociales,  pero nadie sabe qué sucede con este dinero. Así, mientras el efectivo llega a los estudiantes de bachillerato, el gobernador sólo inaugura calles pavimentadas en algún municipio pequeño.

No hay asomo de austeridad alguna. El propio gobernador aceptó que no reduciría su salario ni el de sus colaboradores, justificando un impedimento de ley; además, sus funcionarios empiezan a comportarse como verdaderos virreyes, mientras sus familiares engrosan las nóminas estatales, engañando que se trata de homónimos.

De honestidad mejor ni hablamos. Este lunes, el Gobernador tendrá que salir a dar la cara para justificar lo que él creía la acción más importante de su gobierno hasta ahora: la compra de patrullas en más de un millón 300 mil pesos por unidad. La información de los costos fue difundida por su propia oficina de Comunicación; la Contraloría ha dicho que iniciará una investigación y sobre el gobernador ya cierne la sombra de duda sobre los negocios que se están haciendo.

El tema de la inseguridad y el conflicto con el Fiscal General del Estado también han contribuido al desplome de la popularidad del Gobernador, lo que tiene muy preocupado a Palacio Nacional y eufóricos a sus adversarios, incluso dentro de Morena. Lo que ha hecho fuerte al Presidente ha vuelto muy débil al Gobernador.

Sólo para documentar el optimismo de los morenistas. El ex gobernador Miguel Ángel Yunes Linares concluyó su breve administración con un 34 por ciento de aprobación y un 65 por ciento de rechazo, números que explican el resultado electoral del año pasado.

Hay dos caminos: negarlo de manera sistemática hasta que los alcance el cisma, o atender las razones de fondo que han mandado al Gobernador de Veracruz a ser uno de los cuatro mandatarios peor evaluados en el país.

Las del estribo…

  1. Por redes sociales, el súper delegado estatal, Manuel Huerta, informó que se someterá a una cirugía maxilofacial que lo mantendrá fuera de circulación unos días. Al parecer la verborrea y la retahíla de sandeces lo llevó al quirófano.
  2. Al parecer, el despliegue de elementos de la Guardia Nacional mordió hasta los de casa. Dos días después del enfrentamiento entre cuerpos policiacos en Minatitlán -en el que se asegura murieron tres personas-, nadie ha informado sobre lo que realmente pasó. La Guardia Nacional inició con el pie izquierdo, y precisamente en Veracruz.