Damara Gómez, aspirante a la dirigencia estatal del Partido Revolucionario Institucional, se ha quejado en reiteradas ocasiones por supuestas irregularidades en el proceso interno. Incluso, presentó media docena de impugnaciones por diferentes motivos; el principal: que las demás fórmulas no incluyeron a jóvenes.
Lo más probable, nos dicen al interior del propio partido, es que dichas impugnaciones, por carecer de sustento, terminen en un archivero o en el bote de basura; explican que la convocatoria del partido establece que los aspirantes deberán procurar incluir a jóvenes, pero “procurar” no implica una condición obligatoria.
Adolfo Ramírez Arana, otro aspirante al cargo, convocó –al igual de Damara Gómez–a una rueda de prensa en la que despotricó contra lo que considera un proceso amañado; alega vicios en el proceso interno y pide la renuncia de la dirigente nacional, Claudia Ruiz Massieu.
Fofo, como le conocen en el partido, grabó un video en él dice que existen anomalías en el padrón electoral y exige que las reglas del juego sean “con el padrón del INE, que es el válido y el que no está amañado ni entrampado”.
Sin mencionar por su nombre a sus adversarios, Ramírez Arana agregó que no quiere “un partido entregado al Partido Acción Nacional”, y dice que ellos –Silvia Domínguez y él– no están financiados por el PAN ni por Morena.
Carlos Aceves no se ha manifestado al respecto; ha sido mucho más cauto, precavido, hay quien lo califica como tibio y gris; lo cierto es que Aceves Amezcua parece que no quiere confrontarse con ninguna expresión del tricolor; probablemente sabe bien que todas las probabilidades están en su contra y por ello no se mueve, se agazapa.
Una cosa tienen en común Damara y Adolfo: unos días antes de la jornada interna, los dos denuncian de antemano dados cargados.
¿Dirían lo mismo si esos dados cargados les favorecieran?; por supuesto que no; en ese caso no dirían ni pío.
Cuando comenzaba el proceso interno, Damara Gómez aseguraba que arrasaría en el sur, que empataría en la zona de Veracruz, que ganaría el norte y que estaría muy bien posicionada en la región de la capital del Estado. Cuentas alegres.
Adolfo Ramírez presupuestaba una clara victoria gracias a su alianza con importantes grupos del priismo, como el que encabeza el diputado federal Héctor Yunes. Parece, sin embargo, que ello no le garantizó la dirigencia estatal del partido.
Ante lo que se vislumbra como una segura derrota este domingo 28 de abril, los dos se apresuraron a lanzar todo tipo de señalamientos, por lo que se anticipa que el proceso interno priista, al igual que lo que ocurrió en el caso de Acción Nacional, será definido en tribunales.
Mientras eso ocurre, Marlon Ramírez se muestra seguro de una contundente victoria y con esa confianza se mueve. Parece que sabe que las impugnaciones de Damara y las declaraciones de Adolfo terminarán por diluirse.
En los pasillos del CDE del PRI, por cierto, circula una encuesta que ubica a Ramírez Arana, a Damara Gómez y a Carlos Aceves con muy escazas, remotas probabilidades de dar la pelea. Parece que la elección interna priista está ya definida en favor de Marlon Ramírez y en ese contexto podrían ubicarse las acusaciones de “padrón amañado”.
Por cierto, cualquier otro aspirante medianamente capaz e inteligente hubiera levantado mucho más que Adolfo Ramírez, con todos los apoyos y adhesiones que recibió.
Damara, por su parte, hizo un papel más o menos decoroso, aunque insuficiente en la contienda; en tanto que Carlos Aceves terminó como actor secundario; ni para quejarse fue bueno. @luisromero85