Yo soy como mi jarana
con el corazón de cedro,
por eso nunca me quiebro
y es mi pecho una campana;
y es mi trova campirana
como el cantar del jilguero;
por eso soy jaranero
y afino bien mi garganta,
y mi corazón levanta
un viento sobre el potrero.
Arcadio Hidalgo
Arcadio Hidalgo es una figura fundamental del movimiento del son jarocho, «fue el único de los jaraneros tradicionales que sabía que el son jarocho era una música que tenía y debía evolucionar para sobrevivir», declaró Gilberto Gutiérrez a La Jornada. Nació el 12 de enero de 1893 en la Hacienda de Nopalapan, actualmente congregación del municipio de Juan Rodríguez Clara y desde muy joven participó en el movimiento revolucionario del Partido Liberal Mexicano de Ricardo Flores Magón. Para sobrevivir, se dedicó a la agricultura y a diversos oficios como la panadería o el reparto de leche. Fue poeta popular y militante destacado en la preservación de la música tradicional de su tierra.
Juan Meléndez, periodista, locutor, escritor, sonero, promotor cultural, político y destacado discípulo del célebre nopalapaneño, habla de todo eso y mucho más en el libro Arcadio Hidalgo, poeta, campesino, jaranero, revolucionario, un documento en el que recopila versos e imágenes , y narra sus propias vivencias al lado del padre del renacimiento del son jarocho —como se califica a don Arcadio—. Un libro, a la vez íntimo e histórico que será presentado el domingo 10 de marzo a las 5:00 de la tarde en el Centro Recreativo Xalapeño. En la presentación, que será moderada por Daniela Meléndez, participarán Rafael Figueroa, el grupo Gallo Negro y el autor, con quien platiqué hace unos días:
«Arcadio Hidalgo fue un jaranero que mantuvo la tradición del son jarocho; a pesar de que vivía en Minatitlán, una ciudad industrial, mantuvo la tradición de la rama y los sones. Siempre le gustó tener a su lado discípulos y resultó que sus discípulos fueron muy buenos y han destacado mucho, entre ellos están Antonio García de León, quien en el 69, con apoyo del INAH, grabó un disco memorable, Sones de Veracruz, que fue una base y que inspiró a los siguientes discípulos, entre ellos a tu servidor.
«Después, Gilberto Gutiérrez y Juan Pascoe lo invitaron a tocar en el grupo Mono Blanco y se convirtió en la formación Arcadio Hidalgo y el Grupo Mono Blanco, para entonces Arcadio ya tenía cerca de 90 años. Yo lo conocí en 1981, él tenía 88 años, y empecé a aprender con él y volví a integrar al grupo Tacoteno, como se había llamado cuando Arcadio tocó con Antonio García de León y con Noé y Benito González.
«Arcadio Hidalgo fue una figura fundamental para explicar el desarrollo de lo que me tocó nombrar como El movimiento jaranero, es decir, voltear a ver a la música tradicional veracruzana más apegada a sus formas tradicionales.
«Me tocó convivir con él los últimos años de su vida, de 1981 a 1984, año en el que falleció el 7 de julio. Pocos días después de su deceso, su viuda —doña Juana Contreras— me obsequió álbumes de fotos de don Arcadio y su familia, seis cuadernos con sus versos y decenas de hojas sueltas, y me di a la tarea de transcribir sus versos, porque Arcadio apenas podía escribir.
«Una vez que me jubilé de mi situación laboral en Petróleos Mexicanos y en el magisterio federal, me di a la tarea de cubrir esa gran deuda que tenía con el jaranero y poeta y campesino y revolucionario, y publiqué este libro que se llevó algo de tiempo en salir, pero tuvo un cocimiento a fuego lento y dicen que así son mejores los guisos.
«En la primera parte del libro, recojo 450 versos de Arcadio Hidalgo. La segunda parte se refiere a los diversos oficios que desempeñó, como ya dije, campesino, jaranero, poeta, revolucionario. Ahí está la experiencia de cómo viví esos últimos años de vida de don Arcadio, en los que tuve el privilegio de estar a su lado y me contó sobre sus encuentros con el Siniestro, sobre la lucha revolucionaria, sobre que, además de lo que ya mencioné, también fue panadero, lechero, cultivó maíz, plátano y piña, pero además frijol y calabaza, que siempre forman parte de la milpa tradicional.
«En la segunda parte también hablo de las famosas décimas de Arcadio Hidalgo que se grabaron en el 69 y que fueron cantadas por Antonio García de León, y sobre su jarana, La Mona; alguna gente se pregunta en dónde está La Mona, también ahí lo refiero. Todo eso es la segunda parte, mi vivencia y mi aprendizaje con don Arcadio Hidalgo.
«La tercera parte es una serie de 53 fotos, como dije hace unos minutos, doña Juana Contreras, su viuda, me obsequió los álbumes y de ahí tomé varias decenas de fotos inéditas del gran jaranero.
«Esas son las tres partes: poeta, con los 450 versos; campesino, que fue la forma con la que se mantuvo, con la que pudo sobrevivir; y termina con unas imágenes sobre diversos aspectos. Hice este libro con cariño, con respeto, con la admiración por haber tenido ese gran privilegio de poder haber convivido al lado de esta gran figura que explica el movimiento jaranero porque mostró la convivencia intergeneracional de una figura ya grande como él y Juan y Gilberto Gutiérrez, Antonio García de León y tu servidor, y habló de que había que atender a la versada. Todo eso está en el libro Arcadio Hidalgo, poeta, campesino, jaranero, revolucionario».
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