Dos de los muchos maestros que me han inspirado son Werner Pfaff y José Galván, me dijo Noel Josafat García Melo en esta última parte de la conversación, en la hace una serie de reflexiones sobre la voz humana, la situación del canto en Xalapa y la dirección coral.

No es la gestión como la pintan

Año con año voy a un festival coral porque considero que es un lugar de encuentro, un lugar en el que no nada más hay crecimiento para los directores sino para todos los que participan: para el público y para los cantores, y surgen las amistades con coros de otros países, de otros estados, se hacen los contactos y las relaciones y salen las invitaciones a muchos lugares.
Ahora viene la faceta de gestor, es muy difícil pero uno va aprendiendo a pedir los apoyos, las becas, a hacer los proyectos, a hacer muchas cosas. A veces hay gente que promete cosas y no cumple, inclusive hubo uno que nos dijo les presto mi avioneta particular, ustedes pagan el gasavión y se van a Ecuador, qué ilusos (risas), pero bueno.
Hubo dos festivales frustrados, uno en Perú y otro en Ecuador, no pudimos ir porque no nos dieron los apoyos, pero nunca desistimos.

Decoro en coro

En Tlaxcala hay un festival internacional que en noviembre va por la séptima edición, es un excelente festival que trae a talleristas de fama internacional. Realmente está muy cerca, entonces solo un año me lo he perdido, siempre voy con alguno de mis coros, ya sea con Altus, con Veracanto, este año voy a ir con la Camerata Coral [de la Facultad de Música UV], de la que tomé la dirección en septiembre del año pasado, ya cumplí un año. Ahora también estoy como director del Coro de la Universidad Veracruzana, apenas llevo tres semanas y estoy muy contento.

El canto, cálido manto

Estoy muy agradecido con los maestros que he tenido y sobre todo con los cantantes con los que he trabajado. En un principio fue por invitación, ahora, para que la calidad del coro sea un poco mejor, en Altus, en la Camerata y en Veracanto hacemos audiciones, pero es difícil el tema de que no haya una paga para ellos y que continúen en el proyecto.
Te motiva la música, te motiva la amistad, te motivan los proyectos, pero a veces es complicado porque no se dan las cosas en su totalidad. Fernando Ávila, que fue mi primer maestro de dirección, siempre decía que un director no es nada sin los músicos, y yo agradezco muchísimo a los coreutas que han cantado en mis coros, creo que es gracias a ellos que yo estoy tan contento con lo que estoy haciendo en este presente.
He tomado clases de canto pero de manera muy aislada, un mes con tal maestro y lo dejo, otro mes con tal maestra y lo dejo, pero sí estuve mucho tiempo yendo a clases de canto de la que ahora es mi prometida, que acaba de egresar de la carrera en Canto. Ella estudió un tiempo con la maestra Ana Luisa Méndez, yo la acompañaba y aprendí muchísimas cosas de esa maestra solo de ver cómo daba las indicaciones, qué hacía, cómo cantaba. En los cursos de especialización, a veces hay clases de técnica de canto coral, he aprendido muchas cosas pero yo no me veo como cantante, sí comprendo muchas cosas del canto pero a mí lo que me fascina es escuchar y descubrir las posibilidades que tiene la voz humana, sobre todo en el canto colectivo, que es lo que a mí me atrapó.

Los cantos de la Atenas

Yo creo que en cada país o cada región hay un timbre diferente que la caracteriza, por ejemplo, los mexicanos escuchamos personas de otros países que dicen que el timbre de una soprano mexicana es fabuloso o que los tenores mexicanos son muy buenos, y nosotros los mexicanos podemos decir lo mismo de los bajos finlandeses por las notas tan graves que tienen.
Yo creo que todavía nos falta para alcanzar el nivel de otros países que tienen una gran tradición coral. En Europa hay coros de más de 100 o 200 años, aquí en México, el Coro de la Universidad Veracruzana va a cumplir 70 años en el 2020, el Coro de Madrigalistas de Bellas Artes tiene 80 años, pero realmente no tenemos una tradición de coros, y creo que nos hace falta más participación en el exterior.
Aquí en Xalapa hay muchos coros y el nivel es alto en comparación con el resto del país; está la tradición del Coro de la Universidad Veracruzana, el Festival de Coros Universitarios que se hace cada año es muy bueno. El desarrollo es bueno, yo creo que eso se debe a muchos factores como la coincidencia de buenos maestros en Xalapa, puedo citar algunos nombres de maestros que hicieron escuela: el maestro Eugenio Sleziak, fundador de la Camerata; la maestra Ana María Elgarte Rico, que dirigía La Pequeña Cantoría; el maestro Humberto Robles.
Actualmente, los coros de Xalapa son reconocidos y se exportan a otros países, Vox Populi, por ejemplo, el coro del maestro Julio Morales, acaba de regresar de una gira por Argentina; el maestro Rodolfo Obregón va seguido a festivales fuera de Xalapa con el coro Voces de la Tierra. Está Audimus, el coro de reciente creación de la maestra Magdalena Delgado, que es excelente maestra, estudió su posgrado en Westminster, también está la maestra Adriana Sanabria, que tiene el coro en el ISMEV, es excelente directora.
Tal vez nos hace falta hacer más cosas juntos como comunidad coral, pero ahí vamos, ahora hay una generación de directores en los que hay mucha camaradería, qué afortunados somos porque eso nos va a permitir a todos crecer como personas y como músicos, yo, por ejemplo, tengo muy buena relación con Julio Morales, que es de Tampico pero también creció en Ciudad Valles, y con el maestro Rodolfo, al que conozco también de años. Hay cierto acercamiento que nos permite crecer y ya estamos planeando hacer cosas juntos.

El mundo coral

Yo le digo mucho a los coreutas que no se queden nada más con que ya están en la Camerata o en cualquier otro lugar, que tomen la iniciativa de hacer sus propios coros porque eso es algo que nos beneficia a todos como comunidad. El coro es algo positivo para el ser humano, el canto es algo positivo no solo socialmente, sino hasta físicamente, entonces siempre, estoy tratando de motivarlos para que hagan sus agrupaciones, siempre les insisto que hay que ir hacia adelante.
No he hecho mucho de ópera, pero sí me gusta y hemos tenido algunas participaciones con la Camerata y con Veracanto. El año pasado, con la Camerata hicimos Las bodas de Fígaro en la Sala Tlaqná —fue la primera vez que se hizo una ópera ahí— con el maestro Armando Mora. Hace dos o tres años también participamos en la ópera Payasos.
El mundo coral es muy amplio y me gusta muchísimo, me gusta la música coral sinfónica, la música sacra me fascina —siempre procuro poner algo sacro en mis coros—; ahora, con Altus he estado haciendo muy recurrentemente música africana, hay muy bonitos arreglos. Con Veracanto hago mucha música mexicana, sobre todo de folclor.

El gesticulador

Actualmente, además de estar con el Coro de la Universidad, con la Camerata Coral, con Altus y con Veracanto, estoy como maestro en el Taller Seminario de Dirección Coral que hay en el posgrado y ahí tenemos un coro con los alumnos. Dar clases de dirección también me gusta mucho, realmente aprende uno muchísimo.
Llamamos «gesto» a los movimientos de las manos a la hora de dirigir, creo que influye mucho en el sonido la manera en la que uno pide las cosas gestualmente, no solamente es la calidad musical o la técnica sino también la manera en la que se trabaja con el coro. Creo que algo que hay que rescatar de las escuelas que enseñan dirección es que no solamente es lo musical sino también el lado humano, porque los instrumentos son seres humanos y eso es muy importante considerarlo como especialista del canto coral.

PRIMERA PARTE: Revelaciones y decisiones
SEGUNDA PARTE: La ruta de la batuta




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