Un buen sistema de gobierno universitario es el que resuelve problemas y no el que los crea, y en el caso de las universidades públicas este sistema es esencialmente colegiado, afirmó Adrián Acosta Silva, profesor investigador de la Universidad de Guadalajara (UdeG), y señaló que hasta antes de los años ochenta en el lenguaje de la educación superior de México no se utilizaba el concepto gobernanza, “verbo nuevo que estaba asociado a una perspectiva relacionada con las teorías de la nueva gerencia pública”.
Ganador del Premio “Andrés Bello” por la mejor investigación superior realizada en América Latina y el Caribe en el periodo 2008-2009, Acosta Silva fue uno de los tres participantes de la Mesa “Retos y prospectiva de la gobernanza universitaria” del Coloquio Gobernanza y Participación Universitaria, organizado por la Junta de Gobierno (JG) de la Universidad Veracruzana (UV) que tuvo lugar el miércoles 17 de octubre en el auditorio de la Facultad de Arquitectura.
Carlos González Gándara, secretario de la JG y moderador de la mesa, planteó a los participantes dos preguntas: ¿qué es lo que debemos entender por gobernanza universitaria? y ¿por qué es importante tenerla presente en el panorama universitario?
En respuesta al primer cuestionamiento, el investigador refirió que la complejidad de un gobierno universitario y su multiplicidad de órganos –no sólo centrales sino también colegiados– hacen de su funcionamiento “un animal extraordinariamente complejo”, que en los hechos goza de autonomía con prácticas variadas, que en los últimos años ha enfrentado un conjunto de tensiones que no terminan de resumirse.
Para el análisis del tema de la gobernabilidad, dijo que se contemplan dos dimensiones: la que se asocia con el tema del conflicto, y el de la gobernanza que, a su vez, se asocia a la gestión del cambio; sin embargo, consideró necesario un análisis del comportamiento institucional de las universidades.
Por su parte, Angélica Buendía Espinosa, profesora investigadora del Departamento de Producción Económica de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Unidad Xochimilco, hizo un llamado a repensar la universidad del México de hoy pues se pasó de la universidad no moderna en la lógica de las políticas previas a los ochenta, a una universidad moderna que necesariamente debe ser reflexionada y pensada debido a los problemas que se han enfrentado.
Opinó que en la actual administración federal la educación superior quedó al margen de cualquier posibilidad de cambio y de reorientación, “a pesar de la gran cantidad de investigaciones y de evidencias empíricas que hay sobre el fracaso de algunas políticas, que si bien han tenido influencia en la conducción de la universidad, muestran rezago y agotamiento, pero en el sexenio que está por concluir prácticamente no se tocaron”.
Apuntó que las universidades públicas atraviesan por un punto de inflexión importante, que parece desdibujarse en conceptos mucho más anclados en la nueva gestión pública.
En tanto Adrián de Garay Sánchez, profesor investigador del Departamento de Sociología de la UAM Unidad Azcapotzalco, dijo que la gobernanza en una institución universitaria será un tema de todos los días para abordar cómo gobernar, conducir y definir el rumbo institucional de una universidad, “puesto que no es trivial el cómo se construye un diseño institucional”.
En este contexto, destacó como uno de los elementos importantes la elección de rector, proceso que incide de manera importante en la gobernabilidad y que no deja de ser un hecho aislado de los actores de la vida institucional.
Planteó que todas las universidades cuentan con sus leyes orgánicas, tienen sus particulares formas de constitución de sus consejos universitarios y sus juntas de gobierno, y cada una imprime su sello a la gobernabilidad.
Reconoció que tanto en el pasado como en el presente, las juntas de gobierno siguen dominadas por hombres, que en las universidades públicas autónomas de un total de 106 integrantes de las juntas de gobierno, 81 son hombres y sólo 25 mujeres.
José Luis Couttolenc Soto/Prensa UV