La Mesa 2 de la séptima edición de la Cátedra Interamericana “Carlos Fuentes” (CICF) llevó por título “Visiones políticas, perspectivas para América Latina desde los imaginarios literarios de Carlos Fuentes”, cuyos ponentes coincidieron en que el autor de Las buenas conciencias, desde sus obras, sigue convocando a una identidad en permanente configuración transfronteriza de Latinoamérica.
Cabe recordar que “Carlos Fuentes en Chile” es el título de esta edición de la CICF de la Universidad Veracruzana (UV), y por primera vez se desarrolla en aquel país sudamericano para reflexionar la obra del autor de La región más transparente, concretamente en la Universidad de Chile.
La Mesa 2 se desarrolló el jueves 18 de octubre y en ella participaron Ricardo Corzo Ramírez, coordinador Académico de la CICF de la UV; Luz Ángeles Martínez Canabal, vicedecana de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la universidad chilena, y Alejandra Araya, directora del Archivo Central “Andrés Bello” de la citada casa de estudios.
Ricardo Corzo abrió las participaciones con un texto que intituló “La permanente reconstrucción de América Latina en el pensamiento de Carlos Fuentes”. Dijo que las problemáticas sociopolíticas, ideológicas, científicas y culturales de esta región fueron vistas por Fuentes como asuntos a resolverse de manera conjunta e integrada. “Para él, nuestro comportamiento y actitudes debían verse desde una perspectiva continental, trasatlántica, anticolonialista y posnacional. Contemplarse como procesos inacabados desde la mundialización hasta la globalización”.
Asimismo, Corzo Ramírez retomó el texto Tres discursos para dos aldeas, donde Fuentes señala el objetivo para un camino viable, por medio del arte, para un mundo en que todas las culturas y sus manifestaciones políticas tuviesen vigencia.
“Para Fuentes era imprescindible incrementar y mejorar la educación y la cultura en todas sus manifestaciones y significados, ya que ellas permiten mantener los lazos comunicantes, establecer el diálogo intercultural, reconocer y respetar las identidades dentro de la diversidad y la pluralidad. Cada uno de los portavoces del quehacer intelectual debía y debe contribuir en la construcción de la vida comunitaria, donde lo individual y lo colectivo, las mayorías y minorías no se vean como enemigas, sino como opositoras, distintas, como uno frente al otro, frente a la otredad.”
En su intervención, Luz Ángeles Martínez habló desde el punto de vista del arte y la estética; mientras Alejandra Araya lo hizo de la relación entre la historia y la literatura. La primera destacó que Fuentes se negó al concepto de tabula rasa (entiéndase esta expresión como la primera estación que fundan los europeos en América o la acción de no tener en cuenta hechos pasados); mientras que la segunda abundó en las obras La muerte de Artemio Cruz y Los años con Laura Díaz.
“Fuentes tomó una de las vías más arriesgadas, es decir, ante esa tabula rasa originaria él contesta en sus novelas: ‘No hay origen. Niego el origen. De qué origen me van a hablar’ ”, subrayó Luz Ángeles. En la manera de ver de la académica, hay dos pensadores que toman tal camino y apuestan por desfalcar todo ese discurso, el propio Fuentes y José Lezama Lima. “Ellos proponen: ‘¿El origen es lo que necesitamos o inventar e interpretar una historia?’; entonces, proponen la reinvención del origen, del ser, y le abren una oportunidad a la pregunta por lo latinoamericano, que antes no tenía”.
En tanto, Alejandra Araya elogió el talento de Fuentes para recrear “la memoria de los sueños”, frase que retomó de Los años con Laura Díaz y en alusión a la acción de recrear la vida de los otros.
La moderación estuvo a cargo de Ximena Póo, académica del Instituto de la Comunicación e Imagen y directora de Extensión de la Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones de la Universidad de Chile, quien desencadenó una nutrida charla y serie de opiniones con los ponentes, al término de la lectura de los discursos de cada uno.
Karina de la Paz Reyes/Prensa UV