No se puede ocultar la dicha dentro de cuatro muros, no es posible vivir en la oscuridad, por difícil y doloroso que sea el proceso, hay enfrentarlo para pertenecer a la luz. Ese el tema de esta última parte de la conversación con Johnnie C’alladhan, artista visual que, tras muchas vicisitudes, ha encontrado la armonía entre su ser y su estar en este mundo, le ha dado una razón a su trabajo y ha encontrado el motivo de su vida.
Dentro de estos cuatro muros
Dentro de estos cuatro muros
pretendí ocultar mi dicha:
Pero el fruto, pero el aire
¿cómo me los guardaría?
Hora mejor que pospuse,
voces que eran para mí,
camino que no elegí
destino que no dispuse;
¡cómo os volvisteis oscuros!
¡qué amargo vuestro sabor
cuando nos encerró mi amor
dentro de estos cuatro muros!
Entre tu aurora y mi ocaso
el Tiempo desaparecía
y era nuestra y era mía
sangre, labio, vino y vaso.
En perdurar se encapricha
mi sombra junto a tu luz
y bajo negro capuz
pretendí ocultar mi dicha.
Pero el fruto, pero el aire,
pero el Tiempo que no fluya,
pero la presencia tuya
fuerte, joven, dulce, grande;
sangre tuya en vena mía,
lazos a instantes maduros,
dentro de estos cuatro muros
cómo me los guardaría?
(Tema de amor.
Salvador Novo)
Tuve dos salidas del closet con mi familia (risas), una fue forzada porque en esa época chateábamos por el antiguo Messenger y las conversaciones se guardaban en la computadora, yo tenía 14 años cuando platiqué algo de esto con una amiga y una persona de mi familia vio las conversaciones y me dijo:
-¿Qué onda con esto?
-Pues sí, soy homosexual
La opción más viable para cualquier padre que no se sabe manejar bien en esa situación es pensar en terapia, entonces, en ese momento mis papás me dijeron pues vamos a un psicólogo, y tanto ellos como yo tuvimos terapia por separado. El primer día que llegué a terapia ya habían pasado mi papá y mi mamá y habían platicado de la situación, el psicólogo me dijo:
-Bueno, ahora platícame tú
-Pues pasa esto: creo que mis papás quieren que usted me cambie, pero yo soy homosexual y creo que no va por ahí, entonces no sé qué sigue
Y me dijo que yo era muy joven para enfrentar esto y era algo que, más allá de mi familia, socialmente, podía traerme problemas y que íbamos a trabajar para que yo tuviera la seguridad, las herramientas y todo lo necesario para enfrentar lo que me pudiera encontrar en el exterior al declararme homosexual a los cuatro vientos, porque aparte, no era algo que yo decía en ese momento por el bullying y todo lo que pasa en las escuelas. Fue bastante bueno porque estando en terapia para esta finalidad, me fue más fácil sobrellevar todo eso, porque además, yo era súper introvertido por esa misma situación.
No recuerdo cuánto, pero estuve determinado tiempo con terapia y mis papás también. Después hicimos terapia conjunta para que nuestra relación no tuviera problemas y quedamos en bastante buenos términos, pero supongo que mis papás salieron con la idea de que yo había salido de ahí exorcizado, y yo nunca les dije oigan, lo que pasó no fue eso, simplemente lo deje pasar y dije ok, con el tiempo, cuando ya estemos más grandecitos, algo va a pasar .
Camino que no elegí / destino que no dispuse
Cuando tenía 16 años tuve mi primer novio, ya no era simplemente yo siendo homosexual en mi casa, ya era una relación y la tuve bajo el agua por un tiempo. No me acuerdo cómo fue, pero mis papás se enteraron de que no era simplemente un amigo que pasaba por mí y salíamos, sino que teníamos una relación y ahí fue donde yo creo que para ellos se volvió real, como que habían dicho ah, bueno, es homosexual; como que era algo a lo que le ponían encima un libro y ya no estaba, pero ahí se hizo real: yo era una persona que iba a tener parejas hombres, que probablemente viviría con un hombre, y hubo un estallido en mi casa en el que nadie supo cómo manejar bien la situación y sí hubo mucho conflicto, fue una situación muy tensa. Yo me limité a tratar de dialogar con ellos, a decirles esto no va a cambiar; si quieren, puedo terminar con él, pero va a llegar otro, en algún momento voy a tener otro novio.
Mi papá lee mucho y siempre que hace un viaje, por ejemplo, de Villahermosa a la Ciudad de México —que es un trayecto larguísimo—, se compra un libro y lo va leyendo de ida, en el hotel, de regreso. En esos días hizo un viaje a la Ciudad de México y de allá me mandó un mensaje en el que me dijo cuando regrese, quiero platicar contigo. Yo estaba de todos los colores porque decía ¿de qué me va a hablar? Cuando regresó me dijo que había leído un libro, yo creo que era Papá, mamá, soy gay, ese libro que ha sido muy popular, pero no sé exactamente si fue ese porque me dijo que no me lo iba a enseñar pero que sí iba a tratar de poner todo de él para que la situación mejorara, porque además, en esos días mis calificaciones se fueron al hoyo, me quedaba dormido en la escuela, reprobaba los exámenes, y cuando los profesores se dieron cuenta de que yo me dormía en clase y que no me importaba, llamaron a mis papás y les dijeron creemos que su hijo tiene un problema de depresión y queremos platicar con ustedes para ver qué pasa.
Para colmo, yo estaba en un colegio de monjas (risas), mis papás fueron a la dirección y dijeron que yo estaba saliendo con un hombre y que eso había detonado ciertas fricciones y que teníamos algunos problemas, y fue bien raro porque la escuela asumió que con quien estaba saliendo era uno de mis mejores amigos de la escuela (risas) y la solución que dieron fue cambiarme de salón para evitar esa cercanía. Yo dije ¿en serio?, y sí me enojé muchísimo porque estábamos en el salón de al lado, no iba a cambiar nada si hubiera sido él, pero no hablaron conmigo ni nada porque las monjas no sabían cómo manejar la situación. Pero una maestra sí les habló muy fuerte: a mí no se me hace que su hijo nada más está deprimido, sino que está en un punto en el que, en cualquier momento, podría incluso suicidarse porque es demasiado lo que veo en él, y sí fue muy fuerte para mis papás.
Después, mi papá me contó que eso sucedió cuando él tenía que viajar y dijo voy a buscar algo que pueda ayudarme a ver qué onda, y se encontró con ese libro que también manejaba ciertas estadísticas en las que se veía que de determinado número de chicos que eran homosexuales y se lo decían a sus papás, qué porcentaje se suicidaba, qué porcentaje echaban de su casa, qué porcentaje tenía que vivir en la calle, cuántos terminaban en comercio sexual, todo eso que conlleva el abandono familiar, incluyendo el suicidio, y me dijo me da miedo que tú vayas a ser parte de esto, vamos a encontrar la manera de manejarlo; para mí es difícil, para tu mamá es difícil, para ti es difícil, para todos va a serlo, pero vamos a encontrar la manera.
En perdurar se encapricha / mi sombra junto a tu luz
Cuando se dio esta plática, le pregunté a mis papás ¿puedo verlo?, ¿tengo permiso? A la siguiente cuadra de mi casa hay un parque, mis papás me dijeron que sí podía verlo pero que, para hacerlo cómodo para ambas partes, lo viera ahí porque preferían saber que estaba en un espacio seguro a que nos fuéramos al cine o a otros lugares en los que podía correr riesgos.
A partir de ahí empezamos a tener una mejor relación, fue como decir ok, yo cedo un poco, tú cedes un poco y aquí no hay conflicto sino que tratamos de crecer todos. Eso fue cuando tenía como 17 años, después me vine para acá y entré a la Universidad, y yo creo que la idea de que tenía que irme a otro lugar, de que ya no íbamos a estar en contacto diario, fue lo que más ayudó a mis papás a decir no podemos tener conflictos de este tipo porque él ya no va a vivir con nosotros, la relación tiene que estar bien, tenemos que tener comunicación, tenemos que estar seguros de que va a estar bien, vamos a estar bien el tiempo que nos queda juntos y cuando siga viniendo, también vamos estar bien; eso ayudó mucho.
Para mi papá también era muy importante la discreción, me decía está bien pero sé discreto porque te arriesgas a que en la calle te agredan, a que te digan algo. Lo sentí como paternalista, como si dijera no es tanto que me moleste que seas homosexual, sino que te puedes exponer a peligros, yo decía bueno, está bien. Cuando llegué aquí, obviamente, hice mi vida como yo la quería hacer. Cuando llegaron para la graduación de la licenciatura, ni mi papá ni mamá ni nadie de mi familia tenía idea del tema que estaba tratando (risas). Antes de la presentación, le entregué a mi papá mi tesis, la empezó a leer y yo estaba de todos colores, de nuevo, porque decía ¿cuál discreción?, estoy diciéndolo abiertamente, pero me volteó a ver y me dijo está excelente tu trabajo, manejas el tema muy bien, sabes lo que dices y cómo lo dices, y entendió que ya no se trataba solo de cuidarme a mí sino que buscaba hacer algo por la sociedad en general, y no se lo tomó a mal ni nada, al contrario, me felicitó e iclusive se le hizo raro que ellos como padres no estuvieran enterados de todo el proceso que yo había pasado para llegar al punto en el que estaba cargando mi trabajo hacia un problema más allá de mí.
Pero el fruto, pero el aire / ¿cómo me los guardaría?
Por suerte, la salida del closet fue un período muy corto, yo creo que no fue más de un par de meses, pero sí fue como una montaña rusa, estaba arriba y de repente todo se fue hasta abajo muy rápidamente. Estaba física y anímicamente abajo, sin energías, era una mezcla de cosas. Yo no sabía que era un síntoma de depresión, no tenía el nombre para decir lo que sentía pero, obviamente, no me sentía bien, solamente sabía que tenía sueño y que no me importaba.
No es que hubiera considerado suicidarme en esos momentos, para nada, pero sí fue una etapa muy oscura, afortunadamente, al final todo salió bastante bien y yo creo que puede ayudarle mucho a papás que, como le pasó al mío, alguien, así sea a través de un libro, le diga esto puede salir mal, esto, si no se trata de esta manera, puede llegar a consecuencias feas.
Otra cosa que leí hace poco es que hay muy pocos profesionistas de la comunidad trans, no llegan a culminar licenciaturas o posgrados, a diferencia de homosexuales y lesbianas que sí lo hacen, eso sucede porque hay un total rechazo, un abandono, además de que en las escuelas el bullying es increíble. Hay muchos factores sociales que los ponen en riesgo de ser excluidos. Ahora ya tenemos ejemplos maravillosos de personas de esta comunidad que sí culminan estudios y están haciendo trabajos muy importantes de antropología, por ejemplo, para acabar con esta situación, pero más allá de eso, es muy común escuchar que a una persona trans su familia la echó de su casa y entonces ¿cómo puede continuar con una vida normal? Por eso creo que sí es muy importante que desde espacios diversos, no solamente desde las artes ni solamente desde uno en específico, se hable de cómo se debe de manejar la circunstancia de tener un familiar que pertenece a la diversidad sexual.
PRIMERA PARTE: Las manos llenas de color
SEGUNDA PARTE: El espejo negro
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