En el marco de la última fase del Programa de Fomento a las Vocaciones en Inteligencia Artificial (IA), que tuvo lugar los días 18 y 19 de octubre en el Centro de Investigación en Inteligencia Artificial (CIIA) de la Universidad Veracruzana (UV), estudiantes mostraron el prototipo de un separador inteligente de basura .

José Luis Camacho Torres, Emmanuel de Jesús Cervantes Morales y Ángel Guadalupe Martínez Domínguez, quienes cursan Ingeniería Mecatrónica en la Universidad Tecnológica del Centro de Veracruz y del Instituto Tecnológico Superior de San Andrés Tuxtla; y de la carrera de Informática de la Facultad de Contaduría y Administración (FCA) de la UV, campus Ixtaczoquitlán, respectivamente, son los creadores de este proyecto de alta tecnología.

Tras una previa y rigurosa selección, los tres jóvenes participaron en este programa respaldado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), el cual inició en agosto con una estancia de una semana en el CIIA, con el fin de involucrar y acercar a estudiantes de licenciatura a la ciencia y a la tecnología, a través de la realización de proyectos y prototipos vinculados con la IA.

Cabe destacar que en esta última fase intervinieron un total de 12 alumnos de diversas instituciones del estado de Veracruz, quienes fueron distribuidos en cinco equipos. Todos trabajaron y se organizaron a distancia para finalmente dar a conocer sus innovaciones durante este evento.

Los creadores del separador inteligente de basura comentaron que éste funciona mediante sensores para reconocer y clasificar los desechos en orgánicos e inorgánicos, pero la expectativa es que trace rutas, sea autónomo en cuanto a movimiento para poder esquivar obstáculos y a las personas.

También esperan que llegue a identificar la intención de quienes desean depositar la basura en él, pues consta de una cámara que capta imágenes que son enviadas a una computadora, y por medio de IA determina de qué tipo de basura se trata.

Por el momento sólo identifica estas dos clasificaciones, pero la pretensión a futuro es que el sistema capte más.

Señalaron que por cuestiones de seguridad, debido a que la tecnología de este invento es costosa, inicialmente podría funcionar en el interior de plazas comerciales o espacios privados, donde los propietarios obtengan publicidad extra para atraer a más personas.

Seguros de que esta herramienta será eficaz para crear una cultura de limpieza entre la población y contribuir en el cuidado del medio ambiente, resaltaron que en nuestro país existen otros prototipos parecidos.

Uno de ellos opera en la Ciudad de México, pero sólo recolecta plástico y además brinda a las personas incentivos o puntos de bonificación. Otro ejemplo es en Argentina, donde lo denominan “robot come basura”, aunque su limitante es que sólo reconoce el aluminio.

Al referirse a este trabajo que se concretó en dos meses, José Luis Camacho, originario de Ciudad Mendoza, reconoció que lo más complicado fue aplicar la IA. “Es un tema extenso y difícil que no conocía a profundidad hasta que llegué al Programa de Fomento a las Vocaciones en Inteligencia Artificial. La ventaja de que sea complejo es que te siembra la semilla de querer saber más”, agregó.

Emmanuel de Jesús Cervantes, procedente de la región de Los Tuxtlas, comentó que al cursar el noveno semestre de Ingeniería en Mecatrónica tenía conocimientos de robótica y electrónica con el programa de Arduino, lo cual le facilitó esa parte.

Aunque la labor fue compleja, la documentación hallada en Internet les permitió avanzar sin ningún obstáculo para al final obtener buenos resultados.

Por su parte, Ángel Guadalupe Martínez, alumno de quinto semestre de la FCA, compartió que a él le tocó contribuir en la programación del proyecto, lo cual incluyó crear un código para la IA, búsqueda de la base de datos y comparación.

Debido a que llevaron a cabo esta última fase a la distancia, el uso de las redes sociales y videollamadas también les ayudó a establecer una comunicación constante para observar avances y llegar a acuerdos.

“Creemos que nuestro proyecto es muy extenso, incluso nos serviría para hacer una tesis, nos gustaría continuarlo.”

La idea es que no sólo clasifique la basura orgánica e inorgánica, sino que camine, reconozca gente y la intención de alguien que quiera depositar la basura, subrayó.

Claudia Peralta Vázquez/Prensa UV