«El año pasado me invitaron a tocar a Bogotá, a un festival llamado Entepola Colombia 2017, con el grupo José Luis Quetzal Proyect», me comentó Nain Solana en esta última parte de la conversación en la que habla de la consolidación de Jazz House Collective y de sus convicciones en torno a la construcción del nuevo jazz mexicano.

Hoy pasé por tu ventana…

Hoy pasé por tu ventana
y me tiraste un limón,
yo te tiré una canción
en estilo jazzarana
¡BOMBA!

Regresé a Xalapa en el 2016 porque fuimos a tocar a Córdoba, de ahí me fui a Campeche porque hubo una situación con mi mamá y tenía que cuidarla. Estando ahí, entré a una convocatoria que se llama Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico, PECDA. Me gané esa beca en la disciplina de Música en la categoría de Composición, mi idea fue hacer cuatro composiciones de jazz pero con elementos de la jarana yucateca, a ese proyecto le llamé Jazzarana.
Sigo con esa misma idea, la pieza que compuse para el disco de Jazz House se llama El negrito McCoy, está inspirada en una pieza de la jarana yucateca que se llama El chinito Koy Koy, a partir del motivo rítmico y melódico de esa pieza, desarrollé mi composición, la idea es retomar la música de mi tierra y volverla a hacer para que suene más fresca. Los jóvenes de la península no quieren tocar jarana yucateca porque la consideran música viejita o música que no los representa, sin embargo, es música muy rica que si no se toca, se irá perdiendo. Yo veo que aquí, muchos jóvenes agarran la jarana para tocar son jarocho, y veo muchos músicos del norte que quieren tocar norteño, se saben sus canciones y las tocan con mucho orgullo.
Yo creo que la jarana yucateca es muy bonita pero no está representando nuestra actualidad, no es como el son jarocho en el que se tocan las piezas tradicionales pero también hay un nuevo repertorio, los Sonex, Mono Blanco y muchos grupos son prueba de que se está haciendo un nuevo son jarocho que habla de la actualidad, eso hace que la gente lo vuelva a mirar porque es algo fresco. El pichito amoroso o El chinito Koy Koy hablan del Campeche de hace muchos años, no del actual, y creo que una virtud que tiene el jazz es que puede integrar lenguajes de distintas culturas y con esa herramienta se puede hacer una renovación de la música para convertirla en algo que atraiga a más personas.
A esa pieza le llamé El negrito McCoy porque para mí es hablar del sincretismo de las dos culturas, de El chinito Koi Koi y del jazz, el que sepa va a entender que estoy haciendo un juego de palabras con McCoy Tyner, que es un pilar del jazz.
Para la presentación final del proyecto Jazzarana, de JazzUV invité a Alejandro Lozano, Jorge Gamboa y Miguel Covarrubias, los demás integrantes del grupo fueron músicos campechanos.
Emmanuel Mora estuvo mucho tiempo en el DF tocando con Beto Medina y en varios lados, pero cuando llegué a Campeche, ya tenía como uno o dos años que había regresado y se había vuelto a formar el grupo Chamán, tuve la oportunidad de tocar con ellos y fue algo muy significativo para mí porque los admiraba mucho y al pasar de los años ya estaba tocando con ellos.
Además de eso, durante mi estancia en Campeche realicé una serie de talleres y conciertos en un lugar que se llama Central Sureste, que funge como foro cultural donde transmiten cine independiente y de arte; de igual manera, llevé a otros amigos de Xalapa como Ignacio Quinto, con quien impartí un taller y dimos conciertos en Campeche y en Mérida.

A chelear

Jazz House tocó en el Festival JazzUV del 2015 y tuvimos una master class con Martin Nervin, un contrabajista originario de Los Ángeles; fue a público abierto pero con nosotros tocando y dio recomendaciones a nuestro ensamble para que sonemos bien. Nos explicó cómo debemos acompañar, ya que siempre hemos estado en la disyuntiva en el grupo de que hay piano y hay guitarra, nos preguntamos: ¿quién acompaña?, y respondemos: pues tú acompañas el primer solo y yo acompaño el segundo. Martín Nervin nos dio una pauta que a mí me sirvió mucho: a la guitarra hay pensarla como un chelo porque, por antonomasia, el piano es el que va a predominar; sin embargo, como chelo puedo ir configurando unas líneas no sincopadas e intentar crear un contrapunto que vaya de acuerdo con el voice leading, voy pensando en la tercera, en la séptima que vaya dibujando el acorde. A partir de ahí, he estado buscando una manera de integrarme, ya que no me quiero perder estar tocando con ellos, veo que están gozando y yo también quiero gozar; siento que la configuración de Jazz House hace que la guitarra le dé otro toque, un sabor más moderno; en ese sentido, siento que puedo deambular entre la sección rítmica y la sección de metales, estoy en ambas partes y tengo esa facilidad, eso me motiva.

Alegría panamericana

Memo Barrón nos dio una clase de un ensamble de jazz panamericano, nos dijo sí, existe el jazz de Norteamérica pero hay muchos jazzistas como Danilo Pérez, Miguel Zenón y David Sánchez que están configurando su propia identidad a partir de su idiosincrasia y de los elementos musicales que tiene su propia cultura, le llaman jazz panamericano para diferenciarlo del jazz latino porque en éste predomina lo afrocaribeño — salsa, son cubano, montuno— y en lo que ellos hacen hay landó, festejo, música criolla centroamericana y sudamericana, todos estos ritmos.
Hay un músico peruano que se llama Gabriel Alegría, tiene un grupo que se llama Afro-Peruvian Sextet, es alguien que admiramos en Jazz House y el día que hicimos el concierto de presentación del disco, él estaba tocando en Nueva York y un amigo de José Luis Escobar, el Satanás, lo le pidió que dirigiera unas palabras hacia nosotros, él hizo un comentario sobre Jazz House Collective y el Satanás lo grabó, para nosotros es algo muy padre que Gabriel Alegría nos haya mencionado.

McCoy Koy

En la música se pueden destacar tres elementos muy evidentes: el aspecto melódico, el aspecto rítmico y al aspecto armónico; casi en toda América Latina, lo menos desarrollado es el aspecto armónico, la progresión es muy sencilla: cadencia perfecta (1-5), cadencia plagal (1-4). En el son jarocho y en mucha de nuestra música tradicional, la armonía es muy elemental; sin embargo, tiene aspectos muy ricos en la rítmica y en la melodía; el mismo hecho de que esté en 6/8 habla de que nuestra música es polirrítmica, es decir, 6/8 es un 3 contra 2, en ese sentido puede andar oscilando en 4/4 o 2/4 y los compases son ternarios, eso mismo ocurre en el jazz, en el que se pensaría que son 4/4 pero en realidad son 12/8, o sea, siempre hay un pensamiento ternario implícito.
Cuando uno empieza a darse cuenta de eso, logra ver que no hay diferencia, África está tanto en la música de aquí como en la música de Estados Unidos. Descubrir eso, para mí fue como un anclaje, dije, si la música de aquí es polirrítmica entonces no sólo debe ser 6/8, puedo tocar 5/4, tal es el caso de El negrito McCoy que está en un compás de 7/4.
El otro aspecto que también se puede combinar es el aspecto melódico, por ejemplo, se puede tomar el relieve melódico, o el motivo, y a partir de ahí crear otro. Como te comentaba, El negrito McCoy lo hice a partir del motivo melódico de El chinito Koy Koy, pero no está en el mismo tono; por lo regular, la música del sur está en modo mayor, siempre es alegre, esta pieza la hice en tono menor, que es un poco más introspectivo, o sea, intenté irme a otro lado pero manteniendo este elemento.

Nuestra voz

En el disco de Jazz House Collective, la premisa era componer una pieza de jazz para formato de noneto pero que contuviera elementos de la música popular mexicana, y en ese sentido, cada uno de nosotros empezó a tomar diferentes conceptos de lo mexicano para intentar plasmarlo en su canción. En Mictlán se nota, evidentemente, que empieza como si fuera una banda oaxaqueña en un funeral, sin embargo desemboca en una especie de second line, pero en 6/4. ¡Al Nahual! empieza en un up tempo de swing y luego tiene interludios en 6/8; está inspirado en una pieza de Gabriel Alegría que está en su disco Nuevo mundo. Bajoncitos aquí no, evoca al danzón.
Algo que también manejamos, y que es muy común en lo mexicano, es la temática de la muerte, el mexicano tiene un culto evidente hacia la muerte y lo maneja desde un aspecto cotidiano. Dos de los compositores de Jazz House dedicaron sus piezas a seres queridos —uno a su papá y otro a su primo— que fallecieron hace poco tiempo, entonces está ese elemento. La música también es un contacto para recordar a las personas y en Mictlán, Jorge [Gamboa] hace una banda oaxaqueña para evocar este aspecto hacia la muerte.
Estamos enfocándonos hacia lo mexicano desde los aspectos rítmico, melódico y armónico, pero también desde el imaginario, la pieza que se llama Ehécatl está compuesta en torno a un mito náhuatl. Así se configuraron las nueve piezas.

Coda

Ya casi todos los integrantes de Jazz House somos licenciados, Héctor, el trompetista, es el único que falta de titularse, y algunos ya somos maestros de JazzUV, Aldo [Rivera] está dando clases de piano; yo entré en enero de este año, empecé dando la materia Diseño de proyectos de investigación y ahora doy Desarrollo y gestión de proyectos de investigación, son consecutivas y forman parte de la tira de materias finales, se trata de elaborar un proyecto de investigación en el cual el alumno pueda conceptualizar su quehacer artístico; toca jazz pero debe saber explicarlo para luego poder venderlo. Estoy supliendo al maestro Diego Salas, ambos somos egresados de Letras, ambos tocamos la guitarra y los dos estamos en el jazz, entonces, cumplo bien el perfil.
Paco Galán y José Luis Escobar están tocando en la Xalli [Big Band]. Jorge Gamboa está en Orbis Tertius, y Héctor Villa y José Arturo González Huesca son integrantes de Los aguas aguas. Cada uno, aparte de Jazz House, está teniendo su desarrollo personal.

PRIMERA PARTE: Los tres cuerpos
SEGUNDA PARTE: Take one

https://youtu.be/ztBfNehHYmk

CONTACTO EN FACEBOOK        CONTACTO EN G+        CONTACTO EN TWITTER