La química son los ladrillos que constituyen todas las cosas que nos rodean, incluso nosotros mismos. Por ello es tan importante la Tabla Periódica de los Elementos.
Y ahora se ha restaurado la más antigua de todas, del año 1885, y que fue descubierta en la Escuela de Química de la Universidad de Saint Andrews en 2014 por el doctor Alan Aitken durante una limpieza.
Un hallazgo casual
La tabla está anotada en alemán, y una inscripción en la parte inferior izquierda – ‘Verlag v. Lenoir & Forster, Wien’ – identifica a un impresor científico que operó en Viena entre 1875 y 1888. Otra inscripción – ‘Lith. von Ant. Hartinger & Sohn, Wien ‘- identifica al litógrafo de la tabla, quien murió en 1890.
Tanto el galio como el escandio, descubiertos en 1875 y 1879 respectivamente, están presentes, mientras que el germanio, descubierto en 1886, no lo está.
El soporte de papel de la tabla era frágil y quebradizo. Ahora se almacena en las salas con control de clima de Colecciones Especiales en esta Universidad.
El tratamiento de la tabla incluyó:
- Cepillado para eliminar la suciedad de la superficie, separando la tabla de su grueso forro de lino, lavando la tabla en agua desionizada ajustada a un pH neutro con hidróxido de calcio para eliminar la decoloración.
- Un tratamiento de ‘des-acidificación’ por inmersión en un baño de hidrogenocarbonato de magnesio para depositar una reserva alcalina en el papel.
- Finalmente se repararon las pérdidas utilizando un papel kozo japonés (la materia prima con la que se fabrica procede básicamente de tres plantas: kozo, mitsumata y gampi, caracterizadas por tener unas fibras muy largas que le proporcionan una resistencia sorprendente; suele confundirse con el papel de arroz y otros papeles orientales, de distinta composición y procedencia, ya que al decir “papel japonés”) y pasta de almidón de trigo.
Con información de Xataka Ciencia