Sandra Martínez Trujillo, Víctor Manuel Guerrero Velasco y Zamira Itzayana Goné Zapata, estudiantes de la Facultad de Química Farmacéutica Biológica (QFB) de la Universidad Veracruzana (UV), expresaron que participar en concursos nacionales e internacionales de divulgación científica enriquecen su formación académica y personal.
Los jóvenes universitarios obtuvieron el segundo lugar en la Feria Nacional de Ciencias e Ingenierías (Fenaci) realizada en 2017, con el desarrollo de un producto tópico con propiedades medicinales, para tratar heridas leves y golpes.
Este triunfo les dio el pase para participar en la Feria Escolar Nacional de Ciencia y Tecnología “Eureka”, organizada por el Ministerio de Educación de Perú del 8 al 12 de noviembre del presente año, que promueve e impulsa la investigación científica, así como las capacidades y habilidades científicas y tecnológicas en docentes y estudiantes de educación básica regular.
Sandra comentó que en “Eureka” compitieron alrededor de 100 proyectos científicos (de dos a tres por cada departamentos o estados peruanos), además de propuestas de los países invitados, que para el caso de México fueron cuatro, uno por cada categoría de la Fenaci.
“Los equipos de los países participantes (Colombia, Ecuador, Bolivia y México) fuimos de exhibición, así que nos evaluaron de manera simbólica y premiaron a la mejor exposición. El equipo del estado de Sinaloa fue el ganador, presentaron un proyecto en el cual la guanábana es usada como tratamiento para curar el cáncer de mama.”
Al preguntarle sobre lo aprendido de esta experiencia internacional, los universitarios expresaron que fortalecieron sus capacidades académicas y personales.
“Nos permitió fortalecer nuestras capacidades de expresión y regresamos muy animados para buscar una movilidad nacional e internacional, porque ahora sabemos que en cada país hay diferentes maneras de hacer ciencia”, expresó Sandra.
Víctor dijo: “Participar en esta feria me amplió las fronteras geográficas y académicas, además de que hemos tenido la oportunidad de aplicar los conocimientos aprendidos en la escuela, lo cual es difícil”.
Zamira Itzayana mencionó que este viaje le permitió conocer el valor que tiene la divulgación de la ciencia en un país como Perú, esto “fortaleció nuestras habilidades académicas ya que nos anima a desarrollar investigación en conjunto con jóvenes de otros países”.
El siguiente paso para los universitarios es continuar con la investigación, a fin de perfeccionar su proyecto, además buscarán realizar una movilidad y/o estancia nacional o internacional.
Chaol’s, medicina tradicional
El nombre del proyecto con el que participaron en “Eureka” lo llamaron Chaol’s, que consiste en una línea de productos de uso tópico en la que combinan los saberes de la medicina herbolaria mexicana con los conocimientos científicos y farmacéuticos.
“Con esto queremos rescatar los conocimientos de la medicina tradicional heredada de nuestros ancestros y, por otro lado, queremos aportar a la sociedad productos de origen natural que científicamente tienen garantizada su eficacia y efectividad”, explicó Zamira.
Detalló que el proceso de investigación lo realizaron en enero de 2017, por lo que para la feria estatal ya tenían listos los productos y las pruebas de su efectividad.
La línea de productos consta de un gel y crema para el tratamiento de heridas leves y golpes, elaborados con tres plantas silvestres de fácil propagación: gigantón (Tithonia diversifolia), mozote blanco (Bidens pilosa) y acuyo (Piper auritum).
“Buscamos recuperar las enseñanzas de la medicina tradicional y reforzarla con conocimientos científicos, para lograr un impacto positivo en la sociedad”, reiteró Sandra.
Víctor detalló que estas plantas fueron amplia y minuciosamente analizadas para conocer desde los usos empíricos que la gente les da, hasta encontrar estudios científicos previos que comprueban sus propiedades antiinflamatorias y cicatrizantes, entre otras.
En tanto, Mauro Antonio Villanueva Lendechy, profesor de la Facultad de QFB y asesor de los jóvenes, dijo que son un ejemplo y motivación para el resto de sus compañeros, ahora hay más estudiantes que se animan a participar en el desarrollo de proyectos de investigación.
“La impresión que nos dejó este viaje es que existe un muy buen nivel académico y de investigación de los proyectos que observamos, sobre todo se impulsa la vocación científica entre niños (de nueve a 15 años) y jóvenes (de 18 a 21 años). Fue una experiencia muy gratificante.”
Paola Cortés Pérez/Prensa UV