—Hay que encontrar una manera de vivir donde podamos estar en armonía, en el respeto, en la solidaridad, en la fortaleza de la humanidad, ya que humanamente nos merecemos lo mejor de la vida y, sobre todo, saber que las personas históricamente somos personas que vivimos en paz, aunque el discurso que nos manejan es que las personas somos violentas y la guerra es eterna. Por eso es importante colocar nuevas palabras, apostar al fortalecimiento del respeto en la diversidad y tener en cuenta que la construcción de la paz no es algo de fuera sino se da de manera interna —asegura Zulma Amador, de la Universidad Veracruzana, durante la segunda sesión del Conversatorio de la Comunidad de Danzantes y Músicos del Totonacapan, titulada La aportación de los pueblos originarios a una cultura de paz, en el marco del Festival Cumbre Tajín —que se desarrolla del 20 al 24 de marzo en Papantla, Veracruz.
Para la misma Zulma Amador, la reunión dialogante de músicos y danzantes permite “volver a recrearnos, pensarnos y sentirnos diferentes”.
Así, al celebrar 20 años volando alto, la vasta programación del festival —talleres, sanaciones, conciertos, teatro, cine, conferencias, presentaciones editoriales, cocina tradicional, recorridos, juegos, artesanía, cantos, acrobacia indígena, poesía, espectáculos, ecología, cuentacuentos, demostraciones, libros— incluye momentos de reflexión, propuestas y tejido de redes entre las comunidades indígenas.
Al segundo conversatorio, que se efectuó en la Sala Esperanza García Dionisio del Nicho de la uv, asistieron Zulma Amador; Mayra Ledesma de la Dirección General de Derechos Humanos y Cultura de Paz del Gobierno del Estado de Veracruz; Romualdo García de Luna, del Centro de las Artes Indígenas y Valeria Ysunza Pérez Gil de la Universidad Autónoma Metropolitana (uam).
El tema central fue la construcción de la paz a partir de las diferentes posiciones de los interlocutores. En el caso de la representante del gobierno del Estado de Veracruz, Mayra Ledesma, señaló que la creación de la dirección que preside fue por un reclamo para resarcir el tejido social ante la ola de inseguridad que se vive en el estado.
Para Romualdo García de Luna, del Centro de las Artes Indígenas, la construcción de la paz implica:
—Ver más allá, ver un ser creador. El reto es llegar a una espiritualidad para estar en paz. La espiritualidad es muy importante y en nuestros pueblos indígenas sí existe. Hay que entenderlo y hay que buscarlo, aunque no sea tan fácil porque lo primero que vemos es la materia. Hay que cuidar nuestro espíritu y una vez que se entienda vamos a ver diferente, no habrá conflicto y habrá paz.
Valeria Ysunza Pérez Gil habló de la importancia de identificar los conflictos a la par que hay que vislumbrar las soluciones:
—Tenemos que empezar a ver en dónde estamos mal, qué hemos perdido, qué hemos olvidado a nivel comunitario para poder entender de dónde surgen los conflictos que muchas veces surgen a partir de modelos externos que nada tienen que ver con las comunidades indígenas.
Los próximos temas del conversatorio abordarán la indumentaria indígena, la música y las lenguas originarias.