En su ensayo Homofobia, publicado en la revista Nexos, Carlos Monsiváis afirma: «Octavio Paz, en su gran poema Piedra de sol, escribe: ‹…el sodomita / que lleva por clavel en la solapa / un gargajo›. A los ‹desenfrenados maricones› los desprecian los constructores del paradigma heterosexual, con frecuencia bajo la consigna del Hombre Nuevo. Este sería el mensaje: ‹Si me burlo de abyectos, exalto el perfil de los seres como la nación exige o como Dios manda, entre ellos y antes que nadie, yo mismo›. Así, la homosexualidad (la conducta tanto más satanizada cuanto más imaginada: ‹Lo que hagan cuando están solos, me perturba›) cumple funciones del espejo negro en donde nada más se reflejan los prófugos de la ley y la virilidad».
En esta segunda parte de la conversación, Johnnie C’alladhan habla de su formación como artista visual, paralelamente, narra su toma de consciencia de las trágicas y alarmantes consecuencias del odio homofóbico y de cómo esa situación se ha convertido en el leitmotiv de su trabajo.

Los motivos del odio

Miren qué buena condición sigue teniendo
qué bien se conserva
en nuestro siglo el odio.
Con qué ligereza vence los grandes obstáculos.
Qué fácil para él saltar, atrapar (…)
Es un maestro del contraste
entre el estruendo y el silencio,
entre la sangre roja y la blancura de la nieve.
Y ante todo, jamás le aburre
el motivo del torturador impecable
y su víctima deshonrada.
(Wislawa Szymborska. El odio)

Después de la mitad de la carrera, llevábamos talleres en los que teníamos que empezar por lo conceptual para después realizar la obra. Son talleres de más horas y de más carga de trabajo, un maestro nos propuso que decidiéramos qué tema queríamos tratar. Antes había llevado la materia de la Función Social del Arte, esa fue de las clases más iluminadoras y controversiales para mí, porque me permitió ver que había artistas hablando de temas que yo antes no veía dentro del arte, yo pensaba que era la estética por la estética, que podía haber algo de literatura, que podía haber una historia pero la pintura era la representación de eso, no que se trataba de conceptualizar algo. Esa clase fue muy fuerte y empecé a ver cuál era mi interés, yo ya había hecho temas muy diferentes en algunos trabajos en equipo: habíamos hablado de las redes sociales, de traer el celular en la mano todo el día, de medios de comunicación, de diferentes cosas, entre ellas, de cuando se puso muy fuerte la violencia e incluso aquí en Xalapa estuvo muy denso.
Nunca había considerado incluir el tema de la homofobia dentro de mi proceso de formación artística, a pesar de que era algo que vivía de manera muy natural en mi vida diaria, pero recuerdo que un día iba de camino a la escuela; íbamos a hablar, justamente, de qué podía tratar nuestro proyecto y yo no tenía idea, iba en ceros.
Siempre quise tener el cabello largo, mi último corte fue para la graduación de la preparatoria y a partir de ahí me lo dejé crecer. También quería pintármelo de rojo pero no tenía pretexto para hacerlo, cuando hice el segundo examen para Artes ya lo tenía un poco largo y dije si quedo, me lo pinto, ese fue mi pretexto. El mismo día que vi los resultados en la mañana, llamé a la estética, hice mi cita y a las dos de la tarde me estaba pintando el cabello de rojo. Estaba en Villahermosa con mis papás y no les dije (risas), cuando me vieron dijeron ¿qué hiciste?, pero en ese momento no me importaba, yo quería celebrar que había quedado en la Facultad, empezar esa nueva etapa súper feliz.
Además me gusta el maquillaje, no solamente porque sea homosexual ni nada de eso, sino porque en la secundaria y la prepa, me gustaba mucho la subcultura de lo gótico, quería vestirme de negro todo el tiempo, iba mucho por esa onda. Las bandas que escuchaba se maquillaban un montón y me llamaba mucho la atención. Me gustaba mucho esa estética de lo gótico y lo vampiresco, entonces, cuando me vine a vivir para acá dije ahora sí puedo hacerlo, en Villahermosa no lo hacía por respeto a mis papás, porque si de por sí ya era algo difícil tener un hijo homosexual, verlo maquillado hubiera sido demasiado para ellos.
Como andaba maquillado y tenía el cabello largo y rojo, de alguna manera me veía bastante afeminado, a como se considera que debía andar. No vivía muy lejos de la Facultad, entonces caminaba por una calle en la que estaban construyendo unos departamentos, ese día, cuando pasé por ahí los albañiles empezaron a gritarme cosas, pero algo muy llamativo para mí fue que era básicamente acoso sexual hacia una mujer, en eso voltee porque escuché mucho ruido y se dieron cuenta de que era un hombre, y entonces el discurso cambió, empezaron a agredirme. Me sacó mucho de onda descubrir que si piensan que es una mujer, la objetualizan, y si ven que es un hombre, el discurso es violento, entonces me puse a analizar la situación y lo que pensé en ese momento —y lo he pensado en otras ocasiones— fue que lo que pasa en esos casos es que al darse cuenta de que, pensando que era mujer, desean a un hombre, tienen que ser agresivos para demostrar que no es así.
Llegué a la clase y dije quiero hablar de esto, lo propuse y estuve platicando con el profesor y con mis compañeros y me decían sí, exactamente, se trata de defender su virilidad y decir no, yo no quería desear a un hombre, entonces lo voy a violentar para demostrar que no me importa.

Los hijos de la luna

El sol produce el sexo masculino,
la tierra el femenino, y la luna
el compuesto de ambos,
que participa de la tierra y del sol.
(Platón. El banquete.
Traducción de Patricio de Azcárate)

Dije voy a hacer un proyecto sobre esto e investigando en Internet me encontré con un concepto que no conocía y que se me hizo muy iluminador, el de la androginia, estos hombres o mujeres que tienen rasgos de ambos sexos, lo que hace que su aspecto sea ambiguo. Cuando los vi, me di cuenta de que no es una rareza sino que hay un nombre para eso, y pensé a lo mejor soy andrógino. Encontré algunos modelos femeninos y masculinos que, por su aspecto, los diseñadores de modas y los fotógrafos los contrataban para que modelaran a veces ropa de mujer y a veces ropa de hombre. Vi fotos en una revista y se me hicieron impresionantes, me pareció muy padre que una sola pudiera encarnar ambos géneros.
Pretendía sacar mi proyecto del taller para que tuviera más contacto social, entonces, la dinámica fue imprimir dos de esas fotos, el modelo era hombre pero en una fotografía estaba con ropa de hombre y en la otra, con ropa de mujer. Las imprimí en un formato de más de un metro por lado, las llevé a varias facultades de la UV, primero puse la foto en la que el modelo estaba con ropa de mujer y le pedí a los chicos que pasaban que escribieran lo que pensaban sobre la imagen, algunos hablaban de su físico, otros decían si les gustaba o no les gustaba, algunos decían que la foto estaba padre, hubo diferentes opiniones pero sí estuvieron más cargadas hacia el aspecto físico de la modelo, porque pensaban que era mujer. Luego les pedí que pasaran a la siguiente imagen que estaba a cierta distancia, ahí estaba una compañera que me ayudó, ella les decía que en realidad el modelo era hombre y les pedía que escribieran lo que pensaban y, otra vez, el discurso cambiaba, uno que otro ponía que le parecía interesante pero en la mayoría había agresión.
Me sentí tan comprometido en ese proyecto, el resultado me gustó mucho, cuando lo presenté, se me hizo muy interesante contar la experiencia, analizar el resultado, verlo como una obra ya terminada. Fue como muy un parteaguas porque me di cuenta de que a diferencia de otros proyectos que había hecho por cumplir con una asignatura, éste lo había hecho porque me interesaba, me llamó mucho la atención porque algo había cambiado en lo que yo estaba haciendo.

Crimen sin castigo

Empecé a investigar en Internet la situación de la homofobia en general y las identidades sexo-genéricas. No por ser homosexual tenía información sobre ese tema y ahí empecé a conocer todo esto, me encontré con una organización que se llama Comisión Ciudadana contra los Crímenes de Odio por Homofobia que saca un reporte cada cinco años, me parece, en el que presenta una estadística de crímenes de odio en todo el país, pone cuántos crímenes se han cometido en un determinado tiempo, en dónde son más comunes, con qué se perpetúan, en qué condiciones se encuentran los cuerpos. Da toda la información completamente desmenuzada y muy completa; a mí, más que darme información, me horrorizó porque no es común que escuches que mataron a una persona por el simple hecho de ser homosexual.
Me encontré con que, en ese entonces, México era el primer lugar a nivel mundial en crímenes de odio y Brasil era el segundo, y dije ¡Dios mío!, ¿es en serio?, ¿este es el país en el que vivo? A Xalapa la siento un poco más abierta en expresiones de orientación y de identidad porque es una ciudad multicultural, siento que tiene esta cualidad porque viene mucha gente de muchos lugares y se ha adaptado a eso, todos somos extraños y la ciudad nos ha acogido en algún momento. Siempre he sentido muy tranquilo el ambiente de Xalapa, entonces nunca me ha parecido que exista la posibilidad de ser agredido por ser homosexual, sin embargo, un día estaba con mi novio de ese entonces en la calle, no estábamos tomados de la mano ni abrazándonos ni besándonos, simplemente estábamos sentados platicando y pasó una persona junto a nosotros, nos insultó y siguió caminando, fue la primera vez que me pasó algo así y me impactó.
En ese entonces estaba investigando mucho de esto y dije algo se tiene que hacer, y al ver que muchos artistas estaban tratando temas sociales —entre ellos algunos mexicanos como una artista (su obra me gusta mucho y se me hace impresionante) que se llama Teresa Margolles, que ha tratado mucho el tema de la violencia por narcotráfico; es una artista internacional y ha llevado ese tema a la Bienal de Venecia, a Latinoamérica y ha puesto nuestros problemas en ojos de otros países que han dicho México necesita ayuda— dije ok, entonces puedo incorporar esta parte del interés por un problema social y seguir mi producción artística, no tengo por qué hacer dos cosas diferentes cuando puedo hacerlas juntas y fue cuando empecé a trabajar en el tema de la homofobia.

De hombre a hombre

En 2013 tuve la oportunidad de hacer mi primera exposición individual, ya había participado en exposiciones colectivas en la Facultad como la del Día de Muertos, además tenía un pequeño colectivo con unos compañeros y habíamos expuesto en algunas galerías independientes del centro y en el Inecol, pero era algo más independiente.
En las primeras exposiciones, aún siendo colectivas —que presentaba una o dos piezas— tenía nervios porque no solamente expones la obra, te expones a ti, te expones a la crítica, te expones a que guste o no guste, a que te digan que sí o que no, pero para la primera individual ya estaba un poco más liberado de esa carga de que a alguien no le gustara lo que yo hacía, entonces, cuando se me dio la oportunidad dije va, adelante.
Me dieron el espacio, todavía no tenía la obra pero tenía tiempo suficiente para ver qué iba a presentar, cuántas piezas tenía que realizar, cómo iba a ser el formato y demás. Me decidí por englobar toda esta serie de conceptos que ya venía investigando, en ese entonces de manera muy superficial porque no tenía profundidad en libros, en autores, en la parte teórica, pero sí para representar cuál era mi visión, mi perspectiva de estos temas. La enfoqué hacia la homofobia, hacia la masculinidad, hacia los crímenes de odio, hacia los conceptos de género, y en esta idea de la androginia, cuál es el límite entre lo masculino y lo femenino, y por qué hay un límite, y cuál ha sido la ideología en cuanto a por qué suceden las cosas.
Hice una exposición, le puse De hombre a hombre. Hice arte-objeto, escultura, fotografía, animación en stop motion, hice un poco de cada cosa, tomé todo lo que había aprendido, más todos los temas que estaba tratando de manejar. Se me hizo muy completa y las críticas que recibí fueron que a algunos se les hizo muy interesante que hubiera varias cosas y otros me dijeron que estaba saturada con tantas cosas; hubo una opinión mixta entre si estuvo bien tomar tantas técnicas o no. A mí me gustó mucho porque estaba tratando esos temas muy ampliamente en cada técnica y de una forma diferente, ahí fue donde me coloqué en esta la línea de trabajo y seguí investigando. Utilicé esa misma exposición para mi titulación, la presenté como proyecto práctico-artístico y desarrollé la tesis con fotografías con las que hacía una reseña del tema que estaba tratando en cada obra: de qué trata, por qué la hice, para qué.

El espejo negro

Culminé mi carrera tratando este tipo de temas que son tanto de género como de masculinidad como de análisis, de todo esto pero mucho más cargado hacia los crímenes de odio porque no es una situación ni fácil ni de la que se esté hablando mucho, además, en toda la investigación que hice y en las asesorías que tuve para el proyecto, vi que el arte gay de los movimientos de los 80, cuando ya estaba el movimiento de liberación lésbico-gay, sí hubo artistas que hicieron obra acerca de la homosexualidad pero el contexto era muy diferente porque eran las primeras manifestaciones, entonces se trataba de representar la homosexualidad y visibilizar que existía, que tenía un lugar en la sociedad y demás, y hoy en día esa parte ya está superada, digamos que representar la homosexualidad por la homosexualidad ya no es tan significativo porque ya se han hecho bastantes cosas, pero no me he encontrado con artistas que tengan una producción como la de las feministas que han estado produciendo desde los setentas, ochentas, noventas y hasta la fecha sigue habiendo artistas que están tratando temas nuevos porque es algo que sigue cambiando, como la sociedad, pero en la comunidad LGBT, el arte se ha quedado un poco corto en la representación y en lo que se habla, y veo que no se trata la parte negativa, lo que más se hace es decir que está bien ser homosexual, que tenemos un lugar en la sociedad, que no estamos enfermos y que somos otro producto del sistema capitalista, pero no veo que se cuestione el problema social: qué pasa con la discriminación, por qué hay tantos crímenes, qué está sucediendo; entonces dije es una oportunidad de hacerlo porque es necesario, y empecé a cargar mi trabajo mucho más a estos temas, sobre todo a los crímenes de odio.

Fruto perfecto y delicioso

Te arranqué de la tierra por las raíces
ebrias de tus manos ]
y te he bebido todo,
!oh fruto perfecto y delicioso! ]
Ya siempre cuando el sol palpe mi carne
he de sentir el rudo contacto de la tuya
nacida de la frescura
de una alba inesperada,]
nutrida en la caricia de tus ríos claros
y puros como tu abrazo,]
vuelta dulce en el viento que en las tardes
viene de las montañas a tu aliento,
madurada en el sol de tus dieciocho años,
cálida para mí que la esperaba.
(Nuevo amor. Fragmento.
Salvado Novo)

Recientemente, también me di la oportunidad de hacer algo más tradicional sobre el homoerotismo, porque no tiene por qué no hacerse. Este año hice una exposición en el Museo de Antropología justamente sobre el erotismo que tiene la comunidad dentro de redes sociales. Se llamó #GAYGUY. Desnudo masculino contemporáneo. Toqué ese tema porque no es que esté prohibido o que ya haya caducado, pero mi trabajo está mucho más cargado a la parte de la discriminación, de la violencia.
Género
Nunca me imaginé estudiar un posgrado porque decía que, como artista, lo único que tenía que hacer era trabajar mucho más y pulirme. No me interesaba tanto la parte teórica de las artes, no me llamaba la atención estudiar curaduría, museografía, gestión cultural, crítica de arte, decía ya tengo las herramientas de la producción artística, ahora debo fortalecer y hacer mejor mi trabajo en cuanto a la parte del concepto que estoy trabajando.
No había considerado esa opción, pero justamente después de que me metí a ese tema, surgió la Maestría en Estudios de Género de la UV y dije ah, pues por ahí va. Apliqué y ya estoy por terminar el tercer semestre. El proyecto que estoy desarrollando es, justamente, ¿cuál es el papel de las artes en un problema de diversidad sexual que es la homofobia? La pregunta que te hacen es ¿pretendes informar, pretendes educar o qué pretendes?, entonces me he tenido que cuestionar cuál es el papel que estoy teniendo, no es el de educar pero yo creo que sí puede tener mucho que ver con informar porque, como te mencioné, México es el primer lugar en crímenes de odio y es una información que seguramente no manejan las personas que no pertenecen a la comunidad de la diversidad sexual, a menos que salga en un periódico o en una revista y lo lean; entonces sí es importante informar que existe esa situación para sensibilizar hacia ella, para que esas personas al menos digan yo puedo no discriminar, yo puedo ayudar a promover la equidad, aunque parezca que no es un problema mío, sí lo es porque soy parte de esta sociedad, por ese lado es donde está cargado mi trabajo.

Reflejo de Realidad

Recientemente, hice una muestra sobre este tema —ya con la información de la maestría—, se llama Reflejo de Realidad. Se inauguró en la Unidad de Artes y tuve la fortuna de que coincidió con el 25 aniversario de la Unidad, entonces tuvo alcance para más personas que las que las que transitan a diario por ahí. Ese proyecto es la cristalización de una forma de hacer mi trabajo ya teniendo más conceptos, más información, más teoría y una forma diferente de presentarlo.
Fue muy enriquecedor y es algo que sigo trabajando porque, por desgracia, es una situación que no se va a terminar pronto, en el último reporte de la Comisión [Ciudadana contra los Crímenes de Odio por Homofobia], ponen a México como segundo lugar en crímenes de odio en el mundo, pero no porque la situación haya mejorado y los crímenes hayan disminuido, sino porque Brasil, que era el segundo lugar, empeoró, entonces México sigue teniendo las mismas cifras pero en Brasil aumentaron, nos ganaron el oro en esto de los crímenes de odio, y Veracruz parece que no solo no está mejorando sino que está empeorando, parece que el estado se cae a pedazos en muchos sentidos: inseguridad, feminicidios, desapariciones, asesinatos de periodistas y entre todo eso están los crímenes de odio, de hecho, Veracruz está en el top cinco de los estados con mayor número de crímenes de odio, por eso es tan importante para mí tratar el tema y alcanzar nuevos públicos que no he tenido la oportunidad de tener, por ejemplo, el proyecto Reflejo de Realidad está pensado para que se exponga en otras facultades y otras personas que son parte de la Universidad Veracruzana tengan acceso a él, la idea es ir generando conexiones con gente que está interesada en promover justicia, igualdad y equidad en todos los aspectos. Todavía hay muchas personas que se resisten a cambiar su forma de pensar, entonces hay que seguir trabajando en eso.
Antes de entrar a la maestría, manejaba la información que cualquiera puede tener a la mano, ahora ya puedo analizar más a fondo de dónde viene la homofobia, qué situaciones sociales y qué otros factores influyen para que México sea como es o para que la sociedad en la que vivimos tenga este tipo de mentalidad. Este análisis más conceptual y más teórico me lo ha ofrecido la maestría, además de otros temas como conceptos de género que van muy ligados a por qué se reacciona de esta forma con la diversidad, qué es el machismo con las mujeres, qué es el machismo con relación a la diversidad sexual y la identidad; todo esto me ha ayudado a tener mejores argumentos de por qué es necesario hacer lo que hago.

(CONTINÚA)

 

PRIMERA PARTE: Las manos llenas de color
TERCERA PARTE: Pero el fruto, pero el aire…

 

 

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