Ante el declive de las cuencas petroleras del país, es necesario reducir la demanda de combustibles fósiles, combatir consumos dispendiosos e implementar nuevas políticas de transporte, dando impulso especial al ferroviario, proponen especialistas del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM.

Para reducir la vulnerabilidad de nuestro país ante el constante aumento del costo de los energéticos, es momento de impulsar una transición hacia opciones de energía sustentable y mejorar el aprovechamiento de los combustibles fósiles, advirtieron en conferencia de medios Fabio Barbosa Cano y David Bonilla Vargas.

“El constante aumento de los precios de los combustibles es un problema urgente que debe resolverse, porque ha introducido en la economía mexicana un elemento inflacionario que castiga esencialmente a los sectores con más bajos ingresos”, expuso Barbosa Cano.

Se requiere de otras medidas a largo plazo. El transporte de mercancías, por ejemplo, se hace mediante camiones que consumen energía fósil, por lo que es indispensable impulsar la red ferroviaria; “con ello el transporte sería más eficiente, se reduciría el consumo de gasolinas y, por consiguiente, las refinerías”.

Vulnerabilidad

México es vulnerable al depender del precio internacional de los combustibles fósiles, pues esto afecta gravemente al consumidor promedio: si aumenta el precio de la gasolina, se incrementa el costo de los productos de consumo básico.

Los integrantes de la Unidad de Economía del Sector Energético del IIEc recordaron que el análisis de datos que realizan los centros universitarios ofrece una visión sustentable y a largo plazo, que debe ser considerada por la siguiente administración.

Barbosa Cano, especialista en petróleo y gas natural indicó que el 1 de diciembre de 2012 la producción petrolera en México era de dos millones 500 mil barriles, y en la actualidad es de un millón 800 mil barriles.

Esto ha llevado a que nuestro país importe el 73.6 por ciento de la gasolina que consume, lo que agrava la vulnerabilidad ante los cambios en la paridad del peso y el dólar, añadió Bonilla Vargas.

Ante esta situación, sugirió que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público reduzca el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), pues eso evitaría un aumento de precios.

De igual manera, los universitarios sugirieron la implementación de trenes y transporte público eléctrico para pasajeros, porque uno de los grandes problemas en las ciudades es que los usuarios no tienen alternativas públicas para desplazarse.

El patrón tecnológico es medular, mientras se siga dependiendo del motor de combustión interna la situación no cambiará. Se debe impulsar el uso de vehículos eléctricos; no hacerlo tiene un costo elevado, pues si no mejora el transporte, seguiremos preocupados por el pecio del combustible en Estados Unidos. “Los gobiernos deben pensar en un megaproyecto que mueva a la población”.

Finalmente, Barbosa Cano informó que desde agosto pasado ingenieros especializados en refinería revisan el problema a fondo, visitan plataformas y elaborar diagnósticos y presupuestos para la rehabilitación del sistema.

 

DGCS/UNAM