Ayer hablé de la Dirección de Desarrollo Social del Ayuntamiento de Xalapa (Ver: La resignificación del desarrollo social | Sergio Téllez), dependencia que, para lograr sus objetivos, ha repartido las responsabilidades en cinco subdirecciones: Cultura, Cultura Física, Educación, Juventud y Salud, todas ellas aglutinadas en torno a los 13 los Centros de Gestión Comunitaria que se han diseminado diferentes rumbos de la ciudad. Tras un breve paso de Alejandro Schwartz , Diego Salas se hizo cargo de la Cultura, a casi un año de distancia, platiqué con él para saber cuáles son los pasos que se han dado y cuál es el camino a seguir.

«Cuando empezó la presente administración, el eje articulador de los esfuerzos de la Subdirección de Cultura iba en dos sentidos: desconcentrar la oferta cultural de la ciudad y empezar a generar un movimiento mayor, sobre todo en las zonas donde históricamente el asunto de la cultura había estado, si no oculto, por lo menos rezagado notablemente tanto en la oferta de servicios como en la producción y en la visibilización de lo que sí están haciendo, porque el hecho de que no haya tenido una fuerte incidencia en esas zonas ningún otro gobierno municipal, no significa necesariamente que la gente de ahí no esté generando su propia propuesta artística, sus propias actividades culturales, sí las hay en distintos escenarios y en distintas maneras expresar.

«Hay 13 Centros de Gestión Comunitaria, el matriz está en el centro y los demás están repartidos en toda la ciudad, incluida la parte rural. El trabajo del año pasado, en ese tenor de la desconcentración de la cultura, se basó principalmente en llevar talleres de fomento y formación artística a los pobladores de las periferias, y en el fortalecimiento de las expresiones culturales que ya existían, se trataba de profesionalizar o fortalecer algunas herramientas técnicas o teóricas sobre cosas específicas, como solfeo en música, calidad de movimiento en danza, técnicas de dibujo, el graffiti, el mural. Esa fue la primera gran apuesta, el año pasado tuvimos 25 talleres de fomento artístico en general que se impartieron desde la colonia Reforma, el Fovissste, Arroyo Blanco, hasta Chiltoyac, Tronconal, 6 de Enero, El Castillo, toda la zona rural, y al final del año hicimos una exposición de todos los productos artísticos que se generaron a partir de esos talleres.

Diego Salas (Foto: Eka Ríos)

«La exposición se hizo en las salas 1 y 2 del Centro Recreativo Xalapeño, la sala 2 albergó obra de un grupo de fotografía que tenemos en Constituyentes, por Plaza Cristal, y la obra de los talleres de dibujo que tenemos el Naranjal y en la zona norte, donde está El Principito, un espacio que nos prestan para que llevemos a cabo los talleres, el edificio es del DIF, pero la actividad corresponde al CGC de Herminio Cabañas.

«También tuvimos muestra de danza, de ballet, se presentaron ocho coros y algunos ensambles de música. La gente de esas colonias no tiene necesariamente acceso a una formación musical específica, pero siempre hay alguien que tiene una guitarra, o que tiene un tío o un pariente que tiene una guitarra que no usa, entonces hay muchos grupos interesados específicamente talleres de guitarra porque es el instrumento que más hay, pero en Chiltoyac llegó un niño a la clase de iniciación musical con un bajo eléctrico y un amplificador chiquito que le prestó un tío. Esto no tiene nada de extraño porque muchos de los mariachis, de las marimbas que andan en el centro, viven en las colonias, entonces seguramente por ahí hay vínculos, incluso, cuando vas a las fiestas patronales de Tronconal, están atascadas de músicos.

«Los talleres han dado unos resultados muy interesantes, no solamente por los resultados específicos de la formación de los jóvenes, sino también por la producción de nuevas dinámicas de relación entre los vecinos —entre los habitantes de las congregaciones, de las colonias— en torno a lo que está pasando con los talleres. Por ejemplo, el equipo de danza aérea de El Castillo se hizo de unos uniformes confeccionados por los padres de familia de las muchachas. En el CGC Reforma hay un grupo de mujeres que se empezaron a acercar a la literatura a través del taller de creación literaria y empezaron a generar una dinámica realmente muy interesante con los vecinos, y el 18 de enero tuvimos el arranque de un programa que en teoría se llama Autor a domicilio pero ahorita es conocido como El autor visita al lector; Lorena Huitrón fue a presentar su libro ahí, lo presentaron las talleristas y llegó mucha gente, a pesar de que está el imaginario de que es una colonia peligrosa, a pesar de que fue en la tarde-noche, a pesar de que nadie, jamás había articulado una tertulia literaria en esa zona y mucho menos de un autor que no conocían, a pesar de todo eso, el espacio donde fue el evento estaba lleno.

«Se están articulando dinámicas de convivencia que lo que empiezan a replantear es, justamente, la posibilidad de convivir y de cohesionarse más allá de sucesos trágicos, porque hay sistemas de cohesión y de convivencia que tienen que ver con el vecino vigilante, por ejemplo, o tienen que ver con organizarse para reclamar la puesta de una tubería de CMAS o cosas así, y nuestras actividades están proponiendo otro escenario en el cual la gente se pueda reunir, se pueda conocer, pueda convivir, pueda trabajar en equipo para lograr algo que no necesariamente tiene que ver con una exigencia pública. Tenemos, por ejemplo, casos donde lo que se está replanteando, más allá de la acción disciplinar de la actividad artística, son justamente procesos de convivencia, de cohesión, de coexistencia alrededor del arte, eso me parece que es lo fundamental, más allá de que si se les enseña danza contemporánea, danza aérea, ballet o danzas urbanas.

«Además de los talleres de fomento, el año pasado tuvimos entre 93 y 97 actividades artísticas en las colonias: conciertos, obras de teatro, ballets folclóricos, títeres, cuentacuentos, un montón de cosas. Eso me parece importante porque si hablamos de 12 Centros de Gestión Comunitaria que están fuera del centro de la ciudad, entonces estamos hablando de más o menos siete actividades en promedio por cada uno, esto forma parte del esfuerzo de desconcentración.

«Otro resultado importante es que ellos, al ya tener herramientas para generar un discurso estético articulado en torno a una disciplina, empiezan a tener la posibilidad de expresarse con esa disciplina en otro tipo de escenarios y no necesariamente nos tienen que invitar a nosotros, ellos lo pueden hacer perfectamente como ha pasado, por ejemplo, con El Castillo que organiza sus galas de danza aérea por su cuenta, las chavas quieren presentarse, hablan con el agente municipal, con el coordinador del Centro y se arma la presentación. Esto es interesante porque estamos hablando de incentivar las actividades culturales con un número determinado de presentaciones de distintos tipos, pero también proponer la posibilidad de que la misma gente empiece a difundir sus propios proyectos, esa sería la idea a largo plazo, que la producción cultural sea autosuficiente, autosustentable y se dé en toda la ciudad, no solamente en el centro.

«Muchas de las actividades que se articularon el año pasado derivaron de alianzas que fuimos haciendo con otras instancias, tanto a nivel estatal como a nivel federal. Tuvimos una colaboración muy fuerte por parte de Difusión Cultural UV, con ellos llevamos el programa de Música en movimiento; de agosto a diciembre, una vez a la semana llevamos espectáculos culturales a las colonias, fue una buena parte de los grupos de música de la Universidad y el Ballet Folklórico, eso también estuvo muy interesante.

«Otra parte importante es que tenemos una cobertura que necesita forzosamente anclarse a una población específica, o a distintas poblaciones pero que el servicio tenga que ser más o menos especializado o dirigido, por ejemplo, para atención a adultos mayores tenemos un taller de danzón en el CGC Reforma. La idea es impulsar otras alianzas con asociaciones civiles que tengan productos o servicios orientados a los distintos sectores. Ahorita, el mayor esfuerzo está concentrado en niños porque es nuestra población más grande, hay una demanda increíble de servicios culturales en toda la ciudad que tiene que ver con niños, yo creo que por dos razones: por un lado, por los niños, pero por el otro, por los ritmos de vida de los padres de familia que ganan poco, trabajan mucho y van a trabajar lejos, entonces, el hecho de que los niños puedan estar tres o cuatro horas en un Centro de Gestión Comunitaria tomando clases de dibujo, de música, de inglés o de lo que pueda ofrecer el Centro, es una gran ayuda porque tienen un lugar para dejar a sus hijos, y es un ambiente seguro porque la gente de los Centros de Gestión se esmera mucho en el cuidado de los niños».

(CONTINÚA)

 

SEGUNDA PARTE: La cultura tras un nueva narrativa de la ciudad

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