En 1928, en algún lugar —quizá del sur— de los Estados Unidos alguien dijo: cuando estás sonriendo. Por ahí pasaban dos compositores, Larry Shay y Mark Fisher, y un letrista de canciones, Joe Goodwin. Vieron pasar las palabras a su lado y con una red de esas que se usan para atrapar mariposas las tomaron, las ataviaron con más palabras y con notas, y las convirtieron en un ave a la que encomendaron la misión de transmigrar de boca en boca, de geografía en geografía, de época en época hasta el final, si es que existe, del tiempo. Le prometieron que cada vez que anidara en una garganta, renacería transfigurada, nueva para cada tímpano, plena para esa versión del mundo.
Inmediatamente fue con Seger Ellis para que le diera el primer soplo vital, y en la voz del texano, la humanidad tuvo noción de su existencia. Después fue anidar en la garganta más poderosa del planeta, la de Louis Armstrong, y de esos labios gruesos y vigorosos brotó, mitad trompeta mitad palabra, y se esparció por un mundo que sonreía con ella, y dicen que cuando estaba riendo a carcajadas, salía, brillando, el sol.
Y anduvo de voz en voz a lo largo de todo el siglo XX, pasó por Ted Wallace, quien la llevó a bailar con sus Campus Boys. Anidó en los más íntimos rincones de Andy Williams, Caroline Henderson, Dean Martin, Doris Day, Duke Ellington, Ella Fitzgerald, Erroll Garner, Frank Sinatra, Billie Holiday y muchos, muchos más.
Iniciando el siglo XXI, se le vio brotar de los labios de Michael Bublé, recientemente, llegó a Xalapa y se albergó en un pájaro de cuatro trinos que danzan juntos, a veces de la mano, a veces separados, a veces encimándose, a veces por senderos paralelos: Nawi. Para saber cómo fue que llegó entre la niebla y el chipi chipi primaverales de este manantial de arena, corrí a buscar a alguien que sabía que iba a darme un parte pormenorizado: Santiago Gutiérrez Rebolloso.
«When You’re Smiling es un tema que popularizó Louis Armstrong, yo lo conocía por él, me gustaba la melodía y lo elegí para una tarea en la que tenía que hacer una rearmonización. Lo toqué en la clase con el piano pero no me encantó.
«Cuando regresé de A Capella Academy, estaba con la espinita de hacer un arreglo; al principio de este año estábamos empezando a consolidar más el proyecto de Nawi, las chicas dijeron que estaría chido hacer un arreglo vocal y yo dije que yo lo hacía, pero estaba de lleno con la escuela y se me fue pasando el tiempo.
«Desde que lo hice para la clase me lo imaginé con voces, entonces lo empecé a hacer así. No es que haya tenido muchas clases de arreglo, realmente, más bien trataba de imitar lo que me llama la atención de los arreglos vocales; tenía partituras de algunos arreglos que canté en A Capella Academy y me puse a escuchar arreglos en Internet, y de ahí me fueron saliendo las ideas.
«Realmente es bastante sencillo, escribí la melodía de la forma que quería y de ahí fui haciendo una estructura agregándole algunas cosas para que fuera más interesante. Como quería que sonara en esta onda de Louis Armstrong, transcribí algunas líneas que hace con la voz o con la trompeta y unas partes del bajo; yo no tenía idea de cómo se hace un walking, entonces me puse a buscar temas que tuvieran walking como yo quería que sonara y transcribí algunos compases. Armónicamente lo hice con los recursos que nos da el maestro Tona [Tonatiuh Vázquez] en la clase de lectoescritura musical, donde abordamos algunos conceptos de armonía y reglas para armonizar, quizá un poco cerradas pero útiles. Al principio me apegué completamente a eso, pero luego rompí algunas reglas para hacer cosas que sonaran diferente. También hay muchos juegos con la voz, es algo que escuché mucho en los arreglos de A Capella Academy y de grupos más contemporáneos que hacen arpegios o cascadas en vez de cantar por bloques armónicos, y así, con unos pocos recursos de una cosa y unos pocos de otra, lo fui complementando.
«Finalmente lo acabé pero, como te digo, estábamos con toda la presión del semestre y lo dejamos ahí. Empezando este año, como teníamos poco repertorio dijimos bueno, pues ahí está ese arreglo. Lo retomé, ya estaba muy avanzado pero sentía que todavía que le faltaban algunas cositas, lo pulí un poquito más y lo montamos, es uno de los arreglos que hemos montado más rápido.
«También lo hice pensando en escribir cada línea para cada uno de nosotros, para aprovechar la fortaleza de cada voz. Las clases del curso de A Capella Academy no fueron tan teóricas, como eran cortitas, nos daban consejos prácticos para que todo funcionara de la mejor manera y algo que todos decían es que si tienes un grupo, debes conocer muy bien a todos para que hagas los arreglos específicamente para ellos. Obviamente conozco muy bien a mi hermana [Lucía Gutiérrez], a Valentina [Marentes] la conozco desde hace muchos años y a Ana Pau [Reyes] también porque ya llevamos muchos ensayos, entonces traté de agarrarme de eso y creo que funcionó bastante bien.
«Al principio, a ellas no les convencía totalmente, no es que no les gustara la canción pero no era la que más les emocionaba porque había otras que estaban más movidas o más virtuosas, pero una vez que la montamos, nos gustó a todos, todos estábamos contentos con nuestras voces y fue uno de los arreglos que más amarró.
«Este año empezamos a tomar más serio el grupo, a formalizar todo, y como solo teníamos el video de Tenderly y queríamos subir más material, decidimos hacer el video de ese arreglo. Conocemos a Enrique Fonseca porque trabaja con la mamá de Valentina y le pedimos que nos grabara. Hicimos tres tomas, en las primeras dos no nos soltábamos bien y en la tercera ya quedó. No fue algo tan intelectual, eso estuvo muy padre porque todos nos soltamos y nos gustó el resultado porque fue un video muy casero pero al parecer ha tenido una buena respuesta de la gente. El video de Tenderly es una producción más profesional, estuvo padre hacerlo; esto fue muy rápido, Enrique nos tomó así como sonamos y nos parece muy honesto subir un video así».
Ver También: Tonatiuh Vázquez, Nawi, Tenderly; el encuentro
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