Ciudad de México.- Daniel Reyes Morán es la carta fuerte del Gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, para convertirlo en Fiscal General de Justicia del estado.
Apenas el 29 de diciembre, el morenista lo avaló como notario de Xalapa.
El aspirante a la Fiscalía, según fuentes del Gobierno estatal, fue fedatario adscrito a una Notaría Pública y secretario de la Asociación Mexicana de Jóvenes Abogados.
Actualmente la dependencia está a cargo de Jorge Winckler, quien fue designado en 2016 por un periodo de 9 años en medio de críticas por su cercanía con el ex mandatario panista Miguel Ángel Yunes.
Sin embargo, tras los cuestionamientos del actual Gobernador por la liberación de tres ex funcionarios de Javier Duarte y otros casos, el Congreso local aprobó una reforma para destituirlo y designar a un nuevo titular.
Reyes Morán es hijo de Bertoldo Reyes Campuzano, quien laboró en la Procuraduría de Veracruz en distintos cargos, entre ellos como subprocurador de supervisión y control, y director de la Policía Judicial; también fue coordinador de la Policía Intermunicipal Xalapa-Banderilla en el sexenio de Fidel Herrera.
En 2009, Reyes Campuzano salió de la Policía Intermunicipal tras el incremento de la violencia ligada al crimen organizado, homicidios y agentes vinculados a la delincuencia.
Su despido fue la punta de lanza para desaparecer a la corporación, plagada de abusos y nexos con el crimen.
El exmando se ganó hasta el descontento de los policías. En distintas quejas denunciaron que sufrieron durante meses acoso laboral, violación a sus derechos, castigos, enemistades y hasta despidos.
Los policías aseguraron en diversos testimonios que fueron utilizados para abusar de los ciudadanos y dejar operar al crimen.
Para entonces, el Cártel del Golfo y su brazo armado los Zetas habían construido un emporio en el estado de Veracruz, gracias al soborno de mandos policiacos.
Las denuncias o quejas administrativas de policías contra Reyes Campuzano no prosperaron ante supuestas amenazas.
«Hagan sus denuncias, y den pruebas o me los chingo», recuerda un policía retirado.
«Nos acabó como corporación, nada de la profesionalización que se dio entonces a los agentes sirvió, el señor nos obligó a ser ciegos y mancos ante el crimen», dijo a REFORMA uno de los agentes que sirvió al ex mando.
Con información de Reforma