Con la salida interesada de Américo Zúñiga Martínez de la presidencia estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI), por la urgencia de presentarse al proceso de selección de magistrados del Tribunal Superior de Justicia (que difícilmente conquistará), y la entrada al quite de quien fungía como secretaria general, Lillian Zepahua García, exdiputada federal por Zongolica, la situación del antaño partido aplanadora no parece haber dado un golpe de timón para salir del enorme marasmo en que lo sumió su peor derrota electoral de que tiene memoria.

Todo parece indicar que al PRI veracruzano solo le cambiaron de auxiliar geriátrico, quien le cambie los pañales, le aplique el tanque de oxígeno y le dé los alimentos y medicinas por vía intravenosa. No se ve por ningún lado, y parece que los últimos recursos financieros que lo hubieran permitido se los ha llevado Américo, la intención de internarlo en una buena clínica de rehabilitación y de acercarle a la cabecera un galeno de talentos y habilidades médicas incuestionables.

Lillian Zepahua asumió por prelación la dirigencia interina del PRI, tras la renuncia de Américo Zúñiga Martínez, pero solo será la secretaria general en funciones de presidenta. Es decir, ni futuro ni presente para hacer un trabajo sólido en favor del PRI, y aunque se suma a las tareas el jalisciense Hugo Contreras Zepeda en calidad de delegado del CEN del PRI, la verdad es que solo podrán operar la elección del Presidente estatal definitivo el próximo año, para cuyo proceso se apresta el diputado local Juan Carlos Molina, dirigente estatal de la CNC, a quien muchos identifican como el posible Caballo de Troya del yunismo azul, acaso para golpearlo y evitar su llegada.

Por lo pronto, el PRI tendrá que renovar su Consejo Político Estatal, con el que emprenderá el proceso de renovación de dirigencias municipales; un consejo político, dijo el nuevo delegado del CEN priista, que debe ser “integrante, incluyente, representativo, equitativo, territorialmente representado, para atender y escuchar a todos”.

Tanto él como Lillian Zepahua ofrecieron discursos sosos, con frases hechas, cero grandilocuencias porque los tiempos no son propicios, y pocas líneas ideológicas o tácticas que permitan a los militantes ver la hoja de ruta del priismo en el futuro inmediato. Y Lillian, hija del pulpo camionero de la Sierra de Zongolica, con estudios de maestría pero con mucho desapego de la realidad de los militantes de su partido, la verdad es que solo ocupará el cargo de manera burocrática.

Por lo pronto, Américo ya se fue, dejará de calentar el sillón de la oficina de Presidencia, a la que se pegó con tan poca elasticidad que, en el pasado proceso electoral en que sumió al PRI en la última posición, todo mundo tuvo temor de que ya nunca lo pudieran sacar de ahí; jamás hizo giras para apoyar la campaña del excandidato Pepe Yunes, los priistas de muy pocos municipios (aledaños, por cierto) lo vieron en actos proselitistas y solo fue a Perote al inicio de la campaña porque no le quedaba de otra. Si no se llevó el sillón pegado al trasero, puede que lo use Lillian Zepahua, y puede que el embrujo inmovilista se mantenga en ese partido, ahora posiblemente porque no quedó nada en caja.

Las benditas redes sociales

“Por más afinidad que uno pueda tener con @lopezobrador_ es innegable que su apreciación de la cultura y el arte es exactamente igual que la de sus antecesores”. Joaquin Cosio [Actor] @cosio_joaquin

No solo con Ejército se puede acabar con la violencia criminal

Este miércoles, el Consejo Nacional de Seguridad Privada señaló que mantener al ejército en las calles como parte del Plan Nacional de Paz y Seguridad propuesto por el gobierno federal, no es la única medida que debe implementarse para garantizar la disminución de la delincuencia que sufren a diario transeúntes, pequeños empresarios, comerciantes y transportistas en todo el territorio nacional y que se acentúa de manera significativa en el mes de diciembre.

Recomendó que para fortalecer el tejido social y la seguridad pública, las organizaciones de la sociedad civil deben conjuntar esfuerzos con el gobierno federal, estatal y municipal para capacitar mejor a jueces y cuerpos policíacos, y con ello atender de manera eficaz las demandas ciudadanas en esta época del año.

“Es muy importante generar una cultura participativa y de apertura para recibir apoyo de expertos de la iniciativa privada en materia de seguridad, con el objetivo de estabilizar al país. Acrecentar la certeza jurídica entre los ciudadanos, empresarios, pequeños comerciantes y transportistas ayudará a evitar que repunte la inseguridad en estas fechas”, dijo Raúl Sapién Santos, Presidente del Consejo Nacional de Seguridad Privada.

De acuerdo a datos estadísticos proporcionados por la XVIII Encuesta Ciudadana de Percepción de Inseguridad en México, de Consulta Mitofsky, la percepción de la inseguridad entre la ciudadanía se ha incrementado en un 86%, siendo el robo a mano armada y el secuestro los delitos ante los que se sienten más vulnerables, pues tan sólo el mes de diciembre del año pasado fue considerado por el Observatorio  Nacional Ciudadano como el mes con mayor número de asaltos a automovilistas, transeúntes y cuentahabientes.

La proyección de incidencia delictiva que da a conocer el Sistema Nacional de Seguridad Pública refleja que el robo es uno de los delitos más frecuentes a lo largo del año y que al menos 65 mil robos serán denunciados ante ministerios públicos durante este mes de diciembre, número que supera a los 59 mil 932 denunciados en diciembre de 2017, por lo que la estimación es de 85 asaltos cada hora sólo en el presente mes, sin contar los que no serán denunciados.

Datos recabados en la novena encuesta de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) indicaron que los robos a tiendas y abarrotes se duplicaron en el  sexenio anterior, que inició con un 31.1% en diciembre de 2012 y cerró con un 66.10% en noviembre de 2018, porcentaje que muy probablemente se elevará porque la violencia y delincuencia son factores dinámicos y más en un mes donde la mayoría de los ciudadanos reciben parte de sus prestaciones laborales.

“La situación es apremiante, el nuevo gobierno tendrá que librar el bache que dejó la administración anterior en materia de seguridad; el cobro de derecho de piso y extorsión a dueños de restaurantes, bares y antros, así como el robo a mano armada a las tiendas de abarrotes y el robo hormiga, que dejan en claro el nivel de violencia e inseguridad que vive la sociedad mexicana en general” afirma Sapién Santos.

Plantear una estrategia que aborde las necesidades más inmediatas de la población, logrará que diciembre deje de ser visto como un mes peligroso para cuentahabientes, transeúntes, transportistas, comerciantes y ciudadanos de todos los niveles económicos, pero sobre todo a que los mexicanos vuelvan a confiar en el sistema de justicia del país.

Fácil, ¿no?

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