De Reyes Heroles a Manuel Huerta

La expulsión de Peña Nieto

Si bien el festejo por los 90 años del PRI no fue desangelado, sí fue discreto en Veracruz, tanto que no asistió ningún ex presidente estatal del partido, ni priistas de renombre a excepción de la lideresa estatal Lilian Zepahua y de la invitada de honor, la periodista Beatriz Pages Rebollar, quien fue la encargada de dar la conferencia “Los Retos del PRI en el actual Contexto Nacional”.

El evento se realizó en el auditorio Jesús Reyes Heroles, donde cupieron cómodamente 280 personas, entre invitados y representantes de algunos sectores y organizaciones.

En charla de aproximadamente 20 minutos, Beatriz Pages dijo que PRI no tiene derecho a morir. “La muerte puede ser en muchos casos inevitable, pero en otros, es imperdonable. El PRI no tiene derecho a cavar su tumba, porque ningún otro órgano político ha sido el arquitecto e ingeniero de los cimientos sobre los cuales fue construido el México moderno”.

Tras señalar que a partir de diciembre anterior llegó a la Presidencia de la República un régimen con evidentes rasgos autócratas, pero además totalitario, enumeró algunas de las decisiones “caprichosas” del mandatario Andrés Manuel López Obrador, al que nunca mencionó por su nombre.

Dijo que ejemplo de estos caprichos que van a costarle o ya le cuestan mucho a México son la cancelación del aeropuerto de Texcoco; el cierre de ductos de gasolina disque para combatir el huachicoleo; las reformas financieras fallidas como la de Pemex; y el nombramiento de inexpertos e improvisados en diferentes áreas de gobierno; decisiones que llevaron a las calificadoras internacionales a decir que México ya no es un país confiable para la inversión.

Después de la ponencia de la periodista, Lillian Zepahua agradeció su presencia, pasaron a cortar el pastel de aniversario en la explanada del PRI y eso fue todo.

Una ceremonia discreta para un enfermo, añoso y achacoso viejo al que Beatriz Pagés le está exigiendo que viva eternamente.

De Reyes Heroles a Manuel Huerta

Hasta ahora, el único líder del PRI que se le ha puesto al brinco a un presidente de la República, es don Jesús Reyes Heroles que en 1974 se opuso al dedazo de Luis Echeverría a favor de Manuel Carbonell de la Hoz para la gubernatura. “Yo, como veracruzano, no he votado por él”, dijo.

Cuarenta y cinco años después, el súper delegado Manuel Huerta repitió la frase del tuxpeño, aunque con una ligera variante. “Yo, como veracruzano no voté, por él”, dijo al manifestar su rechazo por la designación de Fernando Kuri Kuri como delegado del ISSSTE, por lo que pedirá “una explicación” al director de esa dependencia.

A don Jesús, Echeverría le hizo caso. A don Manuel, ya veremos cómo le va con su rechazo al nombramiento de Kuri.

La expulsión de Peña Nieto

Integrantes de una jalada llamada “Democracia Interna” del PRI, piden la expulsión de Enrique Peña Nieto de las filas del tricolor “por llevar al partido a la peor debacle de su historia”. Y tienen razón. Pero la debacle comenzó en 2015, cuando se dieron a conocer los primeros casos de corrupción y el entonces presidente los solapó lo mismo que mantuvo en sus puestos a gobernadores de la calaña de Javier y César Duarte, así como a Roberto Borge. Es cuando debieron pedir la expulsión de Peña Nieto. ¿Por qué no lo hicieron? Porque en ese entonces, aplaudieron los excesos y abusos de poder de quien hoy quieren echar. ¿O no? @luisromero85