Sin duda, hay un error en el cartel que publicó recientemente Jazz House Collective, como recuerdo feisbuquero de hace tres años, con la leyenda «El primer concierto de Jazz House»: bajo el letrero «JAZZ HOUSE ENSEMBLE (NONETO)», dice «29.08.15 MARTES 7:30pm», pero el 29 de agosto de ese año fue sábado; el 29 de septiembre, fue martes, además, la publicación original del anuncio data del 26 de septiembre, de lo se infiere que el primer concierto de la agrupación fue el martes 29 de septiembre de 2015, casi exactamente tres años después, el próximo viernes 28, se presentará al público la primera producción discográfica de un noneto que en ese breve lapso ha transitado de ser un taller para la realización de tareas escolares (todos eran estudiantes de JazzUV) a un ensamble maduro y estable consagrado a la creación musical a partir de elementos de la música mexicana pero regida por los lineamientos del jazz, específicamente del hard bop, el estilo que surgió en los años 50 como una suerte de refinamiento de la fuerza altamente expresiva pero para muchos exageradamente abrupta e incontrolada del be bop.
Aunque Jazz House Collective nunca se ha declarado exponente del hard bop, tanto su dotación instrumental como su sonido, nos remiten a ese género. En una charla que tuve con cinco integrantes de la agrupación el mes pasado, el guitarrista, Naín Solana, me comentó: «Quisiera hacer énfasis en nuestra música, nosotros estamos haciendo jazz mexicano pero no desde una perspectiva de tomar instrumentos prehispánicos o autóctonos, sino que hacemos nuestra música con los instrumentos que tenemos: trompeta, sax alto, sax tenor, sax barítono, trombón, guitarra, piano, contrabajo y batería —con los que emulamos una pequeña big band—. La idea es que nuestras composiciones tengan reminiscencias de lo mexicano pero con la instrumentación del jazz» (Ver: Jazz House Collective, de la formación a la consolidación).
En el artículo Hard Bop, publicado en el portal Barcelona Jazz Bar, se lee:
«En 1963, Horace Silver enumeró sus lineamientos para la composición musical:
«A. Belleza melódica.
«B. Sencillez significativa.
«C. Belleza armónica.
«D. Ritmo.
«E. Influencias ambientales, hereditarias, regionales y espirituales.
«En contraste de los saltos angulosos y los ritmos a veces autistas del bebop, el hardbop era, en resumen, una apertura a la belleza».
Los cinco preceptos, pero especialmente el último, parecen regir, deliberada o inconscientemente, la concepción estética del único noneto de jazz del país, al menos se reflejan en su producción discográfica inaugural, Jazz House Collective, lograda gracias al apoyo del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes. La propuesta del grupo fue que cada integrante aportaría un tema de su autoría y que, como se ha hecho desde el principio, sería arreglado en colectivo; surgió así una colección de nueve temas originales que reflejan la multiplicidad cultural que le otorga a la agrupación la diversidad de origen de sus integrantes —dos de Chihuahua, uno de Coahuila, uno de Sonora, uno de Tamaulipas, dos de Veracruz, uno de Campeche y uno de Oaxaca—, cohesionada por los preceptos de la música que propició la feliz coincidencia de los músicos en esta ciudad, el jazz.
Una muestra de la producción fue presentada al público mediante la publicación de tres de las nueve piezas, grabadas en una live session en en El Desierto Casaestudio: ¡Al Nahual!, de José Luis Escobar; Bajoncitos aquí no (Canción para Coke), de Héctor Villa; y El negrito McCoy, de Naín Solana Chab. Tres piezas en las que el swing hardbopero está omnipresente pero se escuchan las resonancias de nuestra música o de aquella que nos llegó de fuera, como el danzón, y que expropiamos para agregarla a nuestro propio repertorio formal.
La presentación de Jazz House Collective, el álbum, será el viernes 28 de septiembre a las 20:00 horas en la Sala Dagoberto Guillaumin del Teatro del Estado, la entrada será gratuita. Después del concierto, los músicos se trasladarán a La Moderna (Hidalgo 67) para hacer una celebración como el jazz manda; ahí estará, además, la banda Endless Beat. La entrada a la fiesta tendrá un costo simbólico, solamente 20 pesos, los primeros 100 parroquianos que con su boleto demuestren su asistencia al concierto, recibirán una cerveza para que inicien la lubricación que precede al éxtasis.
El pronóstico indica que que quizá haya una lluvia torrencial, pero ¿cuándo ha detenido la tormenta a un habitante de Xalapa? Veámonos ahí.
https://youtu.be/ztBfNehHYmk
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