Con la exposición Profecía, el artista Kei Nakamura, egresado de la Escuela de Artes Plásticas Kobatake de Japón, presenta su obra por primera vez en América, siendo la Galería “Fernando Vilchis” del Instituto de Artes Plásticas (IAP) de la Universidad Veracruzana (UV) el recinto que hospedará su trabajo desde el jueves 8 hasta el viernes 23 de noviembre.

El artista de 44 años comentó que hace tres años tuvo un infarto y los médicos le dijeron que su corazón se detuvo varios minutos; esto lo impactó profundamente y por tal motivo en su obra plantea una reflexión respecto a la relación entre la vida y la muerte.

Fue a partir de la invitación del artista del IAP Ryuichi Yahagi, quien fungió como traductor del visitante, que el expositor reconoció: “Volví de la vida, estuve unos minutos muerto y eso me inspiró a trabajar esta exposición”.

Las piezas que integran la instalación hacen referencia a la relación entre la vida y la muerte con imágenes de árboles evocando un bosque y cráneos humanos, no como un recordatorio de la muerte sino como la herencia que deja la humanidad y, a su vez, al retornar a la tierra sirve como nutriente de los árboles.

Otra de las piezas incorpora elementos en torno a un cráneo que evoca a las figuras chamánicas como puentes e intérpretes entre el mundo natural y los seres humanos, como aquellos sujetos que sirven de vínculo entre dos mundos.

Yahagi comentó que la visita del artista plástico estaba planeada desde hace tres años, pero se tuvo que posponer en dos ocasiones, la primera debido al infarto que sufrió y la segunda por los compromisos del académico de lAP y no lo pudo recibir el año pasado.

Nakamura manifestó que su gran admiración por México surgió al leer las obras de Gabriel García Márquez y enterarse que el Nobel colombiano residía en nuestro país, lo que le despertó el interés por conocerlo.

Finalmente arribó para conocer las celebraciones del Día de Muertos y retomar algunos elementos en la instalación Profecía como son las hojas de maíz que se utilizan para envolver los tamales, que sirven de base a dos cráneos tallados en cantera rosa y mármol, sostenidos por dispositivos de plástico que sirven para enrollar cables o mangueras.

El trabajo de tallado de ambos cráneos es una labor de paciencia y mucho detalle, apuntó Yahagi, mientras que su autor explicó que el color rojo de la cantera y el color blanco del mármol simbolizan la vida en la cultura japonesa.

La instalación abarca la totalidad del recinto y fue creada ex profeso para su exhibición en el IAP, donde permanecerá hasta el viernes 23 de noviembre.

David Sandoval Rodríguez/Prensa UV