Desde hace décadas la medicina le ha dado la posibilidad a muchos de alargar sus expectativas de vida con el transplante de órganos. Sin embargo, hay un problema primordial de esta práctica que a día de hoy sigue generando frustración. Se trata de los largos tiempos de transporte por los que a menudo tienen que pasar los órganos para poder llegar hasta su receptor. Esto empeora su calidad y, en el peor de los casos, puede llegar a hacerlos no aptos para el transplante. Afortunadamente un dron podría cambiar esta situación.

Un equipo perteneciente a la Universidad de Maryland quiso proporcionar una solución a esta situación. Así, crearon un dron capaz de transportar rápidamente órganos entre hospitales. Esto se logró gracias al trabajo conjunto de médicos, ingenieros y expertos en aviación.

Lo que antes se realizaba en vehículos terrestres ahora puede atravesar el cielo y llegar en menos tiempo. Pensando eso, se realizó el primer transporte de órganos en dron de la historia, el cual superó todas las expectativas. Una paciente de 44 años llamada Trina Glispy esperaba un riñón para dejar de lado su vida en torno a las diálisis. Con una velocidad de 10 metros por segundo, el dron llegó en menos de cinco minutos.

La operación fue todo un éxito y finalmente después de ocho años, Trina logró conseguir un nuevo riñón.