Ana Miriam Ferráez, diputada local:
Todo mal en tu propuesta, u opinión al vapor, del toque de queda para las mujeres a partir de las diez de la noche. No sé cuánto tiempo la estuviste analizando, pero te invito a pensar más.
Lo triste es que tal vez no lo veas, la consideres oportuna y sensata, y hasta la vuelvas a defender, pues tú la diseñaste, y te pareció una brillante estrategia para cuidarnos como mujeres, y ser más conscientes. Sé que no seré la única en reaccionar y que vendrá una ola de críticas muy severas, y también sé que a la par se harán burlas, memes, chistes, lo que creará bandos, mediadores y demás. Sin embargo, con los días algo así pronto se vuelve olvido.
Diputada, te voy a dedicar lo más valioso que poseo en esta vida, te voy dedicar mi tiempo, porque quiero que al menos sepas que yo, junto con muchas otras personas, no vamos a olvidar tu ignorancia en el tema y el daño grave que has provocado con estas palabras, con tu opinión, propuesta o como quieras llamarle.
El simple hecho de proponer un toque de queda para un sector de la población –o para todos– es anticuado y obsoleto. En términos generales, es restringir la libertad de realizar actividades después de cierta hora, bajo la premisa de que si se desobedece habrá una sanción, en este caso, una responsabilidad. No sabes el horrible argumento que le acabas de dar a un violentador: “eran las 12 de la noche, qué hacía afuera de su casa.” Y como siempre, es culpabilizar a las mujeres de los actos de violencia que sufren. No estamos para perpetuar esta cultura de la normalización de la violencia hacia las mujeres, jóvenes, niñas, ancianas, mujeres trans, etcétera. Tan sólo dilo al revés, para que las mujeres gocemos de libertad de tránsito, sin miedo a que nos maten, que los hombres tengan un toque de queda a las 10 de la noche, así podremos estar seguras y ser más conscientes. Así suena tu propuesta. ¿Te das cuenta de que está mal formulada?
Es absurda, como absurdo es pensar que, si todas somos obedientes, estamos en casa, guardadas, no habrá feminicidios. Léelo dos veces por favor: no hay lugar, no hay hora para la violencia contra las mujeres. Sucede en la mañana, mientras niñas y jóvenes van a la escuela; llega a mediodía en las casas al estar realizando algo cotidiano; pasa en las madrugadas; cuando muchas mujeres salen a trabajar
¿Acaso crees que es posible? En un ejercicio simbólico estaría genial que un día todas las mujeres que habitamos esta ciudad estuviéramos de brazos caídos a partir de las diez de la noche, más a modo de huelga, para visibilizarnos, ya que por supuesto contribuimos a toda hora a la sociedad. ¿Qué pasaría? Xalapa, la ciudad donde a partir de las diez de la noche los hombres se hacen cargo de todo… Como novela de Saramago. Minimizar la violencia hacia las mujeres proponiendo no salir a partir de las diez de la noche evidencia que no sabes nada sobre el tema; un tema que bien lo has dicho: requiere que todos los ámbitos de gobierno atiendan con responsabilidad, y así garantizar la seguridad de todas y todos. En todo lugar, a toda hora.
Es una verdadera lástima que los diputados no tipificaran como delitos graves el feminicidio, la violencia sexual contra menores, la desaparición forzada de personas. Se les fue una valiosa y preciosa oportunidad para mandar un mensaje claro y fuerte: habrá procuración e impartición de justicia en caso de violencia.
Una de las horribles raíces de que haya tanta violencia hacia las mujeres es que hay impunidad total, porque se puede matar a una niña, a una anciana, a tu compañera, a tu ex novia, a una desconocida y no habrá una consecuencia. ¿Eres acusado de algo así? No te preocupes, no es delito grave, sales bajo fianza en lo que se resuelve, te das a la fuga, o no habrá una sólida investigación, o la vieja confiable: el sistema es tan corrupto que habrá diversas maneras de salir libre.
Es muy triste esta realidad –y acabas de hacerla más triste, porque no te dirigiste a las mujeres, y acabas de darle argumentos a la cultura de la violencia; no has sumado nada a una sociedad que quiere y requiere construir una educación para la paz.
Te lo dice una ciudadana que sí aquilata mucho las palabras que, aunque se las lleva el viento, son capaces de destruir imperios.
Es evidente que no crees que hay un problema de percepción que debemos erradicar. La violencia hacia las mujeres no es responsabilidad de las mujeres, no la provocamos, no la buscamos, no es nuestra culpa, no tenemos por qué mermar nuestro tiempo, nuestra libertad, nuestras actividades, nuestros gustos, nuestros compromisos a partir de las diez de la noche, porque no vaya a ser que alimentemos a una incómoda estadística del Estado.
Tu trabajo, o al menos tu responsabilidad como representante, sí es hacer consciente a la sociedad de que la violencia hacia las mujeres es un tema que nos atañe a todos y todas. Te invito a comprometerte a dejar de pensar al vapor y realizar acciones concisas, precisas, viables, y adecuadas a corto, mediano y largo plazo para garantizar una vida libre de violencia dentro y fuera de nuestros hogares y espacios de trabajo. Tu trabajo es legislar, hazlo desde el conocimiento de las causas y con propuestas bien pensadas.
No me cansaré, junto con muchas personas más, de repetir que al pedir un toque de queda has caído en una irresponsabilidad grave, porque no lo dijiste en tu casa después de las diez de la noche: lo dices desde el puesto que tienes.
Ana Miriam, lo que opinaste propone una coartación a los derechos humanos de las mujeres y eso es una violación a la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia del Estado de Veracruz, a la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia; también va contra la Ley General para la Igualdad entre Hombres y Mujeres del Estado de Veracruz y la Ley General Contra la Discriminación; contra el Artículo Primero Constitucional de los Derechos Humanos, sólo por mencionar algunas leyes y artículos.
Que se me permitan palabras más fuertes. Es una aberración y te estoy dedicando tanto tiempo porque ya basta de perpetuar conductas que en apariencia no hacen daño, pero son las que más. No todo es malo, recalco, has ayudado a evidenciar el total desconocimiento una vez más, en esta materia de quienes legislan. Si no sabes, no opines al tanteo, asesórate mucho, mucho, mucho, estás en un puesto público que lo requiere, en este y muchos otros asuntos.
Los feminicidios son un delito grave (pese a lo que diga la Cámara de Diputados) que debe combatirse con una estrategia integral. Un primer paso es leer y acatar las recomendaciones de la AVG (Alerta de Violencia de Genero) para el estado de Veracruz.
Hace falta algo más que mera voluntad aislada. Hacen falta recursos –humanos y económicos. Para muestra: el IVM tiene un raquítico presupuesto de 29,500.171.00 pesos, pese a que el Articulo 9 del presupuesto de egresos enmarca como prioridad la transversalidad de la perspectiva de género en todas las llamadas Actividades de Interés Transversal, la cual contempla las acciones que marca la atención a la Alerta de Violencia de Género.
Creo que no está de más recalcar que abonaste a una cultura del miedo, no de la prevención: vivir con miedo nuestro día a día, lo que poco a poco merma la capacidad de vivir con felicidad y entusiasmo.
Al feminicidio lo alimentan la impunidad, la indolencia de la procuración y administración de justicia, la ginopia, y claro, el machismo en todos los operadores, que en vez de dar certeza y justicia a las mujeres víctimas, las hacen sentir como las responsables. Tan solo basta preguntar a las mujeres y o familiares que han denunciado lo que viven en el proceso, el trato que reciben y toda esta sobre victimización y revictimización de la que son sujetas las mujeres por parte de los funcionarios públicos. La percepción de la sociedad, nada alejada de la realidad, es que los casos que se denuncian no se investigan, no se resuelven y siempre apuntan a la impunidad. Y no es cuestión de cambiar la percepción, sino de cambiar la realidad, desde las leyes, desde la justicia.
Como te dije, no estoy sola: junto a mí, hay personas de todas las edades a quienes, de alguna u otra manera, tu propuesta nos pareció muy desatinada, y te lo queremos hacer saber a ti y a todo aquel legislador y funcionario público que desde su cargo perpetúe esta postura de dar opiniones al vapor las cuales en nada suman a una cultura de paz, bienestar y derechos para todas y todos.
Seguro no estoy abarcando lo que implica tu comentario, debe haber ojos más expertos, criterios más sesudos, datos, estadísticas y argumentos, sentidos del humor que le den la vuelta a esto, pero está bien, es con lo que puedo contribuir. Sé que esta ola que provocaste te alcanzará, pero ejerzo mi derecho a la libertad de expresión, al de réplica de una propuesta de una legisladora; el derecho a una vida libre de violencia y claro, mi derecho a defender los derechos humanos.
Para concluir, sí quiero algo. Quiero que escribas una respuesta a esta carta: mi invitación es que la escribas tú misma. Tómate el tiempo de hacerlo; sé honesta. Que esa sea tu brújula.
Ana Valderrama. Promotora de la lectura. 21 de enero de 2019