La crisis de desabasto de gasolinas tuvo dos razones específicas: el robo monumental e impune de gasolina en prácticamente todas las regiones del país por la que atraviesan ductos; y la errática decisión de suspender la importación de gasolina de Estados Unidos. Lo primero se difundió incluso hasta la tragedia, mientras que lo segundo se ocultó hasta que el gobierno quedó en evidencia.

Esta vez, la indolencia de la Cofepris y la falta de atención del gobierno federal podría provocar un nuevo conflicto: la escasez de medicamentos.

Según la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (Canifarma), los laboratorios del país llevan ya 45 días sin haber obtenido ningún permiso de importación, con lo cual no hay materia prima para fabricar los medicamentos. Desde el inicio del gobierno de López Obrador, la Cofepris no ha otorgado un solo permiso, a pesar de que el 92% de las materias primeras para producir las medicinas es de importación.

Y a pesar de que la propia Cofepris negó este lunes que exista riesgo de desabasto –seguramente los farmacéuticos entrarán en la lista de empresarios fifís y candidatos a ser señalados de promover la corrupción del sector-, la situación es delicada para el sector público, y en consecuencia para la mayor parte de la población derechohabiente, por varias razones.

De los tres mil millones de cajas de medicamentos que se licitaron en diciembre pasado por el sector público, ya se debieron haber entregado alrededor de mil 500 millones, pero no se ha hecho. El desabasto puede ser inminente si no se permite la importación de las materias primas.

Por lo pronto, ya se registra un desabasto en la vacuna doble y triple viral -que entre otras afecciones protege contra el sarampión-, trae en jaque a autoridades de la Secretaría de Salud; la adquisición de esta vacuna no formó parte del proceso de transición y por lo tanto no ha llegado a la población. La angustia al interior de la Subsecretaría de Prevención y Promoción de la Salud crece luego de que en Estados Unidos se declaró un estado de emergencia porque 35 menores de edad que viven en Washington contrajeron la enfermedad.

En el gobierno federal –y particularmente en  el sector salud- se truenan los dedos con la esperanza de que no surja un brote de la enfermedad y están haciendo hasta lo imposible por adquirir las dosis de inmunización. Apenas el año pasado se detectaron cinco casos, y aunque entonces la administración peñista presumía que todos eran importados y que el último contagio en el país se reportó en los años 90, con los virus nunca se sabe. Basta recordar los brotes de influenza de hace algunos años.

En la acera de enfrente, la preocupación es aun peor. Rafael Gual, director de la Canifarma, ha dicho que la situación es delicada tanto en el sector público como en el privado, porque en éste también faltarían medicinas de patente. Por ejemplo, alguien toma un fármaco especial para reducir el azúcar, en un par de semanas tendría que tomar de otra marca. O para quienes sufren alguna enfermedad crónico-degenerativa o combaten algún tipo de cáncer, los medicamentos de determinado laboratorio podrían sufrir una merma en el mercado.

Por lo pronto, la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica, viendo la crisis que se viene, decidió alertar a la sociedad: en una semana podríamos quedarnos sin medicinas de patente tanto para el sector público como para el sector privado.

Nuevamente, de manera inexplicable, el gobierno federal niega el problema. Este lunes la Cofepris informó que ha emitido 13 mil trámites relacionados con medicamentos y dispositivos médicos entre el 3 de diciembre de 2018 y el 25 de enero de este año, por lo que rechazó un posible estancamiento en la importación de fármacos.

En respuesta, la Canifarma dijo ayer que hoy miércoles entregará a la Cofepris un listado de los trámites que frenaron la importación de fármacos a México y que de no resolverse podrían generar un desabasto de medicamentos en el país. Según Rafael Gual, el listado de trámites rezagados que se tienen que resolver con la Cofepris se entregará hoy mismo.

Entonces, ¿quién miente? ¿Cuál sería el propósito de la industria farmacéutica de alertas sobre un desabasto que no existe? ¿Porqué el gobierno no ha dicho cuál es el inventario existente y por qué se registra una falta de vacunas doble y triple viral? ¿A quién acusarán esta vez de corrupción?

El desabasto de medicina no es algo que se pueda ocultar. Otra crisis nos acecha.

Las del estribo…

  1. Al parecer, ya no cualquier pendejo podrá ser magistrado, como dijo alguna vez dijo la claridosa abogada y magistrada Yolanda Cecilia Castañeda. Las propuestas enviadas por el Gobernador –la mayoría mujeres- reúnen varias características: no son políticos, no son afines a ningún grupo político y la mayoría de ellos y ellas se han hecho en la carrera judicial. Curioso que ahora se quejen de que no haya nombres conocidos.
  2. Dice el secretario de Educación, Esteban Moctezuma, que no es necesario saber inglés para enseñarlo en las escuelas de educación básica, que para esto está el apoyo de la plataforma. Seguramente tampoco será necesario ser maestro para enseñar, como tampoco es necesario tener perfil para ocupar un cargo público. ¡Válgame la rebuznancia!