De acuerdo con la Asociación Latinoamericana para el Estudio del Hígado, los daños hepáticos representan la tercera causa de muerte en México y en población joven los casos de este mal se han incrementado, y pese a que no existe un tratamiento eficaz se ha determinado que la medicina herbolaria y tradicional ayuda a revertirla.

Marcos Fernando Ocaña Sánchez, estudiante del Doctorado en Ciencias Biomédicas, adscrito al Centro de Investigaciones Biomédicas de la Universidad Veracruzana (UV), dijo que la encefalopatía hepática es un padecimiento derivado de un trastorno metabólico y de una cirrosis hepática descompensada.

Asimismo, es una disfunción cerebral causada por una insuficiencia hepática que se manifiesta con un amplio espectro de anomalías neurológicas o psiquiátricas que van desde alteraciones subclínicas hasta el coma.

El pasado 30 de noviembre, a invitación del Laboratorio de Análisis Clínicos del Hospital General de Zona Número 11 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), y en el marco de las Jornadas Académicas del Día Internacional del Químico, impartió la ponencia “Alteración bioquímica y conductual durante la encefalopatía hepática”.

Explicó que el alcoholismo, mal que desgraciadamente va en aumento entre la población joven, y la automedicación son las principales causas de la cirrosis hepática.

El Maestro en Ciencias por la UV y especialista en la rama de neuroetología, destacó la situación de Veracruz, también considerada como una de las entidades con una alta incidencia.

Hasta 2014 y a nivel nacional, las enfermedades del sistema digestivo eran la quinta causa más frecuente de mortalidad general, de las cuales las del hígado representaban el primer lugar con 32 mil 728 defunciones.

Ocaña Sánchez, cuya formación inicial es la de Químico Farmacéutico Biológico (QFB), dio a conocer que dentro de la sintomatología del padecimiento se distingue la pérdida de memoria, del intelecto, razonamiento, disminución de la agudeza mental y de la comprensión.

A nivel motriz, la persona presenta pérdida de movimientos finos en la mano, temblor muscular brusco (asterixis), desorientación y movimiento incontrolable.

Progresivamente, también ocasiona cambios en la personalidad (apatía, irritabilidad, desinhibición y conductas inapropiadas), alteraciones de la conciencia y función motora, en el ciclo sueño-vigilia, desorientación en tiempo-espacio, estado confusional de manera aguda, somnolencia, estupor y coma.

Dentro de la conferencia, el colaborador del cuerpo académico (CA) Medicina Etnofitoterapéutica y Regenerativa, detalló el origen del mal funcionamiento del hígado y agregó que las proteínas que ingerimos se degradan a amoniaco dentro del intestino, lo cual no es malo ya que lo necesita el cuerpo para sintetizar glutamina y glutamato.

La primera es importante para el cerebro y el sistema nervioso; el segundo, es un neurotransmisor que interviene en distintos procesos del sistema nervioso central. Sin embargo, cuando existe una descompensación, el hígado no desecha el amonio y lo empezará a acumular en el organismo.

“Un paciente con encefalopatía hepática presenta un dolor que proviene de la acumulación de amonio en las cavidades intestinales y no lo puede degradar. Al acumularse, atraviesa la barrera hematoencefálica donde generará problemas, ya que es neurotóxico y también provocará una neuroinflamación.”

Puntualizó que para dicha enfermedad no hay un tratamiento exclusivo, pues los existentes no atacan el problema de raíz; no obstante, una dieta rica en ácidos grasos y Omega 3, como pescado y linaza, ayudan a contrarrestarla.

Sobre lo anterior, el profesor por asignatura en la Facultad de QFB, informó que como parte de las actividades del CA en el que participa y de sus estudios de maestría, se han centrado en la investigación de la medicina tradicional, específicamente en plantas de la región han analizado si son viables en el tratamiento de este padecimiento, a partir de investigación preclínica, con modelos animales y ratas de laboratorio.

Entre ellas, mencionó a la Verbesina persicifolia, también conocido como “huichín”, y la Silimarina o cardo mariano, que es un flavonoide y de los únicos medicamentos herbolarios avalados por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).

Los resultados arrojaron que es factible el uso de la verbesina, pero no tanto como la silimarina.

Otro estudio más y que correspondió a su trabajo de maestría, consistió en el análisis del tratamiento a base del aceite de linaza, con el fin de saber su efectividad y cuál es la cantidad correcta que se debe ingerir.

Se sabe que la encefalopatía hepática afecta la memoria a corto plazo, y una de las regiones del cerebro que más se ha visto relacionada con este mal es la corteza prefrontal, por lo que el aceite de linaza ayuda a revertirlo.

Expuso que la terapia no farmacológica como la acupuntura y la práctica de yoga, coadyuvan favorablemente en el tratamiento de la encefalopatía hepática, ya que el ejercicio ayuda a metabolizar el amonio.

Claudia Peralta Vázquez/Prensa UV