Martínez de la Torre, Ver.- Mientras crece la violencia criminal, que ha cobrado varias vidas en la cabecera municipal y en las congregaciones, el alcalde de Martínez de la Torre, José de la Torre Sánchez, prácticamente ha privatizado la Policía Preventiva Municipal, al utilizar más del 70 por ciento de los recursos humanos y materiales de la corporación para beneficio personal y de su familia.

De los aproximadamente 70 elementos que conforman la planilla orgánica, que cubren horarios en dos turnos de 12 horas, el alcalde destina cerca del 60 por ciento a tareas de seguridad personal; los policías municipales cuidan su domicilio particular, el de su esposa Rosa María Martínez Díaz, los cuatro centros comerciales de su propiedad denominados “Súper 2000” y su empresa abarrotera.

Miembros de la corporación, de los que se omiten sus generales para evitar represalias, revelaron que mientras el alcalde y sus negocios están bien resguardados con casi 20 elementos de los 35 que hay por tuno, para el auxilio y seguridad de la población martinense sólo se destinan tres patrullas y alrededor de 8 elementos; el resto son administrativos.

Martínez de la Torre es un municipio con aproximadamente 116 mil habitantes, repartidos en 37 comunidades, casi 130 colonias y el centro de la ciudad. Su índice delictivo crece todos los días, a tal grado que hoy es considerado uno de los más violentos e inseguros de la entidad. Sin embargo, esto parece no importarle al alcalde José de la Torre Sánchez, quien cumple su tercer periodo al frente del ayuntamiento, y prueba de ello es que el año pasado se registraron casi 200 muertes violentas.

El miércoles pasado, según la información de los mismos policías, los turnos estuvieron así: Patrulla 038, en zona de bancos; 025 en “Súper 2000” de la calle Allende; la 033, escolta del presidente; 026, en casa de la presidenta del DIF, Rosa María Martínez Díaz; 037, en la casa del alcalde (Av. Ignacio de la Llave); 034, en la empresa Abarrotes del Centro, y sólo tres estaban para cualquier auxilio de la población.

Por si lo anterior no fuera suficiente, los declarantes revelaron que cuando los camiones de la empresa abarrotera del alcalde tienen que salir a otros municipios de la región a repartir productos, una patrulla, la 041, con al menos dos elementos, es utilizada para escoltarlos hasta que concluyan la actividad comercial. Así es como ha venido trabajando desde que comenzó su gestión.

Y aunque la ciudad ya es considerada un foco rojo por el Gobierno Federal, por el alto índice de homicidios, secuestros, ejecuciones, extorsiones, robos y otros delitos, a José de la Torre no le interesa lo que la población opine o demande, porque para él, la seguridad familiar y de su patrimonio es primordial. Así lo ha demostrado ahora y en las dos administraciones anteriores en las que ha tenido la oportunidad de ser presidente municipal.

De todas estas anomalías están enterados los cinco regidores, pero tal parece que un bono económico los ha enmudecido, principalmente el responsable de la comisión de seguridad, Kefrén Luna Gómez, quien a pesar de ser de Morena, partido opositor al gobierno municipal, no dice ni hace nada para terminar con el problema, es un comparsa y cómplice más.

Según el informe del año anterior, en Martínez de la Torre se invirtieron alrededor de 28 millones de pesos para seguridad; por lo menos 12 llegaron a través del Programa para el Fortalecimiento de la Seguridad de los Municipios (Fortaseg), al que se debería practicarse una auditoria para corroborar en dónde ha quedado todo ese recurso; la respuesta es más que evidente.

Gilberto Viveros