A poco más de un mes de iniciada la nueva administración estatal, Eric Cisneros, ingeniero agrónomo de profesión y Secretario de Gobierno de ocupación, ha resultado un verdadero chivo en cristalería.

Su falta de experiencia política, su excesivo protagonismo –lo mismo realizando tareas que no le corresponden que eclipsando al propio Gobernador en presencia mediática-, y su aventurado futurismo sucesorio –está por verse si para él o para Rocío Nahle, su principal aliada-, han dado serios dolores de cabeza al mandatario estatal.

El caso de la familia de origen estadunidense detenida ilegalmente en el municipio de Actopan por policías estatales, fue la cereza del pastel de una semana errática e infame para el número dos del gobierno. Puso en evidencia no sólo su falta de información confiable sino su fragilidad para operar una crisis, de la que tuvo que rescatarlo el propio Cuitláhuac García, luego de la inverosímil versión original de los hechos.

La impericia de Eric Cisneros provocó una nueva crisis política al gobierno estatal y puso a Veracruz otra vez en el escenario nacional respecto de la espiral de violencia que hoy se vive en el estado, con el riesgo de que los Estados Unidos exijan una explicación al gobierno de México por el abuso recibido por sus ciudadanos.

Paréntesis. Esta vez, culpar al fiscal Jorge Winckler es una salida absurda e insensata. Es cierto que el titular de la FGE es responsable de la grave impunidad que se vive en el estado debido a que hasta hoy no hay un solo detenido de las decenas de muertes que se han registrado en las últimas semanas, sin embargo, la seguridad preventiva corresponde a la policía estatal y su coordinación con las fuerzas federales.

En el caso de Actopan, el Secretario de Gobierno parecía más preocupado por proteger a la tropa que la imagen del Gobernador y la del estado. Las versiones sobre posesión de armas de uso exclusivo del ejército, de policías que repelieron la agresión y de culpar a los gobiernos pasados por el desempeño de las fuerzas de seguridad, volvieron a ser nota para justificar el uso excesivo de la fuerza y el abuso del poder. Cisneros volvió al discurso que tanto ha lastimado a Veracruz.

Tuvo que ser el propio Gobernador Cuitláhuac García quien le enmendara la plana, al informar que las armas incautadas en realidad se trataba de instrumentos de cacería y que los policías habían actuado con injustificada violencia.

Las versiones del Gobernador y de sus secretarios de Gobierno y Seguridad Pública resultaron contradictorias; la evidencia del exceso policiaco obligó a Eric Cisneros a declarar la tarde de este jueves que ante estas contradicciones, era necesario esperar la investigación.

Si el Secretario de Gobierno no tenía información confiable y suficiente, entonces ¿porqué justificar de inicio la actuación de los policías –de la que luego refirió que no fue “la más correcta”-, inculpando a los ciudadanos estadunidenses de actos que desmintió el propio Gobernador? ¿No era más fácil declarar desde un inicio que se realizaría una investigación para esclarecer el caso? ¿Sembraron armas? ¿Dónde quedó el segundo vehículo que fue retenido pero que nunca fue puesto a disposición de la PGR? ¿Qué trataba de ocultar realmente la Secretaría de Seguridad Pública?

Pero los desatinos de Eric Cisneros habrían empezado desde un día antes, cuando informó muy ufano que en el sur del estado no se había registrado un solo homicidio doloso en las últimas dos semanas, a pesar de que los medios de comunicación habrían documentado al menos 7 ejecuciones, entre ellas, la de 3 personas en el municipio de Acayucan.

Alguien debe decir al Secretario de Gobierno que la información es fundamental para el desempeño de su trabajo. Esta semana demostró que no tiene una fuente confiable y que su excesivo protagonismo lo ha puesto en el ojo del huracán. Su trabajo es quitarle problemas al Gobernador, no provocarlos.

También deben decirle que su tarea no es pintar camellones, supervisar la pavimentación de calles o cocinar al estilo Winckler; eso corresponde a otros funcionarios y a la frivolidad. Su responsabilidad es la política interior –entre la que se encuentra la seguridad-, y en esa ha fallado a cuenta de la integridad de los veracruzanos… y hasta de los extranjeros.

Las del estribo…

  1. Esta mañana el Presidente hará pública su declaración patrimonial. Ha dicho que quien no transparente sus bienes no podrán trabajar en su gobierno. Más de la mitad de su gabinete no lo ha hecho, entre ellos los titulares de la SEGOB y la SEP. ¿Será que ahora sí conozcamos a los funcionarios ricos de un gobierno pobre?
  2. Rafael Morales (Moraliux) hizo huesos viejos en el periodismo. Lo conocí allá por los años ochenta trabajando para El Sol Veracruzano; siempre fue un hombre sencillo, de buen trato y amigo de sus amigos. Muchos hablarán hoy de sus méritos aunque pocos se los hayan reconocido en vida. Lamentamos su partida y abrazamos a su familia en este difícil momento.