Sergio Missana, profesor en la Universidad de Stanford en Santiago de Chile, comentó que el escritor Carlos Fuentes fue un intelectual público cercano al poder, lo cual le sirvió para retratar la realidad y contribuir a moldearla; lo anterior, al ofrecer una conferencia magistral de la Cátedra Interamericana “Carlos Fuentes” (CICF) en la Universidad de Chile, el jueves 18 de octubre.
El también escritor y activista ambiental recordó que en alguna ocasión Jorge Luis Borges declaró que ser un escritor latinoamericano destacado equivalía a ser casi un desconocido, pero tal afirmación dejó de ser válida en gran medida a Carlos Fuentes.
“Fuentes fue el gran impulsor del boom latinoamericano (grupo pequeño de escritores), también fue el primer agente creativo y consciente sobre la internacionalización de la novela latinoamericana en los años sesenta, al ofrecer una visión nueva y la necesidad de hacerla de todos.”
Mencionó que desde sus inicios el escritor mexicano transitó entre la revolución imprescindible para la creación literaria, y la participación activa y energética en la arena pública.
“El perfil de Fuentes como intelectual público es inseparable del contexto mexicano, se engarza en una tradición de estrecha alianza entre la intelectualidad letrada y el Estado, instaurada en el periodo revolucionario, tradición única en América Latina.”
Carlos Fuentes, indicó, está considerado dentro de la figura del intelectual público clásico asociado a la letra, que tuvo su origen en la Ilustración donde el intelectual asume la misión de actuar como un faro que alumbra con la razón el mundo de penumbras.
Sin embargo, Missana advirtió que en la actualidad se vive un declive de esta figura, al ser eclipsada por el líder de opinión y por la ampliación del campo de batalla desde la letra, para un conjunto más amplio de saberes y práctica alimentada por los estudios culturales.
“Son múltiples los factores que han contribuido a la democratización de la esfera pública: cambios experimentados por las industrias culturales y los medios de comunicación, el rol del Internet y la cacofonía de las redes sociales, el imperio cuantificador de las encuestas, la monetización del llamado mercado de las ideas, entre otros.”
Destacó que aún hay intelectuales públicos, pero la ampliación de los campos de batalla ha acotado sus espacios de influencia y los ha conminado a alzar la voz en medio de una proliferación de otras voces.
Una característica que siempre se le reprochó a Carlos Fuentes fue su cercanía con el poder. Él y sus correligionarios del boom acopiaron un grado considerable de poder y un capital de prestigio, lo cual les sirvió para entrar al espacio público no sólo para retratar la realidad latinoamericana sino para contribuir a moldearla.
“Puede afirmarse que ejerció protagonismo desde una sostenida postura progresista con sentido de responsabilidad, coherencia ética, lealtad a sus aliados, audacia, carácter visionario, apego al sentido común y –en pocas instancias– con sentido del humor.”
En cuanto a su relación literaria, señaló que puede resumirse en su vínculo con el poeta Pablo Neruda, José Donoso y un conjunto de diversos escritores más jóvenes que Fuentes.
Por último, dijo que entre las obras de Carlos Fuentes que perdurarán como clásicos está Aura, donde el escritor optó por lo menor, por escavar un espacio claustrofóbico, donde la historia queda detenida y condenada a repetirse y reflejarse a sí misma, en donde el deseo y el miedo se confunden y entremezclan, “en ella se ve una inscripción al género gótico”.
Sergio Missana es escritor, periodista, académico, editor, guionista y activista medioambiental chileno; además, es profesor de Literatura Latinoamericana en el Programa de la Universidad de Stanford en Santiago, Chile, y director para América Latina de la organización no gubernamental ambientalista Climate Parliament.
Paola Cortés/Prensa UV