Nuestro país ocupa el puesto 104 del mundo en esta competencia, según el último reporte del Foro Económico Mundial. En general, las habilidades de la población mexicana para el mercado laboral están evaluadas como unas de las peores del orbe, ocupando la posición 86. Lo que es más preocupante aún, es que algunos estimados proyectan que más adelante, bajaremos al puesto 100. No es de extrañarse. El pensamiento crítico es una de las competencias clave, la cual está ligada al desarrollo de todas las demás que buscan las empresas al momento de contratar, ya con la mirada puesta en la tercera década del siglo XXI.
Las razones son muchas. Es necesario cambiar el modelo educativo, mejorar las prácticas de entrenamiento y capacitación de las empresas, hacer intervenciones en la primera infancia, mejorar la calidad de la educación básica, secundaria, media superior y superior, fomentar la lectura y las actividades extra-curriculares, entre otras.
A todo esto, ¿qué es el pensamiento crítico? Es la capacidad de análisis, interpretación, razonamiento y resolución de problemas. Es más que únicamente memorizar un contenido. Es hacer sentido de este y utilizarlo para ejecutar tareas en el mundo real y resolver retos de forma creativa. Ayuda a mejorar la concentración, los procesos mentales y la toma de decisiones. Así mismo, permite evaluar la evidencia respecto a un tema y los diferentes argumentos y posturas, algo muy importante hoy en día con el tremendo flujo de información que provee Internet.
¿Existen otros factores que limiten nuestro pensamiento crítico? Sí. Internet ha creado la ilusión del conocimiento. Nicholas Carr escribió hace años un libro llamado «Superficiales», el cual obtuvo el segundo lugar en los premios Pulitzer. Fue muy polémico porque en él argumentaba que el diseño de Internet hace que busquemos lo inmediato y efímero, y que si bien tenemos acceso a más información, nuestra capacidad de memoria y análisis se ve afectada sobremanera. Existe evidencia abundante sobre esto dentro del campo de la neurociencia. Así mismo, Internet hace que nuestros sesgos muchas veces se potencien. ¿Cómo? Por ejemplo, el sesgo de confirmación nos orilla a buscar información que confirme nuestras creencias y posturas previas. En otras palabras, utilizamos la razón para justificar emociones e intuiciones y no al revés. Y como ahora casi todo lo podemos encontrar con una sola búsqueda en Google, es más fácil ser víctimas de dicho sesgo. Por otro lado, las famosas cámaras de eco, creadas en buena medida por los algoritmos de las redes sociales, hacen que en nuestro «feed» aparezcan publicaciones y noticias que ayudan a confirmar una y otra vez estas creencias previas. Esto, aunado a la creciente polarización, en buena medida consecuencia del año electoral, hace que el debate e intercambio de ideas se vuelva difícil.
¿Cómo mejorar las habilidades de pensamiento crítico? Una de las mejores formas de hacerlo es recuperar el hábito de la lectura. Un buen libro, por ejemplo, explica un tema utilizando diversos argumentos, infinidad de referencias bibliográficas, y distintos puntos de vista. Otra recomendación es no cerrarnos a analizar la información que se nos presente si va en contra de nuestras creencias. Utilizar las redes sociales para fomentar el debate no será nada sencillo, pero el lado positivo es que podemos conectar con gente muy preparada, en cuestión de segundos, dentro de social media. Esto nos permite conocer su trabajo y puntos de vista. También es necesario utilizar una metodología similar a la de los investigadores académicos. Es decir, si algún tema es de mi interés, será necesario que recolecte evidencia de diferentes autores y fuentes y haga un ejercicio de comparación y contraste. Para enriquecer dicha evidencia, lo mejor es obtener información de ambos lados del espectro, o sea, tanto la que defienda un punto como la que lo refute. Por último, para evitar otra de las trampas, conocida como el razonamiento motivado (buscar mucha información pero únicamente para justificar mis argumentos), es necesario visualizarse como un abogado que tiene la difícil tarea de defender a un presunto culpable. Se puede empezar por buscar información que vaya en contra de mis creencias y tratar de encontrar algo de valor en ellas. Esto va a ampliar mi panorama y mientras más vasto sea mi sistema de información, más ideas podré generar, siendo más creativo a la hora de buscar soluciones a problemas complejos.
Es imperativo fomentar el pensamiento crítico en todos los ámbitos de la vida. Aún con los actuales niveles de polarización es necesario buscar el debate e intercambio de ideas, siempre con respeto, por supuesto. La mayor amenaza para la sociedad mexicana no es el descontento que se ha generado entre nosotros debido a las recientes elecciones, sino la revolución digital, la cual demandará de nosotros cada vez más una gran capacidad de pensamiento crítico para así poder navegar a través de la complejidad del mundo actual.