Abiram era un valiente, un luchador que defendía las causas justas, si el viviera estaría aquí en la plaza por cualquiera de ustedes, afirmó su hermano Misraim Hernández Fernández.

Pasadas las 6 de la tarde, Misraim junto a su hermano menor, llegaron a la plaza donde fueron recibidos por decenas de activistas y defensores de derechos humanos que exigieron justicia tras el asesinato de Abiram Hernández, integrante del centro de derechos humanos Heriberto Jara, y acompañante de familias de desaparecidos.

Venimos pra agradecer muchos conocían, estaria aqui luchando por cualquiera de ustedes, mi hermano siempre fue valiente, nunca se corrompió, siempre estuvo firme, quienes lo conocen saben que el nunca se echó para atrás, pedimos justicia por», dijo

Una sonrisa discreta enmarca las decenas de fotos de Abiram Hernández Fernández que inundaron la plaza Lerdo tras su asesinato, ocurrido durante la madrugada de este sábado al interior de su vivienda en la colonia El Sumidero.

Los activistas, defensores de derechos humanos, ambientalistas, académicos y amigos salieron a las calles para exigir justicia en el crimen del joven de quien todos dicen fue un estudiante destacado, un activista férreo y un gran amigo.

«El asesinato de Abiram es un mensaje de que los poderes fácticos ahí siguen y las autoridades no han podido dar el resultado que exigimos, pero hay que sobreponerse al miedo para que no nos tengan en su poder», comentó la docente de la Universidad Veracruzana (UV), Estela Hernández Palacios, que hace nueve años sufrió en carne propia el asesinato de su hija.

En la plaza, la que han rebautizado como Regina en alusión a la periodista Regina Martínez asesinada en 2012, fue puesto un altar improvisado, con flores blancas y una vela, mientras el cuerpo de 37 años de Abiram aún permanecía en la Dirección General de Servicios Periciales en espera de ser entregado a sus familiares.

La madrugada de este sábado Abiram fue encontrado al interior de su vivienda; uno de sus hermanos descubrió su cuerpo golpeado y sin vida. Abiram es el sexto defensor de derechos humanos asesinado en lo que va del gobierno de Andrés Manuel López Obrador y el primero en el del gobernador Cuitláhuac García Jiménez.

Por eso se reunieron todos en la plaza; más de 100 organizaciones civiles hicieron un llamado a las autoridades para que se esclarezca el asesinato, se dé con los responsables, sean castigados y en el camino no se revictimice a la familia ni al propio Abiram con versiones que no son parte de la realidad.

Arturo Narváez, activista del Movimiento de Apoyo a Niños Trabajadores y de la Calle AC (MATRACA), exigió al Gobierno del Estado, a la Fiscalía General y la Comisión de Derechos Humanos, esclarezcan el homicidio mediante investigaciones ejemplares, que no dejen lugar a dudas.

«Exigimos saberla verdad sobre estos hechos y se imparta justicia ya, porque justicia que no es pronta ni expedita no es justicia».

Todos lloran, se abrazan, intentan consolarse y cuando alguien logró recuperar el aliento alguien más se aflige por esta pérdida. Por eso los abrazos son importantes, porque todos son víctimas y todos son pilares para ayudarse.

Por eso los colectivos de familiares desaparecidos y las organizaciones defensoras de los derechos de las mujeres, de los niños, y de los derechos de personas con VIH-Sida, hoy no tienen agenda más que la de exigir justicia ante lo que consideraron una alarmante crisis de seguridad en impunidad en Veracruz.

La directora general de Cultura de Paz y Derechos Humanos, Mayra Ledesma Arronte, recuerda a Abiram como su alumno en la Facultad de Sociología en la UV, dice que fue un estudiante que desde la Facultad se involucró en el acompañamiento a víctimas.

«Fue un estudiante muy destacado, después estudió derecho. Era alguien muy inquieto que siempre estaba queriendo prepararse, como alumno siempre fue una persona comprometida y preocupada de todos los temas sociales».

Su asesinato provocó la exigencia para que el Gobierno del estado emita una alerta de riesgo para personas defensoras de derechos humanos y periodistas y se emitan las medidas de protección necesarias.

«Queremos justicia, ya no queremos vivir en la impunidad, llevamos muchos años de impunidad, exigimos justicia», fue el clamor generalizado.

Perla Sandoval/Avc