Uno de los cuatro aspirantes a la dirigencia estatal del Partido Revolucionario Institucional es el ex diputado local Adolfo Ramírez Arana.

Ex alcalde de Paso de Ovejas y ex dirigente juvenil en el PRI, Ramírez Arana es de esa clase de políticos que se apunta para todo; buscó ser alcalde y diputado y lo logró, aunque terminó esos cargos con el estigma de la inoperancia y la ineficiencia; intentó la dirigencia cetemista, pero no logró su objetivo; y ahora busca la presidencia del Comité Estatal del tricolor, con el apoyo del grupo identificado con el diputado federal Héctor Yunes.

El grupo yunista cuenta con peso dentro del partido y con estructura en todo Veracruz; si ese equipo político logra su objetivo de llegar al CDE será a pesar de la gris figura que lanza como candidato a la presidencia.

Al interior de PRI se ubica a Ramírez Arana como el más limitado, el más corto de la baraja de aspirantes; lo que contrasta con la capacidad de operación y con la articulación discursiva de los otros candidatos.

Adolfo Ramírez Arana fue alcalde de Paso de Ovejas y en ese cargo pasó con más pena que gloria; basta decir que en su municipio la gente no recuerda una sola obra o gestión importante durante esa administración.

Antes de ello ocupó la presidencia del Frente Juvenil Revolucionario, donde tampoco hizo nada importante que no sea utilizar el membrete.

Como diputado, tampoco se puede hablar de una gestión exitosa; al contrario, sólo se recuerdan dos o tres intervenciones, propuestas poco inteligentes y sin demasiado peso argumentativo; un día, por ejemplo, se le ocurrió que las manifestaciones públicas eran molestas y entonces presentó una iniciativa para regular las protestas y obligar a los ciudadanos a pedir permiso para expresarse en la vía pública, lo que fue rechazado, criticado y condenado por activistas sociales, dado que ello equivaldría a solicitar autorización para ejercer un derecho que consagra la Constitución. En pocas palabras, el sentido de la propuesta de Ramírez Arana tendía a criminalizar la protesta y, por supuesto, fue rechazada.

Eso ocurrió en septiembre de 2014; ese año se apuntó como aspirante a la dirigencia de la Liga de Comunidades Agrarias, a pesar de no contar con antecedentes en el sector; en Paso de Ovejas se conoce el trabajo de su familia en la actividad ganadera, pero Adolfo Ramírez es más visto como un junior que llegó a la presidencia municipal y que pudo brincar de ahí a la diputación local por el distrito de La Antigua.

Esas versiones, que hablan de un tipo sin muchas luces, se reforzaron por el escándalo que protagonizó en Xalapa, cuando fue detenido por presuntamente golpear a un parroquiano al salir de un antro. Una vergüenza que pinta a la perfección los antecedentes del ex diputado.

En esas manos podría quedar el CDE del PRI en Veracruz, si es que termina por imponerse en el proceso interno el equipo que le arropa y sin el cual Ramírez Arana sólo podría aspirar a unos cuantos votos.

Regidora no pasa el alcoholímetro

Este domingo trascendió que el conductor de un auto del Ayuntamiento de Perote no pasó la prueba del alcoholímetro, por lo que la unidad fue retenida.

El hecho ocurrió por la madrugada en uno de los módulos de revisión de la capital veracruzana.

El conductor de un vehículo Dodge Attitude, color blanco, habría intentado evadir el retén.

Aparentemente, los tripulantes estaban en estado inconveniente, por lo que les aplicaron la prueba de alcoholemia, que dio positiva.

La unidad fue retenida y entonces salieron a relucir las charolas; Angelina Zavaleta Córdoba intentó intimidar a la autoridad; dijo que era regidora de Perote, de Morena, y amiga personal de encumbrados funcionarios estatales.

La autoridad confirmó que el vehículo era oficial del Ayuntamiento de Perote, pero se encontraba fuera del horario laboral.

Se comenta que el chofer Manuel Gómez habría ofrecido dinero para intentar sobornar, pero de cualquier forma la unidad fue remitida al corralón para evitar una desgracia.

Una pena, por el comportamiento de la regidora y del conductor; y un buen punto para la autoridad de Tránsito, que demuestra que la aplicación del reglamento nada tiene que ver con simpatías partidistas. @luisromero85