Vaya polémica con la llamada ley «antimemes» que vetará el gobernador Miguel Angel Yunes. Que gran quemada para el Doctor, convertido en diputado, José Kirsch, quien fue tomado como el impulsor de dicha ley. Vale la pena ser claros, ahora que desde el Congreso del Estado de Veracruz ven que las aguas están más revueltas, un veto del ejecutivo a una ley deja mal parados a los y las legisladoras, es una clara descalificación de parte del mandatario estatal quien si midió, por única vez, el impacto de una idea que muestra que algunos «representantes populares» no tienen idea de cómo es el consumo en las redes sociales, la libertad de expresión y tampoco miden el alcance de sus geniales ideas, muchas de ellas que han engordado una lista de propuestas que solamente han servido para presumir que se trata de la legislatura más productiva en la historia de Veracruz, frase digna de un meme.
Pero hay detalles que no deben escapar ahora que el uso y creación de memes están en medio del discurso social y mediático en Veracruz; tampoco deberíamos defender, escudándonos en la libertad de expresión, las prácticas de discriminación, linchamientos, ataques cobardes, exposición de menores de edad, términos que si están considerados en nuestras leyes y bajo una demanda bien estructurada pueden dejar un escarmiento a quien use las redes sociales para perjudicar a terceros. Sin ir más lejos, la Ley General de Derechos de NIñas, NIños y Adolescentes prohíbe la difusión de imágenes sin autorización correspondiente.
Hace poco, el hijo menor de Andrés Manuel López Obrador, fue víctima de ataques en redes que derivaron en la generación de memes y el pobre chavito, sin deberla ni temerla, fue la burla de miles; lo mismo ocurrió con los hijos de Ricardo Anaya, excandidato panista a la presidencia de México, igual ha sido para las hijas de Enrique Peña Nieto, y así para tanta gente que se convierte en «el castre» cotidiano para generar un momento de risas en grupos de whatsapp, muros de facebook y twitter.
¿Dónde está la línea entre lo correcto e incorrecto? Una pregunta muy difícil de contestar, México es uno de los primeros 5 países de latinoamérica con más usuarios de Facebook, con todo lo que ello implica, páginas, oficiales, perfiles de cualquier mortal, chicos y grandes, de todos los niveles educativos y todos haciendo reflejo virtual de lo real; un México lleno de violencia en las calles, que pasa a la violencia textual, una sociedad que es juez y parte, llena de activistas de red social, donde los likes llenan vacíos emocionales y los memes son el bullying del ciberespacio.
Está el otro lado de la moneda, incluso en nuestro país, una campaña del Instituto Mexicano del Seguro Social, dedicada a promover el uso del condón, fue diseñada en memes para poder llegar y fijar la atención de las generaciones jóvenes. En otras latitudes, la Unión Europea rechazó, el mes pasado, la vigilancia de los contenidos en internet para proteger el copyright. Sin embargo, estableció la necesidad de que las diferentes plataformas garanticen de alguna manera la defensa de los derechos de autor.
Los eurodiputados establecieron así sus prioridades para la puesta al día de la legislación de los derechos de autor. El pasado 5 de julio se había fijado una tregua de dos meses para introducir enmiendas, ante la presión de consumidores y grandes plataformas. En el texto aprobado ahora por la Eurocámara también se reafirma la exclusión para los contenidos que se comparten en redes sociales como «memes» . Asimismo, se establece la necesidad de que las plataformas abonen una tasa para garantizar que se dé un pago justo a los creadores de contenido, algo parecido a la tasa Google en países como Alemania.
Según los abogados especialistas en derechos de autor, si se aplica censura a todo lo que se publica, se destruye el internet que conocemos desde 1995, lo que ha hecho un éxito del internet es el caos que representa y, lamentablemente, la fuerza de ese caos sostiene nuestra libertad de expresión en ese escenario.
Si no somos capaces como sociedad de reconstruirnos, hacer comunidad, erradicar la violencia y la corrupción, ser ciudadanía de verdad, con igualdad y respeto; mucho menos podremos convivir sanamente en un «mundo» donde ocultamos las caras y contribuimos al caos desde la banalidad de un teclado, en ese caos también están nuestras diputadas y diputados, en muchos casos tan faltos de profesionalismo parlamentario.