En esta segunda parte de la conversación, Nain Solana habla de la génesis de Jazz House, tanto de la casa como del noneto.
El patio de mi Jauss / es particular…
Justamente cuando empezó la licenciatura, en el 2011, me cambié de casa y entré a la que después se conoció como Jazz House. Esa casa tenía una serie de departamentos, hasta el fondo estaban el departamento 3 y el departamento 4; el departamento 4 solo tenía dos cuartos y el departamento 3 tenía cuatro cuartos. En el departamento 3 vivía un amigo que se llama Roberto Ortega Echeverría —al que le decimos Betín— , él me comentó que el departamento 4 se había desocupado y lo renté con un amigo que estudiaba arquitectura.
Betín vivía con dos estudiantes de Música y un estudiante que era chef o algo así, luego se salió uno de los estudiantes de Música y entró una chica de Biología. Siempre hubo cambios, el arquitecto que vivía conmigo se salió y entró Martín Atreyu, al departamento 3 entró un amigo que se llama David Barrera, que toca el contrabajo, también estudiante de JazzUV; entró Agustín Yáñez, clarinetista, también estudiante de JazzUV, y entró Javier Abraham Isaac, un amigo, contrabajista también, que era estudiante de Educación Musical.
En la casa ya estábamos puros estudiantes de JazzUV pero el departamento 3 siguió teniendo cambios: se salió Agustín Yáñez y entró Mario Montes, saxofonista que fue el primer egresado de JazzUV, luego se salió Betín y entró Aldo Rivera, y a partir de ahí, la casa se mantuvo así durante un buen tiempo
Desde el principio, con Betín, con David, siempre caían ahí los estudiantes de la primera generación de JazzUV. A raíz de los festivales hacíamos jam sessions, pero todo era de manera discreta, no era el Jazz House que se conoció después.
En un principio se escribía Jazz Jauss, fue gracias al escritor sonorense Francisco Luna, quien era amigo de Roberto Ortega y fue de visita por una semana. Dicho registro quedó plasmado en la primera hoja de un libro que Paco Luna le regaló a Roberto.
La puerta de Alcalá
Luego llegó Rafael Alcalá aquí a Xalapa, nos empezó a dar clases y para mí fue como un cambio de chip, sí estábamos estudiando jazz pero con él le dimos un enfoque diferente a la manera en que estábamos estudiando. En México siempre ha existido un misticismo sobre estudiar jazz, pero con él fue: mira, este es el paso 1; este es el paso 2, y si haces esto, llegas a esto.
Posteriormente, empezó a traer más maestros, Tim Mayer y Aldemar Valentín vinieron invitados por él, y empezó a traer a otra gente a que diera cursos; a raíz de eso, empezamos a tener una materia que se llama Arreglos y Composición.
Take one
Martín Atreyu se enteró de una convocatoria para asistir al FAOT, es el Festival Alfonso Ortiz Tirado, un festival muy conocido en Sonora. Nos habló de su interés en participar y nos reunimos nueve para grabar y enviar la grabación para ver si quedábamos. De los nueve que estamos ahora, en esa primera grabación solo estuvimos Atreyu y yo. Yo estoy muy agradecido porque habiendo varios guitarristas —y todos muy buenos— en aquel entonces, a mí me tomaron en cuenta.
Grabamos arreglos de David Barrera, de los que hacía en la escuela, y enviamos la grabación, no quedamos pero ese fue el primer intento del grupo. A partir de ahí, empezamos a grabar muchas canciones para las tareas, me acuerdo que a las tres de la mañana estábamos grabando, la ventaja era que, como todos vivíamos en la casa, no había problema.
Poco a poco empezamos con las jam sessions, en un festival hicimos las after jam y le empezó a gustar a la gente; en ese entonces las hacíamos en la cocina del departamento 3, ahí poníamos la batería y todo.
Luego regresó nuestro amigo el arquitecto y empezó a vivir en la sala del departamento 4, después de un año se movió y ya pudimos hacer las jam en una zona intermedia que había entre el departamento 3 y el departamento 4, ahí montamos una tarima para hacer el escenario, pusimos luces y todo.
A raíz de que hicimos las jam en el patio, agarraron más fuerza y empezamos a llevar gente a que diera clases maestras, y a invitar grupos para que abrieran la jam.
Nuestra primera tocada como grupo fue el 29 de septiembre de 2015 en la galería de Artes Plásticas, a partir de ahí, independientemente de la casa, el grupo quedó como proyecto Jazz House.
Siempre hemos pensado que Jazz House es un proyecto muy grande que no solo abarca al grupo sino a mucha gente que ha estado y a muchos proyectos de los que siempre hemos hablado, no se han gestionado por falta de tiempo, pero pensamos que Jazz House Collective es un proyecto que da para mucho, en ese sentido es que se armó el grupo.
En ese momento le llamamos Jazz House Ensemble, al paso del tiempo y ya que hemos dejado de vivir en la casa, Jazz House Collective ha quedado como el grupo, decidimos dejarle ese nombre porque suena bien y da a entender todo este proceso del que estoy hablando. Ahorita es solamente el grupo, sin embargo, como te comento, siempre hemos tenido intención de que haya más cosas.
Luego de esa tocada, empezamos a tener más tocadas y a salir de Xalapa: tocamos en el festival de Córdoba, tocamos en el festival de JazzUV en el 2015 y en el 2017, hemos tenido tocadas en Cholula, tuvimos una tocada en Campeche e hicimos una gira en Chihuahua. Este año nos ganamos la beca del Fonca, Francisco Galán es el titular del proyecto, él metió la convocatoria y a raíz de eso es que el grupo ha podido grabar el disco y todo esto en lo que hemos estado.
Egresos, giras y «huesos»
En el 2014 me titulé de Letras, no he ejercido la carrera de manera formal, sin embargo me ha ayudado a la hora de redactar proyectos como el de una beca del PECDA que me gané; en Jazz House hemos estado escribiendo cosas y yo me he enfocado en la parte de conceptualizar lo que estamos haciendo.
Me titulé de JazzUV en diciembre del 2015, soy el primer guitarrista egresado del Centro de Estudios de Jazz. En el 2016 me fui de Xalapa, hice una gira por el norte del país, estuve en Sonora, en Querétaro y en San Miguel de Allende. En Sonora tuve la oportunidad de tocar con Luis Mario, es un baterista egresado de Berklee que estuvo tocando mucho tiempo con Iraida Noriega; para mí fue una experiencia muy padre tocar con un músico así. En Querétaro, gracias a que David Barrera me dio hospedaje en su casa, también estuve tocando con gente bastante importante como un guitarrista que se llama Martino. Luego me fui a San Miguel de Allende donde estuve tomando clases con Ken Basman y tuve la oportunidad de suplirlo, entonces estuve tocando con Antonio Lozoya, Alfred Thompson, Bobby Kapp y Víctor Monterrubio, son eminencias del jazz y para mí fue una experiencia por lo que implica salir de estudiar jazz e ir a la realidad, ver el jazz desde un aspecto no académico sino estar tocando; de repente me decían haz una intro y no podía decirles aguántenme y en dos días les entrego la tarea, tenía que hacerla en ese momento y brillar ahí.
(CONTINÚA)
PRIMERA PARTE: Los tres cuerpos
TERCERA PARTE: Nuestra voz
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