En el país se documentaron 112 casos de violencia política contra mujeres, sin embargo sólo el 40 por ciento de ellos fueron denunciados, señaló María Virginia Gutiérrez Villalvaso, integrante de la Asociación de Mujeres Consejeras Electorales (AMCE).

Explicó que entre las agresiones identificadas se registraron violencia sexual, daño al patrimonio privado, ofensas verbales directas o por redes sociales y amenazas.

Estos casos se pudieron conocer debido a que la AMCE decidió organizar un esfuerzo a nivel nacional en el que participaran las Consejeras Electorales, recopilando los casos y hablando con las candidatas, para que informaran de su situación y permitieran que se les diera un seguimiento.

Este esfuerzo de las Consejeras, dijo, no fue fácil, pues muchas de las candidatas desconfiaban de sí habría resultados o incluso de la reserva que se le daría a su información, por lo que apenas se alcanzó a reunir 115 reportes, de los cuales 112 fueron por violencia política de género y los otros tres por cuestiones administrativas.

En menos de 50 casos, las víctimas accedieron a denunciar, sin embargo en algunos ellas mismas reconocieron que no lo harían por temor a que sus propios partidos las bloquearan o les aplicaran otras medidas.

También hubo casos en los que reconocieron que no lo harían por el temor a lo que ocurriría con ellas o con sus familias si seguían adelante con la denuncia o con las candidaturas, pues recordó que en uno de los reportes se supo que una familiar de la candidata fue víctima de violencia sexual debido a su postulación.

Esta situación, reconoció la Consejera, fue una constante en el reciente proceso local, lo que obligó a buscar maneras de blindar la participación de las mujeres y evitar que situaciones como estas continúen ocurriendo.

Dijo que entre las situaciones más frecuentes se encuentran las agresiones verbales, que van en contra de las candidatas, así como también las que ejercen candidatos en contra de las mujeres votantes o de sus contendientes.

Esto es debido a que aún existe ignorancia sobre el tema, así como resistencias a aceptar la igualdad entre hombres y mujeres.

Brisa Gómez/Avc